Patolog¨ªas (II)
1. Analog¨ªas. Las analog¨ªas hist¨®ricas, a veces son poderosas para intentar una buena explicaci¨®n de lo que sucede en la actualidad, y en ocasiones son abusivas. Que cada uno interprete las que se han repetido para valorar la gravedad de la crisis financiera estadounidense: "el 11-S econ¨®mico" (McCain); o se aprueba el plan de rescate, o la cat¨¢strofe (Bush); "el equivalente para el capitalismo a la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn" (Stiglitz); "un Pearl Harbor econ¨®mico" (Warren Buffet); "dennos un bazuca, porque lo necesitamos" (Paulson), etc¨¦tera.
2. La ciencia. Lo ha comentado alguien y merece la pena reproducirlo: tanta econometr¨ªa, tantas matem¨¢ticas, tantos sesudos avances cient¨ªficos premiados con los Nobel, tanta torre de marfil, para concluir que la principal causa de la crisis se reduce a la aplicaci¨®n de uno de los siete pecados capitales: la avaricia. Cada pecado capital tiene una virtud que se le contrapone: contra la codicia, la generosidad de un plan de rescate de centenares de miles de millones de d¨®lares.
Hay tantos enga?os que ser¨¢ dif¨ªcil volver a un sistema de creencias compartidas sin alimentar la sospecha
3. La letra peque?a. No ser¨¢ posible hacer un balance m¨ªnimamente contrastado de las medidas p¨²blicas de salvaci¨®n del selecto club financiero privado sin conocer los detalles, los recovecos, los procedimientos que se aplicar¨¢n. Por ejemplo, la reducci¨®n de los emolumentos de los ejecutivos causantes de la creaci¨®n y desarrollo de las hipotecas t¨®xicas, ?se har¨¢ mediante una recomendaci¨®n, una norma legal, un pacto, el consenso?
Tampoco ser¨¢ factible evaluar con cierta concreci¨®n y con horquillas estrechas los efectos sobre la macroeconom¨ªa (d¨¦ficit p¨²blico, deuda p¨²blica, d¨¦ficit exterior, tipos de inter¨¦s a largo plazo...) sin esa letra peque?a. Se han producido tantos enga?os que ser¨¢ dif¨ªcil volver a un sistema de creencias compartidas sin alimentar de nuevo las sospechas de la mayor¨ªa.
4. Las responsabilidades. Quiz¨¢ se pueda llegar a una soluci¨®n al problema sin conocer la cara de los responsables de lo sucedido. Adem¨¢s de las morales, o de las generales del sistema de innovaci¨®n sin regulaci¨®n que condujo a los capitales grises -"los derivados son armas financieras de destrucci¨®n masiva", advirti¨® Buffet ya en 2002-, ?hay responsabilidades penales?, ?estafas? El FBI ha abierto una l¨ªnea de investigaci¨®n. Hace varias semanas, el fiscal general de Nueva York, Andrew Cuomo (hijo del m¨ªtico gobernador Mario Cuomo, y casado con una hija de Robert Kennedy), hubo de llegar a un pacto extrajudicial con algunos de los grandes bancos (Citigroup, Merrill, Morgan, UBS, Wachovia...) para que devolviesen a sus clientes las inversiones realizadas en unos bonos cuyos tipos de inter¨¦s se fijaban bajo subasta. Los bancos comercializaban esos productos como "valores seguros y de elevada liquidez". Con el colapso de los mercados se acab¨® cualquier tipo de liquidez. Cuomo se reuni¨® con cada uno de los banqueros y les dijo: o recompran esos bonos, o la c¨¢rcel. En general, los recompraron. -
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