La transexualidad adolescente ya no es tab¨²
Holanda y Espa?a reciben pacientes a partir de seis a?os
?C¨®mo reaccionar¨ªa usted si le obligaran a vivir como un hombre cuando se siente mujer. O viceversa? Hay una pel¨ªcula estadounidense de 1999 Los chicos no lloran, en la que una muchacha (la actriz Hillary Swank) se hace pasar por un var¨®n. Basada en hechos reales, acaba de forma tr¨¢gica cuando unos amigos reclaman haber sido enga?ados por una figura transexual. Su caso es extremo, pero la cinta ilustra una sensaci¨®n que puede experimentarse a cualquier edad, como lo demuestra el hecho de que los especialistas reciban pacientes cada vez m¨¢s j¨®venes; hasta de 6 a?os.
La explicaci¨®n a la aparente precocidad de los menores que se sienten en un cuerpo ajeno es doble. Por un lado, y aunque el Cat¨¢logo de Enfermedades Mentales sigue incluyendo en Espa?a a los transexuales, las confusiones sobre su condici¨®n son cada vez menores. El aumento de la informaci¨®n ilustrar¨ªa el otro apartado, con un punto de inflexi¨®n, esta vez en Holanda, a finales del pasado siglo. Un error indujo a pensar que en Amsterdam se operaba a ni?os a partir de los 12 a?os, y muchas familias buscaron ayuda. "Claro que no hab¨ªa tales operaciones, pero cuando empec¨¦ hace dos d¨¦cadas, mis pacientes ten¨ªan 16 y 17 a?os. Hoy hay menos tab¨² y m¨¢s informaci¨®n y llegan con 12 o 13 a?os. De todos modos, la edad es casi lo de menos. Todos aseguran haber sabido muy pronto que viv¨ªan en el cuerpo equivocado", se?ala Peggy Cohen, psic¨®loga cl¨ªnica holandesa del Hospital de la Universidad Libre de Amsterdam (que cuenta una c¨¢tedra de Transexualidad y una Cl¨ªnica del G¨¦nero), y experta en adolescentes transexuales.
El equipo de Isabel Esteva es reprobado "por elementos religiosos integristas"
"A los ni?os peque?os, de 6 u 8 a?os, y a sus padres, se les da apoyo psicol¨®gico y seguimos de cerca su evoluci¨®n. A esa edad hay que descartar patolog¨ªas distintas, y comprobar si lo que han mezclado son los g¨¦neros al jugar o relacionarse. Eso tan conocido y nada problem¨¢tico de jugar al bal¨®n cuando eres ni?a, o a las mu?ecas un ni?o. Cuando el deseo de cambiar se mantiene, entre los 14 y 16 a?os, podemos optar por administrar unas hormonas reversibles. Tenemos 80 en esta fase y ninguno se ha arrepentido".
Este protocolo cl¨ªnico consiste en paralizar la aparici¨®n de los caracteres sexuales secundarios para darles tiempo a madurar sus sentimientos acerca de habitar en cuerpo ajeno. A ellos no les cambiar¨¢ el registro de voz a tonos graves ni tampoco les saldr¨¢ barba. Ellas no tendr¨¢n la regla ni desarrollar¨¢n senos. "Los chicos pueden ser muy femeninos y las chicas m¨¢s masculinas, pero es una ¨¦poca ambigua en general, y la moda, con ropas y cabellos parecidos ayuda a pasar mejor este periodo. Los chequeos son continuos, tanto desde el punto de vista psicol¨®gico como f¨ªsico. Si cambian de opini¨®n, paramos las hormonas y todo vuelve a su lugar. Si persisten, pasamos a un tratamiento definitivo, entre los 18 y 19 a?os, con testosterona (hormona masculina) para las chicas. Los chicos toman estr¨®genos (hormona femenina)", contin¨²a la doctora. La fase final, hacia los 20 a?os, es la cirug¨ªa.
