Patrulleros en la Red
La proliferaci¨®n de c¨¢maras y la difusi¨®n de v¨ªdeos por Internet dan pie a abusos, pero tambi¨¦n abren el camino a denuncias all¨ª donde no llega la polic¨ªa
Si hay un bache en Palencia o aparca encima de una acera de Elche, es posible que millones de internautas se escandalicen de la desidia del alcalde de turno. La p¨¢gina Opentopia (www.opentopia.com) capta y cuelga webcams p¨²blicas de todo el mundo. Las hay en Espa?a, Alemania, Jap¨®n, Estados Unidos. Privadas, de ciudadanos y entidades p¨²blicas. El entorno digital y el fen¨®meno del Internet social sirven para que los internautas creen, compartan y participen. Pero tambi¨¦n la web 2.0 ha propiciado que los ciudadanos escriban noticias, cuenten su vida, expongan sus fotos o denuncien lo que se encuentran por la calle. Desde ruidosos tratos con putas a los que aparcan su coche en encima de la acera. Si la autoridad competente no act¨²a, ellos s¨ª. Son los ciberpatrulleros.
Las denuncias en el ciberespacio siempre llegan tras la frustraci¨®n terrenal, despu¨¦s de haber presentado denuncias y m¨¢s denuncias ante el ayuntamiento sin fruto alguno. "Sin Internet no nos hubiesen hecho ni caso", dice el c¨¢mara Jordi Gordon, de Asamblea Ciudadana del Barrio de Universidad. Gordon grab¨® el v¨ªdeo que la asociaci¨®n madrile?a colg¨® en YouTube en junio de 2006.
Un d¨ªa despu¨¦s de difundirlo, una prostituta muri¨® acuchillada en la plaza. "La situaci¨®n era insostenible. Hab¨ªa peleas, tr¨¢fico de crack, de todo; pero el Ayuntamiento hac¨ªa la vista gorda. Pens¨¦ que la ¨²nica v¨ªa para solucionarlo era emplear un medio diferente. Hicimos un v¨ªdeo de mala manera con una camarita desde un piso, pues tem¨ªamos que nos vieran desde la plaza".
Las herramientas tecnol¨®gicas tambi¨¦n les ayudaron a crear un mapa de puntos negros (zonas con alto ¨ªndice de delincuencia) y entreg¨¢rselo al Ayuntamiento. Lo hicieron con Mappy (www.mappy.com/espanol), una especie de Google Maps interactivo donde se pueden editar planos con informaciones.
Seguridad e intimidad
YouTube est¨¢ plagado de v¨ªdeos de denuncia como el de Soledad Torres Acosta. Basta con teclear Madrid o Barcelona y drogas o prostituci¨®n en el buscador para obtener una interminable lista de grabaciones de internautas an¨®nimos. Pero los somatenes virtuales son tambi¨¦n un arma de doble filo: puede ser un atentado contra la intimidad o instrumento de delaci¨®n.
Javier Garc¨¦s, presidente de la Asociaci¨®n de Estudios Psicol¨®gicos y Sociales, lo ve as¨ª: "La normativa jur¨ªdica y la efectiva protecci¨®n de los derechos individuales han quedado superadas por los avances tecnol¨®gicos y la realidad social. La acci¨®n jur¨ªdica pod¨ªa ser m¨¢s o menos eficaz cuando se trataba de evitar la publicaci¨®n de una foto en un peri¨®dico o la emisi¨®n de un programa en una televisi¨®n. Pero ?c¨®mo evitar la difusi¨®n por Internet, con miles de ramificaciones, env¨ªos y reenv¨ªos a trav¨¦s de correos electr¨®nicos individuales o tel¨¦fonos m¨®viles? Los ciudadanos se est¨¢n convirtiendo en peque?os Grandes Hermanos".
La Ley Org¨¢nica de Protecci¨®n de Datos (LOPD) proh¨ªbe el tratamiento ilegal de datos personales sin el consentimiento del interesado. Difundir im¨¢genes personales sin permiso es delito. La sanci¨®n llega a 600.000 euros.
