Un estudio dice que el cannabis es menos da?ino que el alcohol y el tabaco

?Es da?ino el cannabis? S¨ª, pero menos que el alcohol y el tabaco. Al menos eso es lo que cree la Fundaci¨®n Beckley, una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro con sede en Oxford que se dedica a promover la investigaci¨®n sobre la concienciaci¨®n y la modulaci¨®n y la ciencia del uso de las drogas desde una perspectiva multidisciplinar.

La Fundaci¨®n Beckley present¨® ayer en la C¨¢mara de los Lores, en Londres, un estudio sobre el cannabis con vistas al debate que sobre esta sustancia se celebrar¨¢ en la sesi¨®n especial de la Asamblea General de Naciones Unidas (UNGASS) el a?o que viene. El informe sostiene que los Gobiernos deber¨ªan "replantearse seriamente" su actual pol¨ªtica represora sobre el cannabis, y se basan sobre todo en el hecho de que s¨®lo se le han atribuido directamente dos muertes en todo el mundo, pero en cambio s¨®lo en el Reino Unido fallecen cada a?o 150.000 personas debido al tabaco y al alcohol.

"Muchos de los males asociados con el cannabis son en realidad consecuencia de la prohibici¨®n, m¨¢s que a la sustancia en s¨ª misma, en particular los da?os sociales consecuencia de las detenciones y los encarcelamientos", subraya el informe. "S¨®lo a trav¨¦s de un mercado regulado se puede proteger mejor a los j¨®venes de otras formas m¨¢s potentes de drogadicci¨®n", a?ade.

Nuevo plan sobre drogas

Las Naciones Unidas debatir¨¢n el a?o que viene los resultados de la estrategia sobre las drogas dise?ada hace ahora 10 a?os. Los expertos han estado tradicionalmente divididos entre quienes defienden que hay que perseguir el tr¨¢fico para reducir el consumo y quienes piensan que el prohibicionismo favorece a las mafias y los narcotraficantes y crea dramas e injusticias sociales tanto en los pa¨ªses productores como en los pa¨ªses consumidores.

La situaci¨®n legal del cannabis es un tema especialmente recurrente en el Reino Unido. El Gobierno del ex primer ministro Tony Blair rebaj¨® en 2004 la clasificaci¨®n de esa droga desde la clase B a la m¨¢s benigna clase C. Y lo hizo por presiones de la polic¨ªa, que estaba harta de perder el tiempo y deteriorar sus relaciones con los j¨®venes de los barrios m¨¢s conflictivos simplemente porque estaban fumando unos porros. Fue una forma de despenalizar el consumo: aunque fumar en p¨²blico sigue siendo ilegal, la polic¨ªa se conforma con requisar la mercanc¨ªa. Pero el actual primer ministro, Gordon Brown, se plantea revisar aquella decisi¨®n con el argumento de que el cannabis casero llamado skunk es mucho m¨¢s potente y peligroso que el tradicional.