Ames no merienda galletas Chiquil¨ªn

Fue una despedida triste pero inevitable. El pleno municipal de agosto acord¨® declararle la guerra a los transg¨¦nicos, y la primera medida visible lleg¨® con la vuelta al cole. Los ni?os del comedor escolar ya no volver¨¢n a tomar "galletas Chiquil¨ªn, ni pan Bimbo, ni frutos secos Borges, ni el ma¨ªz en grano que antes se serv¨ªa con las ensaladas". Y los que tengan intolerancia a la leche de vaca seguir¨¢n bebiendo la de soja, pero "s¨®lo" si los padres de la criatura deciden arriesgarse. Isabel Pereiro, concejala de Educaci¨®n en el Ayuntamiento de Ames (A Coru?a), se conoce al dedillo la "lista vermella" de los transg¨¦nicos. En realidad, dice, desde el pleno de agosto, en la corporaci¨®n municipal "todos andan preocupados. Todos intentan no llevar a casa ciertas marcas cuando van a la compra".

Eliminaron del men¨² el pan Bimbo y el ma¨ªz en grano de las ensaladas

En Ames, los que gobiernan suelen hablar de estas cosas. Y, a lo mejor, uno va y le comenta al compa?ero que se acaba de enterar de que "los bombones Zahor" son sospechosos. Uno ya no se puede fiar de casi nada, porque cada vez son m¨¢s los bocados que aparecen en la Gu¨ªa roja y verde de alimentos transg¨¦nicos de Greenpeace. La ¨²ltima actualizaci¨®n es del 14 de agosto. "?Ya te has enterado de lo del Nesquik? ?Hay que tomar Cola-Cao!"

Las empresas que atienden los comedores escolares de Ames recibieron del ayuntamiento la orden de eliminar de sus men¨²s cualquier comestible que apareciese en la mitad roja de las tablas que edita el grupo ecologista. Greenpeace pide garant¨ªas a los fabricantes y, si ¨¦stos no se las dan, sus productos, en general muy populares, caen en desgracia. El sem¨¢foro se ha puesto en rojo para todo lo de Nestl¨¦, para la margarina Tulip¨¢n, para el aceite Carbonell y Koipe, para las papillas Milupa, las sopas Knorr y la Maizena, la boller¨ªa Mart¨ªnez, los Conguitos, los Lacasitos y un mont¨®n de cereales para el desayuno.

El Ayuntamiento de Ames ha podido meter mano en los colegios p¨²blicos (los CEIP Bispo Guerra Campos y Agro do Mui?o de Bertamir¨¢ns, la Escola de Educaci¨®n Infantil Milladoiro o el colegio de Primaria de Vent¨ªn) porque los comedores de estos centros dependen de la Administraci¨®n local. En otros municipios, el men¨² escolar es cosa de l, el men¨² escolar es cosa de las Anpas o corre directamente su gesti¨®n por cuenta de la Xunta. Y la Conseller¨ªa de Educaci¨®n no ha tomado medidas semejantes. "En los comedores que dependen de la Xunta lo que se exige es que los alimentos lleven el sello de garant¨ªa sanitaria". Pero esta licencia tambi¨¦n la tienen las galletas Pr¨ªncipe, y las Oreo, y las Tuc y las Petit ?colier, y las patatas Matutano, y las Pringles, y los helados Frigo o La Lechera, y el pan Ortiz y ese otro de molde que han dejado de desayunar y merendar (porque aqu¨ª tambi¨¦n desayunan y meriendan) los escolares de Ames.

Este municipio es el segundo que en Galicia se declara p¨²blicamente en contra de los transg¨¦nicos, pero ha llegado m¨¢s lejos que el primero que lo hizo. Quince asociaciones fundaron el 1 de marzo en Lal¨ªn la Plataforma Galega Antitransx¨¦nicos con el objetivo de conseguir para Galicia la declaraci¨®n de "zona libre" de estos cultivos. Tres d¨ªas despu¨¦s, el alcalde de este ayuntamiento pontevedr¨¦s (uno de los siete municipios de la comunidad en los que se sabe que se ensaya con maiz transg¨¦nico) present¨® una moci¨®n sobre este asunto. El 27 de marzo, la corporaci¨®n se declar¨® enemiga de estos cultivos por sus posibles "consecuencias nocivas" sobre la salud. Pero se limit¨® a pedir a la Xunta y al Gobierno central que declarasen "de forma inminente" a la capital del Deza zona libre de transg¨¦nicos. El Gobierno de Xos¨¦ Crespo (PP), que precedi¨®, precisamente, al frente de la Federaci¨®n Galega de Municipios y Provincias al alcalde de Ames, Carlos Fern¨¢ndez (PSdeG), se adelant¨® en la guerra a la modificaci¨®n gen¨¦tica. Lal¨ªn pidi¨® medidas al Gobierno y ah¨ª se qued¨®. "No hay novedades", dicen desde el consistorio. Aquello fue una "declaraci¨®n de intenciones" y estas cosas "llevan tiempo". Ames, despu¨¦s de depurar los comedores, prepara ya una campa?a para informar los vecinos y busca, con sus asesores, alg¨²n vericueto legal para impedir los ensayos de transg¨¦nicos en su tierra. Cuando las licencias son, en realidad, cosa del ministerio.