La crecida del r¨ªo Girona alarma de nuevo a La Marina

Mar¨ªa admite que la noche del jueves no pudo dormir en su vivienda de El Verger. "Nos dec¨ªan que nos tranquiliz¨¢ramos, que no pasaba nada porque no ha llovido como el a?o pasado, pero yo miraba el cielo negro, ve¨ªa que volv¨ªa a llover y recordaba lo que pas¨® entonces. Y, se lo juro, no he pegado ojo". A la entrada del portal de su casa en la calle Divina Aurora, una vecina de Mar¨ªa asiente con la cabeza y luego a?ade: "Cuando el r¨ªo lleva agua no puedo evitarlo: en seguida me entra el p¨¢nico".

Son noches en vela en el r¨ªo Girona. En El Verger, en Beniarbeig, en Els Poblets, en Ondara, los vecinos chequean torrentes y barrancos, miran de soslayo al r¨ªo y no se pierden ni un parte meteorol¨®gico porque hay una fecha que no se les va de la memoria: la del 12 de octubre de 2007, cuando el Girona se desbord¨®, inund¨® y mat¨®.

Los pueblos que sufrieron la riada el a?o pasado pasan la noche en vela

Protecci¨®n Civil evita el uniforme naranja para no dar sensaci¨®n de alarma

Desde que esta semana la Generalitat declar¨® la preemergencia y comenz¨® a llover (s¨®lo el jueves se registraron en 24 horas m¨¢s de 200 litros por metro cuadrado) el temor ha vuelto a adue?arse de La Marina Alta: "El momento m¨¢s cr¨ªtico fue sobre las nueve de la noche del jueves, cuando unas cuarenta personas contemplaban el Girona en El Verger y se supo que el r¨ªo se hab¨ªa desbordado en la Vall d'Ebo", comenta Jos¨¦ Ram¨®n Mahiques, de la plataforma Riu Girona, cuyos miembros vigilan constantemente la zona.

Fue entonces, a partir de esa hora, cuando comenz¨® la noche en vela. Y, ayer viernes, se suced¨ªan los mismos testimonios en El Verger: "Le dije a mi marido que me iba a dormir al piso de arriba, que no me quedaba en la planta baja de la casa", comenta Rosa, otra vecina que hace un a?o sufri¨® la inundaci¨®n de su inmueble.

El miedo contin¨²a ah¨ª, pegado en la piel, en la memoria. Por ese motivo, la principal labor de las polic¨ªas locales y de Protecci¨®n Civil ha sido tranquilizar a la poblaci¨®n. Un miembro de este ¨²ltimo dispositivo en El Verger subraya que aunque no hay motivo para la alarma, mucha gente no se relajar¨¢ hasta que cambie el tiempo. Muchos integrantes de Protecci¨®n Civil evitaron el jueves el uniforme color naranja para no alarmar.

Es cierto que el nivel del r¨ªo ha vuelto a crecer en estos d¨ªas. Pero el color de sus aguas es claro, "lo que indica que el cauce est¨¢ limpio y que por ahora no hay peligro de desbordamiento", se?ala C¨¦sar M., un vecino de Beniarbeig, quien critica al Consell y a la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del J¨²car "porque si hubieran tomado medidas el a?o pasado, las inundaciones no hubieran sido tan graves". En Beniarbeig, la noche del jueves fue especialmente dura y sin luz.

De cualquier forma, tras las noches de vela vuelve el d¨ªa y la vida sigue junto al Girona. Ayer en El Verger unos vecinos segu¨ªan reformando sus casas da?adas tras la riada del a?o pasado y otros barr¨ªan de hojarasca seca las orillas tras las ¨²ltimas lluvias. Y en Els Poblets, la terraza del bar Andreu, casi asomada al cauce del r¨ªo, estaba llena y la clientela parec¨ªa relajada.

Eso s¨ª, esa vida nunca volver¨¢ a ser igual. Los vecinos han adquirido ya unos h¨¢bitos que repiten como automatismos cada vez que hay precipitaciones. "En cuanto vi que llov¨ªa cambi¨¦ el coche de sitio, porque el otro que ten¨ªa se lo llevaron las aguas y lo perd¨ª", comenta Josep Ivars, un vecino Els Poblets.