"El progreso en Irak es fr¨¢gil y tal vez reversible"
David Petraeus, de 55 a?os, es general de cuatro estrellas. Estudi¨® en la academia militar de West Point, se doctor¨® en la Universidad de Princeton con una tesis sobre las consecuencias militares de la guerra de Vietnam y prest¨® sus servicios en diversas unidades, tanto en Estados Unidos como en Italia, Alemania, Hait¨ª, Kuwait, Bosnia y otros pa¨ªses. En febrero de 2007 asumi¨® el mando supremo de las tropas norteamericanas en Irak hasta que el 16 de septiembre pasado fue sustituido por el general Raymond Odierno. En un futuro pr¨®ximo pasar¨¢ a ser jefe del Comando Central estadounidense. En esta entrevista habla de la intervenci¨®n de EE UU en Irak, de la mejora de la situaci¨®n en Bagdad y de la necesidad de prepararse para afrontar un problema de larga duraci¨®n en Afganist¨¢n.
"Es imposible que algo funcione en Irak sin una especie de consenso nacional"
"Tenemos que desarrollar el Ej¨¦rcito afgano, crear una polic¨ªa nacional y reforzar las locales"
"El riesgo de guerra civil entre sun¨ªes y chi¨ªes es ahora mucho menor, un cambio notable"
"Dije en 2005 que la de Afganist¨¢n ser¨ªa la guerra antiterrorista m¨¢s larga. Se confirm¨® el c¨¢lculo"
Pregunta. El 31 de octubre asumir¨¢ su nuevo cometido como jefe del Comando Central de las Fuerzas Armadas estadounidenses, que coordina las intervenciones del Ej¨¦rcito en las m¨¢s diversas regiones del globo. A partir de ese momento ser¨¢ responsable de pa¨ªses tan dif¨ªciles como Afganist¨¢n, Irak, Ir¨¢n, Pakist¨¢n, Egipto, L¨ªbano...
Respuesta. No se olvide de Yemen, donde los extremistas est¨¢n plenamente activos, como hemos tenido ocasi¨®n de comprobar hace bien poco.
P. Arabia Saud¨ª tambi¨¦n forma parte de ese grupo.
R. All¨ª, la situaci¨®n ha experimentado una gran mejor¨ªa. En los ¨²ltimos cuatro a?os, los saud¨ªes han hecho un trabajo excelente contra Al Qaeda. Recuerde que en 2004, nuestro consulado en Yeda qued¨® destruido. Hasta el Ministerio del Interior en Riad fue objeto de un atentado. Muchos extranjeros abandonaron el pa¨ªs por la propagaci¨®n de la violencia. Desde entonces, los saud¨ªes han desarrollado un m¨¦todo muy inteligente para enfrentarse a Al Qaeda que incluye operaciones con objetivos muy precisos fundamentadas en un buen trabajo de los servicios secretos, cambios en las prisiones y otras muchas iniciativas.
P. Muchos de los otros pa¨ªses de su lista no han tenido tanto ¨¦xito. ?C¨®mo piensa acometer su nueva tarea?
R. Con mucha objetividad. Incluso cabr¨ªa decir que con fr¨ªo realismo, a la vista de la gravedad de los problemas.
P. ??sa es la actitud que trae consigo de Irak, donde ha tenido el mando supremo durante 19 meses? Ahora que todo el mundo est¨¢ asombrado con los progresos hechos en Bagdad, usted casi parece m¨¢s esc¨¦ptico que nadie.
R. Es verdad que el a?o pasado se hicieron grandes progresos en Irak; los actos violentos han disminuido en un 80%, igual que la cifra de v¨ªctimas civiles. No obstante, el embajador Ryan Crocker y yo hemos advertido una y otra vez de que el progreso es fr¨¢gil y puede que reversible. La ley de reordenaci¨®n de las provincias que acaba de ser aprobada contribuye a la unidad nacional, y eso supone un hito en el complejo proceso pol¨ªtico iraqu¨ª. El presidente, que es kurdo, y sus dos representantes, sun¨ª uno y chi¨ª el otro, tienen derecho de veto cada vez que se presenta una ley, cada uno de ellos. As¨ª que es imposible que algo funcione sin una especie de consenso nacional.
