El club de los primeros suicidas

"Somos el pit-bull de Am¨¦rica: nos pegan, nos maltratan, nos dejan pasar hambre y de vez en cuando nos sueltan para que mordamos a alguien". As¨ª les gusta definirse a los marines que protagonizan la serie de HBO Generation kill, el primer batall¨®n suicida, un grupo de soldados deseosos de apretar el gatillo y cuyos miembros forman la ¨¦lite de combate del ejercito de Estados Unidos.

Evan Wright, un escritor en la mejor tradici¨®n de Hunter S. Thompson, con una ligera tendencia a la locura transitoria, se col¨® en la primera divisi¨®n que entr¨® en combate en Irak. Cuatrocientos tipos dirigidos por un loco, mal equipados, sin repuestos y con una misi¨®n que nunca les fue revelada: concentrar en sus l¨ªneas todo el fuego enemigo, desvelando as¨ª la fuerza y ubicaci¨®n de las fuerzas de Sadam.

El resultado: el relato de una org¨ªa a sangre y fuego que llam¨® la atenci¨®n de los responsables de la prestigiosa cadena de pago, quienes, a su vez, pasaron el proyecto a David Simon.

Durante dos a?os, Simon y Wrigth trabajaron en el proyecto. Lo primero que hicieron una vez listo y empaquetado fue someterlo a la prueba del algod¨®n: "Llevamos la serie a Camp Pendleton, donde se entrenan los marines m¨¢s duros, e hicimos un pase para 500 soldados para ver qu¨¦ tal reaccionaban. Fue incre¨ªble: las risotadas, los gritos... Ah¨ª supimos que lo ten¨ªamos. Si esos tipos se lo creen es que es cre¨ªble", confesaba desde Los ?ngeles Wright, un free-lance que public¨® la serie por entregas en la revista Rolling Stone, antes de escribir el libro.

Generation kill ha acabado convertida en una serie con abundancia de escenas de acci¨®n, eso s¨ª, con ¨¢nimo veraz, nada de espect¨¢culo, y donde el show lo ponen las parrafadas de los marines: "Te llevas a la guardia republicana a un fin de semana a Las Vegas, unas cuantas t¨ªas, unas cuantas copas y ya se habr¨ªa acabado la guerra. As¨ª de simple".