Un directivo de Riviera fue obligado a maquillar cifras
El due?o de la empresa le dio un cabezazo por resistirse
Riviera Coast, cuyos responsables fueron detenidos el 11 de septiembre en el aeropuerto de Alicante cuando hu¨ªan dejando una deuda de 60 millones a m¨¢s de 600 familias, no cay¨® v¨ªctima del desplome del mercado inmobiliario, sino que vendi¨® humo durante a?os. La investigaci¨®n que dirigen el juez Santiago Pedraz y el fiscal Ignacio Gordillo de la Audiencia Nacional acumula sobrados indicios de su voluntad de estafar.
La promotora vendi¨® como propios terrenos que nunca compr¨®
El ex director de gesti¨®n de Riviera Coast, Alfonso Derqui, ha confesado a la polic¨ªa que alert¨® a sus superiores de que una promoci¨®n era inviable. Sus superiores le ordenaron que "retocara los n¨²meros para que el proyecto resultara atractivo para los inversores, con independencia de la veracidad de las cifras". As¨ª lo hizo. Disconforme con la pol¨ªtica de la empresa, se plant¨® para emitir sus quejas en el despacho del due?o del grupo, Roch Tabarot, que le atendi¨® debidamente: le insult¨®, le amenaz¨® y le dio un cabezazo que le produjo lesiones.
La estafa evidencia la vulnerabilidad de su producto: venta de habitaciones para residencias de estudiantes o ancianos, cuyo alquiler se reservaba una d¨¦cada el promotor a cambio de dar al cliente el 6% de la renta. Al final del proceso, muchos compradores se quedaron sin cobrar el peaje pactado y descubrieron que no exist¨ªa la vivienda comprometida o estaba hipotecada. De las 19.500 unidades (habitaciones) que proyectaban s¨®lo construyeron 1.088 en Alicante. El precio por unidad era de unos 35.000 euros.
?Cu¨¢ntas vendieron? ?D¨®nde fue el dinero de los inversores? No hay respuesta a¨²n. En todo caso, en julio de 2007 Tabarot constituy¨® una firma denominada Riviera Coast Invest Patrimonio, valorada en 34 millones de euros. Un a?o despu¨¦s, quebraba, y dos meses despu¨¦s se hund¨ªa su matriz, Riviera Coast Gesti¨®n.
El dinero se esfum¨®. Las cuentas bancarias de dichas sociedades hoy muestran en su mayor¨ªa saldos deudores o con valor cero, o positivos con un m¨¢ximo de 2.800 euros. Parecen m¨¢s extractos bancarios de una humilde familia que de un imperio constructor. Su operativa, sin embargo, les permiti¨® "ingresar una cantidad muy importante de efectivo y, por el contrario, habr¨ªan desembolsado un volumen much¨ªsimo m¨¢s reducido de dinero", seg¨²n un informe policial.
El proyecto preve¨ªa la construcci¨®n en una docena de provincias. Pero la realidad fue muy otra. El an¨¢lisis policial es implacable: "Tan s¨®lo se construye en Alicante, y a¨²n as¨ª, se deja sin pagar a diferentes proveedores, constructores; algunas fincas han sido transmitidas con cargas, se han extendido pagar¨¦s incobrables, se han entregado avales falsos". La conclusi¨®n de los investigadores apunta hacia una clara vocaci¨®n delictiva: "No se alcanza a comprender qu¨¦ circunstancias han provocado la quiebra si no es desde la ¨®ptica de una maniobra defraudatoria".
La polic¨ªa denuncia el vac¨ªo legal que ha posibilitado este fraude: "Cabe plantearse si un producto de estas caracter¨ªsticas puede ser ofrecido por una mera inmobiliaria o promotora, y escapar al control y supervisi¨®n del Banco de Espa?a". La mec¨¢nica de pagos era la siguiente: primero una se?al, luego una cantidad a la firma de un contrato privado hasta completar el 50%, y el resto, al elevarlo a p¨²blico. Esta ¨²ltima fase s¨®lo se culmin¨® en Alicante. La casu¨ªstica de las cuatro provincias m¨¢s afectadas por la estafa se desgrana as¨ª. En Alicante (1.166 unidades), ¨²nico punto donde se lleg¨® a construir, algunos inversores dejaron de percibir el alquiler o nunca lo hicieron; o se encontraron con hipotecas que deb¨ªan estar canceladas; otros, al no llegar a escriturar, se han quedado colgados de un piso embargado a nombre de Riviera. Y, parad¨®jicamente, estos clientes son los privilegiados de los estafados. Algo podr¨ªan salvar del naufragio. Peor es la situaci¨®n del resto: compraron meros planos.
En Murcia (unas 1.000 unidades) vendieron sobre plano la totalidad de una promoci¨®n. Riviera Coast aseguraba vender fincas de su propiedad tras haberlas comprado a la empresa Jemeca. Falso. El registro indicaba que segu¨ªan siendo propiedad de Jemeca. Nunca compr¨® terreno alguno. A la estafa se un¨ªa la falsedad documental. En Granada preve¨ªan 2.000 unidades. Vendieron una serie de habitaciones sobre plano. Aqu¨ª Riviera s¨ª lleg¨® a adquirir unos terrenos, pero los compradores no llegaron a disfrutarlos. El solar fue dado en pago a una sociedad alicantina, GTM. Los clientes se quedaron sin habitaci¨®n y sin compensaci¨®n. Y en M¨¢laga publicitaron 500 unidades. Nuevamente, vendieron habitaciones sobre plano que nunca ejecutar¨ªan.
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