P. Pero, realmente, ?hasta qu¨¦ punto es estable Irak ahora, a finales de septiembre de 2008?
R. El embajador Crocker y yo, pero tambi¨¦n nuestros superiores en Washington, hemos sido siempre extremadamente cautos a la hora de evaluar la situaci¨®n. Con el correr del tiempo, nos hemos llevado muchas sorpresas, hemos cometido errores; por eso hay que ser muy prudente a la hora de emitir cualquier juicio.
P. ?Es pesimista por experiencia?
R. No soy ni pesimista ni optimista, sino -y esto es algo que no me canso de repetir- un fr¨ªo realista. La situaci¨®n en Irak era dif¨ªcil y sigue si¨¦ndolo. Sin embargo, el hecho de que podamos retirar 8.000 soldados m¨¢s a lo largo de los pr¨®ximos cuatro meses y que polacos, australianos y georgianos puedan llevar a casa a sus contingentes demuestra hasta qu¨¦ punto ha mejorado la situaci¨®n. Y eso se debe tambi¨¦n a que el Ej¨¦rcito iraqu¨ª cada vez se echa m¨¢s tareas sobre sus espaldas.
P. ?Qu¨¦ fuerza cree que tienen todav¨ªa los enemigos de este nuevo Irak?
R. A¨²n siguen ah¨ª, y Al Qaeda en particular es una gran amenaza. Adem¨¢s, todav¨ªa quedan milicias activas, grupos terroristas dispersos que siguen cometiendo entre 20 y 30 atentados diarios por todo el pa¨ªs; todav¨ªa estallan coches bomba, siguen muriendo civiles. Pero la violencia ha disminuido de forma patente desde el a?o pasado, cuando contabiliz¨¢bamos 180 atentados diarios.
P. ?Sigue pensando que existe el riesgo de que se desate una guerra civil entre sun¨ªes y chi¨ªes?
R. El riesgo es ahora mucho menor, y eso supone un cambio notable si tenemos en cuenta que el pa¨ªs estaba al borde del precipicio. En el invierno de 2006, la propagaci¨®n de la violencia por motivos ¨¦tnicos era realmente alarmante. S¨®lo en Bagdad hubo momentos en los que recog¨ªamos 50 muertos diarios v¨ªctimas de este tipo de violencia.
P. Uno de los grandes enigmas de este conflicto es la actitud del l¨ªder chi¨ª M¨²qtada al S¨¢der, que desde hace alg¨²n tiempo mantiene inactiva su milicia del Mahdi.
R. Es un enigma muy f¨¢cil de resolver. El prestigio de Al S¨¢der se vio mermado por los actos terroristas de su milicia. Los chi¨ªes se apartaron de ¨¦l, m¨¢s si tenemos en cuenta que ellos mismos cada vez necesitaban menos protecci¨®n frente a Al Qaeda. El Ej¨¦rcito del Mahdi extorsionaba a los comerciantes a cambio de protecci¨®n, tomaba rehenes y cobraba rescates, asesin¨® a dos gobernadores y a tres jefes de polic¨ªa, y cometi¨® atentados horrorosos en Kerbala. Eso hizo que incluso a ojos de los chi¨ªes, los antiguos protectores parecieran terroristas. Al S¨¢der se dio cuenta de que se estaba quedando sin apoyos y se vio obligado a anunciar la tregua. No ten¨ªa otra elecci¨®n.
P. Y del otro lado, los sun¨ªes. ?Se limit¨® simplemente a comprarlos, como dice Bob Woodward en su ¨²ltimo libro, The War Within?
R. Eso no es cierto. Le dir¨¦ lo que hicimos. Los sun¨ªes comprendieron que hab¨ªa sido un error boicotear las elecciones de 2005, resisti¨¦ndose al surgimiento del nuevo Irak. Ten¨ªan sus motivos para hacerlo, se vieron muy afectados por la disoluci¨®n del antiguo aparato militar y del partido nacional de Sadam en el invierno de 2006-2007, pero no estaban dispuestos a quedar proscritos por mucho tiempo, as¨ª que cambiaron de forma de pensar. Nosotros nos ocup¨¢bamos de su seguridad, est¨¢bamos en sus pueblos, proteg¨ªamos a sus l¨ªderes tribales y, como contrapartida, ellos nos proporcionaban la informaci¨®n que necesit¨¢bamos. Al principio sin pagar, pero luego los enrolamos como fuerzas de seguridad.
P. Nadie niega ya los progresos hechos en Irak; al contrario, todo el mundo reconoce que ha tenido un gran ¨¦xito. Y ahora le toca repetirlo en Afganist¨¢n.