"La instalaci¨®n de sistemas de c¨¢maras y videoc¨¢maras se ha extendido de forma indiscriminada entre las empresas, las instituciones p¨²blicas y los ciudadanos", explica Antonio Troncoso, director de la Agencia de Datos de la Comunidad de Madrid. "Su implantaci¨®n puede colisionar con la protecci¨®n de datos personales. La Ley de Protecci¨®n de Datos es aplicable al tratamiento de este tipo de casos, realizados por cualquier entidad o por particulares. La grabaci¨®n por cualquier ciudadano de im¨¢genes con finalidad diferente de la dom¨¦stica (por ejemplo, por seguridad o para darlas a conocer en Internet) se somete tambi¨¦n a la LOPD".
En Espa?a ya ha habido una sanci¨®n. "Quer¨ªamos denunciar la explotaci¨®n que sufren las prostitutas. Grabamos con cuidado para que no se vieran caras. Nos da igual qui¨¦n venga a Montera, pero estamos hartos de las peleas y las redes de prostituci¨®n. El Ayuntamiento hizo promesas que no cumpli¨® y aqu¨ª daba miedo salir a la calle", explica enfadado Crist¨®bal (prefiere no dar su apellido), de la asociaci¨®n Nuevos Vecinos de Montera (Madrid).
En octubre de 2007, su plataforma colg¨® 22 v¨ªdeos en YouTube. La Agencia de Protecci¨®n de Datos les sancion¨® con 601 euros. No van a reclamar aunque, seg¨²n Crist¨®bal, llevan las de ganar. "Es alucinante. En Internet hay millones de v¨ªdeos donde se ve a gente copular; pero la Agencia no hace nada. Est¨¢ regulando en un campo, Internet, que no es el suyo. La nuestra ha sido una sanci¨®n ejemplificadora".
"La situaci¨®n ha llegado hasta tal punto", explica el psic¨®logo Garc¨¦s, "que si se aplicase estrictamente el derecho a la propia imagen y a la intimidad de todas las personas, incluidos los considerados famosos, una gran parte de los programas de televisi¨®n, de las revistas y de las webs tendr¨ªan que desaparecer".
En EE UU no hay una regulaci¨®n. La omnipresencia de los sistemas de videovigilancia es tan exagerada que una publicidad de ropa advert¨ªa: "Usted aparece en un v¨ªdeo unas diez veces al d¨ªa, ?est¨¢ seguro de que va bien vestido para ello?".
Detenidos por el v¨ªdeo
El ciberespacio se ha llenado de ciberpatrulleros estadounidenses. Algunos son celebridades, como Jimmy Justice (un seud¨®nimo), que ha grabado m¨¢s de treinta horas sobre abusos de autoridad e infracciones cometidas por agentes neoyorquinos. Algunas im¨¢genes suman m¨¢s de 300.000 vistas.
Otra celebridad es Video Vigilante. Detr¨¢s de ese nombre est¨¢ Brian Bates, fundador de JohnTV.com, donde denuncia la prostituci¨®n y sus redes. En el caso de Ron Hinton, Gangbuster, un marine de California, hay divisi¨®n de opiniones. Hinton graba a adolescentes que identifica como delincuentes; seg¨²n algunos ha conseguido que la delincuencia se reduzca, para otros es un simple racista.
Kathy Kozan se dedica desde el a?o 2005 a patrullar la zona discotequera de Chicago. En agosto de 2007, Kothan pill¨® a un supuesto delincuente cometiendo un asesinato. La polic¨ªa utiliz¨® el v¨ªdeo para cerrar el local donde actuaba y detener al supuesto criminal. Pero Estados Unidos es el otro extremo de Espa?a. No hay una legislaci¨®n tan rigurosa, ni sobre la privacidad ni sobre la protecci¨®n de datos personales.
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