Historia ejemplar del central Jos¨¦ Mingorance
Tranquilo, Coupet. Le habr¨ªa ocurrido lo mismo a cualquier otro portero. Estaba usted en el lugar equivocado: la porter¨ªa del Atleti en una noche negra del Atleti. Y a¨²n le digo m¨¢s: en circunstancias tan adversas como las suyas, lo mismo a Casillas le met¨ªan siete y a Buffon ocho. Aunque ellos no juegan en el Atleti y eso les ayuda seguramente.
Puede que se sienta usted carne de banquillo o carne de traspaso. Para ser sinceros, ahora mismo no pinta muy bien su futuro. Ya sabe que en estos casos suele inmolarse a alguien por aquello del sacrificio y la catarsis. Pues s¨ª, qu¨¦ voy a decirle.
Quiz¨¢ le sirva, o quiz¨¢ no, una historia edificante. No va de un portero, sino de un defensa. Para el caso es lo mismo. Es otra historia de seis goles y de una desgracia.
Ver¨¢ usted, Coupet, c¨®mo acaba ri¨¦ndose de esa noche con el Atleti en el Camp Nou
Ocurri¨® hace muchos, muchos a?os. El 13 de junio de 1963, para ser exactos. El escenario, el estadio Santiago Bernab¨¦u. Usted no hab¨ªa nacido y no puede imaginarse lo que era aquello. Para empezar, a¨²n viv¨ªa Santiago Bernab¨¦u. Y en el palco presidencial estaba Franco, un general al que Dios hab¨ªa contratado personalmente como dictador de Espa?a; no me lo invento, lo pon¨ªa en las monedas. Pues bien, dictadores en el palco, gradas abarrotadas y dos selecciones, la de Espa?a y la de Escocia, sobre el c¨¦sped. Era un partido amistoso, pero important¨ªsimo. El general Franco exig¨ªa que el equipo espa?ol hiciera un buen papel. Escocia ten¨ªa un equipazo porque ten¨ªa a Dennis Law. Mire, mire en las enciclopedias: el tipo era la bomba. Espa?a ten¨ªa un equipo apa?ado, aunque el seleccionador, Villalonga, no hab¨ªa decidido todav¨ªa la defensa titular. Esa noche, precisamente, debutaba un central fin¨ªsimo que destacaba en el C¨®rdoba y parec¨ªa destinado a dirigir la zaga espa?ola. Se llamaba Jos¨¦ Mingorance y ten¨ªa 25 a?os.
No voy a aburrirle con la cr¨®nica del partido. Lo ¨²nico importante es que Escocia pas¨® por encima de Espa?a y gan¨® por 2-6 delante de las narices de Franco y de Bernab¨¦u. Alguien ten¨ªa que pagar y pag¨® Mingorance. Nunca volvi¨® a la selecci¨®n, el pobre Mingorance.
Al a?o siguiente, Espa?a gan¨® la Eurocopa. Fue un ¨¦xito, pero, para m¨ª, tuvo m¨¢s m¨¦rito lo que hizo ese mismo a?o el C¨®rdoba con su central Mingorance. El C¨®rdoba consigui¨® algo que nunca m¨¢s conseguir¨¢ un equipo profesional espa?ol: s¨®lo recibi¨® dos goles en casa. Piense en eso: s¨®lo dos goles. Uno fue en propia puerta y el otro lo marc¨® Di St¨¦fano. Para que se haga una idea del nivel de Mingorance.
Al a?o siguiente, Mingorance se fue al Espanyol. El Espanyol ten¨ªa entonces un gran equipo con aquella delantera a la que llamaban los delfines. Mingorance sigui¨® jugando, se retir¨® y con el tiempo fue olvid¨¢ndose de aquella noche negra de 1963 y de la condena que le cay¨® al central debutante.
Mingorance no se olvid¨®. ?Sabe usted lo que hac¨ªa cuando le hablaban de esa noche? Se re¨ªa.
Ver¨¢ usted, Coupet, c¨®mo acaba usted ri¨¦ndose de esa noche con el Atleti en el Camp Nou. Deje pasar el tiempo. En unos a?os, 15 o 30, lo ver¨¢ usted de otra forma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.