R. (R¨ªe). ?Vaya! Confiaba en que nos saltar¨ªamos ese tema.
P. ?Cree que tiene posibilidades de llegar tan lejos en Afganist¨¢n?
R. Perm¨ªtame dejar bien claro que no he sido yo solo el que ha hecho avanzar a Irak. Muchos han colaborado en ello, muchos hombres y mujeres j¨®venes, iraqu¨ªes, pero tambi¨¦n nuestra gente. Algunas de las ideas que hemos desarrollado para Irak se pueden volver a aplicar en Afganist¨¢n, pero otras no. La primera regla a la hora de combatir los levantamientos es que cada caso es diferente, cada pa¨ªs debe ser entendido tomando en consideraci¨®n su situaci¨®n. Luego, uno puede esforzarse en desarrollar una estrategia amplia. Hace 19 meses, todav¨ªa envidiaba el trabajo del comandante en jefe en Afganist¨¢n; ¨¦sa es la pura verdad. Pero en estos momentos, a Irak le van mucho mejor las cosas: tiene petr¨®leo, grandes yacimientos de gas, tiene agua, muchos iraqu¨ªes disponen de una buena formaci¨®n... El pa¨ªs tiene perspectivas de futuro.
P. Y Afganist¨¢n no tiene nada de eso.
R. As¨ª es. En el caso de Afganist¨¢n, no se trata de reconstruir, sino de crear. Apenas existen infraestructuras; los afganos tienen desiertos al sur, monta?as en el centro, y tan altas, que nuestros helic¨®pteros apenas pueden sobrevolarlas debido al enrarecimiento de la atm¨®sfera. Despu¨¦s de d¨¦cadas de guerra y de dominio talib¨¢n, hay muchos analfabetos, el sistema pol¨ªtico es d¨¦bil, a pesar de que en este momento es posible detectar cierta evoluci¨®n positiva. Desde hace alg¨²n tiempo estamos siendo testigos del regreso del terrorismo de todo signo. Al Qaeda est¨¢ activa, los talibanes vuelven a ser fuertes, luchamos con grupos procedentes de regiones tribales, llegan combatientes desde Pakist¨¢n. A veces forman verdaderos consorcios, como los denomina acertadamente el comandante en jefe de la ISAF, David McKiernan. No se debe considerar Afganist¨¢n de forma aislada, hay que tener toda la regi¨®n en el punto de mira.
P. ?Est¨¢ dispuesto el nuevo Gobierno de Pakist¨¢n a actuar contra los grupos terroristas en sus territorios fronterizos?
R. Las primeras declaraciones oficiales del nuevo Gobierno del presidente Zardari son claras y alentadoras. En estos momentos, Pakist¨¢n se est¨¢ renovando como democracia.
P. ?No ser¨ªa m¨¢s importante para Pakist¨¢n la estabilidad que la democracia?
R. Como es l¨®gico, siempre es mejor tener ambas cosas. Hace poco, nos reunimos en un portaaviones con el general Ashfaq Kayani, jefe de las Fuerzas Armadas paquistan¨ªes, y nos dio la impresi¨®n de que Pakist¨¢n concibe el terrorismo como un problema existencial. Su ej¨¦rcito quiere efectuar por s¨ª mismo operaciones militares en su propio territorio. Estados Unidos y otros pa¨ªses est¨¢n haciendo mucho para respaldarles en esta empresa.
P. La fuerza a¨¦rea estadounidense ya ha llevado a cabo ataques contra campamentos terroristas en suelo paquistan¨ª. Pero eso s¨®lo ha podido ocurrir con el consentimiento del Gobierno de Islamabad. ?No es as¨ª?
R. Existe consenso en torno a la idea de que los extremistas del oeste de Pakist¨¢n son un serio peligro para el pa¨ªs, como acaba de demostrar el devastador atentado contra el hotel Marriott de Islamabad. La voluntad de tomar medidas contra ellos es ahora m¨¢s firme, y hablamos mucho de ello con los nuevos dirigentes paquistan¨ªes.
P. Pero lo que no ha cambiado es el hecho de que cuenta con muy pocos soldados para Afganist¨¢n.
R. Eso es cierto. A pesar de que en los dos ¨²ltimos a?os, las fuerzas de combate estadounidenses han pasado de 21.000 a 31.000 soldados y de que algunos pa¨ªses aliados tambi¨¦n han aumentado sus contingentes, sigue sin haber suficientes efectivos.