En Espa?a, la endocrin¨®loga Isabel Esteva de Antonio, del Hospital Universitario Carlos Haya, de M¨¢laga, ha tratado desde 1999 alrededor de 770 personas. De ¨¦stas, unas 60 ten¨ªan entre 14 y 18 a?os. Menores de 14 a?os hab¨ªa cuatro. Un 20% de estos adolescentes evoluciona hacia la transexualidad. "Se asume mejor la masculinizaci¨®n de una chica que lo contrario, pero el entorno hace mucho. Si la familia y la escuela apoyan, saldr¨¢n adelante. Porque el cambio no es solo la operaci¨®n. Es de rol de g¨¦nero y social. Tienen que vivir al otro lado, y aunque la ley modifica desde 2007 el documento de identidad con un diagn¨®stico firme y dos a?os de tratamiento, hay problemas de abandono escolar y laborales", asegura.
Juana Mart¨ªnez, psic¨®loga cl¨ªnica del mismo centro subraya la necesidad de "reforzar otros aspectos de la vida del adolescente para que esto no sea el eje central. No es un trastorno mental sino un deseo, pero su angustia puede llegar a ser invalidante. La reasignaci¨®n de g¨¦nero, si persisten, es una forma de seguir con su vida sin ansiedad". Hasta la fecha, tampoco ha habido arrepentimientos en su hospital.
La operaci¨®n que les dar¨¢ la apariencia que desean, supone para ellos la castraci¨®n y que se atrofie la pr¨®stata, adem¨¢s de crearles una vagina artificial. Ellas perder¨¢n matriz y ovarios y se les fabricar¨¢ un micropene a base de hipertrofiar el cl¨ªtoris con las hormonas masculinas. Otra opci¨®n es la faloplastia, en la que se toma un rodete del tejido del abdomen, muslo o brazo para crear un pene que se inserta en el pubis. "En Holanda, los 80 adolescentes siguen adelante. En conjunto, la cl¨ªnica ha tratado a 350 pacientes. Tenemos lista de espera y preferimos que sean holandeses, porque es esencial comunicarse y prepararles para una vida con retos", se?ala la doctora Cohen.
Sus cr¨ªticos suelen ser otros expertos que no aprueban recetar hormonas en la pubertad y preferir¨ªan un tratamiento ps¨ªquico. "Luego hay grupos cristianos radicales que querr¨ªan ver cerrado este servicio, que respalda el Parlamento holand¨¦s". El equipo de Esteva tambi¨¦n es reprobado "por elementos religiosos integristas que siguen pensando que un transexual es un desviado". Dicha presi¨®n no reduce en absoluto el flujo de pacientes. A M¨¢laga llegan de otras comunidades aut¨®nomas, incluidos inmigrantes en regla y musulmanes, estos ¨²ltimos con problemas de conciencia por el rechazo de su comunidad.
No es un problema psiqui¨¢trico y por eso el colectivo quiere salir del Cat¨¢logo de Enfermedades Mentales, donde figura hoy su condici¨®n. Holanda, Canad¨¢, Suecia, Italia, Estados Unidos, B¨¦lgica, Reino Unido y Alemania cuentan con centros especializados. En Espa?a es pionero el de M¨¢laga. Tambi¨¦n hay unidades en diversas fases de desarrollo en Asturias, Catalu?a, Madrid, Valencia y Extremadura.
El sex¨®logo pionero
Los especialistas citan con respeto al pionero, el sex¨®logo alem¨¢n Harry Benjamin (Berl¨ªn, 1885-1986). Aunque dedic¨® su doctorado a la tuberculosis, lo que de verdad le interesaba era la salud sexual. Un giro del destino le permitir¨ªa dedicarse a ello, cuando el barco en que viajaba de vuelta a Europa desde Estados Unidos fue interceptado por la marina brit¨¢nica. Era el a?o 1914, hab¨ªa estallado la I Guerra Mundial y Benjamin era desde ese momento un "elemento enemigo". Se le dio la opci¨®n de ingresar en un campo de internamiento en Reino Unido, o retornar a EEUU. Eligi¨® la segunda ruta. En 1948, y a instancias de Alfred Kinsey, un colega que se har¨ªa muy famoso, conoci¨® a un ni?o que quer¨ªa ser ni?a. La madre ped¨ªa apoyo y Benjamin lo trat¨® con estr¨®genos. Empezaba una aventura cient¨ªfica, desde 1954 cifrada como transexualismo.
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