Informaci¨®n

Es muy posible que conozcan ya el sketch de The last laugh, un programa humor¨ªstico brit¨¢nico, sobre las hipotecas subprime y la crisis financiera. Circula por el flanco castellanoparlante de Internet, gracias a la inclusi¨®n de subt¨ªtulos. Si no lo han visto, no se lo pierdan. Es, sin duda, la explicaci¨®n m¨¢s clara hasta ahora. Adem¨¢s da mucha risa. El programa fue emitido el 14 de octubre de 2007. Los guionistas no necesitaron una especial clarividencia: resultaba obvio que Wall Street, y con la Bolsa neoyorquina todo el sistema financiero, se despe?aba. El secretario del Tesoro de EE UU, Henry Paulson, acababa de realizar unas declaraciones al Financial Times que no dejaban duda: "La crisis de confianza en los mercados de cr¨¦dito probablemente durar¨¢ m¨¢s que las previas crisis de las pasadas dos d¨¦cadas".

El mismo Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal y uno de los principales responsables del colapso, predec¨ªa una ¨¦poca oscura. Tambi¨¦n en octubre de 2007, Pedro Solbes present¨® el proyecto de ley presupuestaria para 2008, con una previsi¨®n de crecimiento del 3,3%, avalada por la UE. Recordar¨¢n las promesas electorales que formularon Zapatero y Rajoy. Gran crecimiento, millones de nuevos puestos de trabajo... Tambi¨¦n recordar¨¢n la obstinaci¨®n con que Zapatero y Solbes se negaron a hablar de crisis, hasta que se les col¨® en la cocina.

Todo esto, hasta cierto punto, es normal. La clase pol¨ªtica no goza de cr¨¦dito entre la ciudadan¨ªa. ?Saben lo peor? La prensa sigue vendiendo como "informaci¨®n" las declaraciones de pol¨ªticos y dirigentes, a sabiendas, muchas veces, de que son inexactas, o c¨ªnicas, o falsas, y ofrece como "opini¨®n" las objeciones correspondientes. Quiz¨¢ eso no contribuye a la credibilidad de la propia prensa, ni a su prosperidad futura.