P. El general Dan McNeill, que estuvo al mando de las tropas de la OTAN hasta el verano pasado, ha dicho que, de acuerdo con los planteamientos habituales, har¨ªan falta 400.000 hombres para pacificar el pa¨ªs.
R. Pero la cuesti¨®n es de d¨®nde tiene que venir ese refuerzo. No tienen por qu¨¦ ser soldados de la OTAN. Tenemos que desarrollar el Ej¨¦rcito afgano, tenemos que crear una polic¨ªa nacional, tenemos que reforzar a los polic¨ªas de los pueblos y de las ciudades peque?as. Ellos son los que corren el mayor riesgo, est¨¢n all¨ª con sus familias. Lo mismo pasaba en Irak.
P. Toma posesi¨®n de su cargo en un momento en el que en todas partes se est¨¢n viviendo campa?as electorales: en Irak, en Afganist¨¢n y, por supuesto, en Estados Unidos. El pr¨®ximo presidente en Washington tendr¨¢ que soportar la inmensa presi¨®n de la crisis econ¨®mica y de los electores que se preguntan por qu¨¦ el pa¨ªs tiene que gastar tanto dinero en lugares remotos como Afganist¨¢n en lugar de invertir en s¨ª mismo.
R. El motivo de nuestra intervenci¨®n en Afganist¨¢n no es otro que nuestro inter¨¦s vital nacional y el de nuestros aliados.
P. ?Y en qu¨¦ consiste ese inter¨¦s?
R. Tenemos que impedir que Afganist¨¢n vuelva a convertirse en refugio de extremistas, de gentes cuyas actividades terroristas han tenido como consecuencia, entre otras cosas, la destrucci¨®n de las Torres Gemelas del World Trade Center, que un avi¨®n secuestrado se empotrara en el Pent¨¢gono y que otro cayera sobre un sembrado en Pensilvania. ?se es el quid de la cuesti¨®n: hemos empezado esta guerra porque los terroristas del 11 de septiembre de 2001 ven¨ªan de Afganist¨¢n, y no estamos solos en ella, sino que contamos con el apoyo de 40 pa¨ªses aliados.
P. ?Cu¨¢nto durar¨¢ la lucha? ?Qu¨¦ le dice su fr¨ªo realismo al respecto?
R. En el a?o 2005, tras una visita a Afganist¨¢n, le dije al entonces ministro de Defensa Donald Rumsfeld que Afganist¨¢n se convertir¨ªa en la m¨¢s larga de las guerras dentro de esta larga guerra contra el terrorismo. He vuelto a estar all¨ª hace un mes y he visto confirmados mis c¨¢lculos de aquel entonces. Se detectan tendencias que apuntan claramente en la direcci¨®n incorrecta.
P. Mientras no disponga de suficientes tropas terrestres, la fuerza a¨¦rea tendr¨¢ que intensificar sus intervenciones, y eso har¨¢ que sigan perdi¨¦ndose vidas de civiles.
R. En estos momentos estamos revisando cuidadosamente esa cuesti¨®n. El general McKiernan ya ha ordenado que se analice el n¨²mero de intervenciones en apoyo de las tropas terrestres a fin de evitar que se produzcan v¨ªctimas civiles. Evidentemente, tambi¨¦n lo hacemos para no causar problemas al Gobierno afgano y al presidente Karzai, pero lo cierto es que tenemos que seguir matando a los terroristas que quieren asesinar a nuestros soldados.
P. ?Qu¨¦ espera de los pa¨ªses miembros de la OTAN?
R. Tengo que puntualizar que yo no soy general de la OTAN, pero el ministro de Defensa, Robert Gates, ha vuelto a decir recientemente que los socios pueden hacer sus aportaciones de las formas m¨¢s diversas. No tiene que ser ¨²nica y exclusivamente con tropas. Tambi¨¦n pueden apoyar al Ej¨¦rcito afgano con equipamiento militar o con ayuda financiera.
P. En Irak, usted siempre dec¨ªa que el dinero es munici¨®n.
R. Efectivamente, el dinero puede ser munici¨®n, pero depende siempre de la situaci¨®n concreta. Si le disparan, m¨¢s vale que tenga el arma cargada con munici¨®n de verdad.
Traducci¨®n de News Clips. ?Der Spiegel.
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