Que Madrid no se pare

No hay pasta. A la crisis de car¨¢cter planetario que sufre la econom¨ªa mundial se une la provocada por el pinchazo en la burbuja del ladrillo a nivel local. Del ladrillo chupaban los especuladores inmobiliarios y constructoras, pero tambi¨¦n las administraciones auton¨®micas y locales. Por eso dejaban hacer, porque entraba dinero a paletadas para avivar las calderas y porque pod¨ªan gastarlo en obras y m¨¢s obras y sacar pecho en las elecciones. Todo eso se acab¨®.

Merman los impuestos por construcci¨®n, las tasas urbanas, las plusval¨ªas y los beneficios por la venta de suelo. La recaudaci¨®n ha ca¨ªdo en picado y los consejeros y concejales de Econom¨ªa y Hacienda hacen encaje de bolillo para sacar las cuentas adelante sin que se les vea el cart¨®n. Si hablamos de ayuntamientos, no hay uno solo que escape del apret¨®n, aunque pocos lo tienen tan crudo como el de Madrid. El Consistorio que preside Alberto Ruiz-Gallard¨®n ya estaba tieso en los tiempos de vino y rosas. La gran operaci¨®n de la M-30 enterr¨® tantos millones de euros como metros de autov¨ªa, dejando una macrodeuda que terminar¨¢n de pagar los hijos de nuestros nietos. Una factura cuyo plan de pagos fue pensado desde la opulencia, no para encajarlo en una econom¨ªa de guerra.

Gallard¨®n ha cortado el grifo de las inversiones tratando de salvar lo que lo que m¨¢s le luce

Y como al perro flaco todo se le vuelven pulgas, van a cobrar 70 millones menos de lo estimado por esos horrendos pantallones que nos plantaron inmisericordes en los puntos m¨¢s visibles de la ciudad. Por eso Gallard¨®n ha cortado el grifo de las inversiones tratando de salvar lo que est¨¢ en marcha y lo que m¨¢s le luce. A la espera de tiempos mejores quedar¨¢n las escuelas infantiles y centros de mayores, que no s¨®lo cuesta levantarlos, sino tambi¨¦n mantenerlos.

De la quema se libra en cambio la reforma de Prado-Recoletos, por entenderla emblem¨¢tica, la operaci¨®n Madrid R¨ªo, la remodelaci¨®n de Serrano, que costean con plazas de garaje, y peatonalizaciones como la de Fuencarral, porque cuestan poco y la relaci¨®n lucimiento-precio es magn¨ªfica. Con estos u otros criterios de discriminaci¨®n y parecidas proporciones, casi todos los ayuntamientos de la regi¨®n se afanan en meter la tijera para salvar los muebles de la quema. La crisis condena al aplazamiento, cuando no al olvido, cualquier proyecto que fuera a financiarse con la obtenci¨®n de plusval¨ªas urban¨ªsticas.

El caso m¨¢s paradigm¨¢tico es la Operaci¨®n Chamart¨ªn, un plan estrat¨¦gico que ha perdido el tren de las vacas gordas por la codicia de los privados y la chuler¨ªa o mala cabeza de los pol¨ªticos que lo han tenido en sus manos. Ni cuando en las tres administraciones gobernaba el PP y hab¨ªa dinero y te quitaban los pisos u oficinas de las manos fueron capaces de ponerse de acuerdo para repartir las plusval¨ªas. Ahora es demasiado tarde, la demanda de suelo est¨¢ contra¨ªda y no salen las cuentas.

As¨ª que dormir¨¢ el sue?o de los justos un plan que, adem¨¢s de condicionar los desarrollos de toda la zona, bloquea una obra tan necesaria para racionalizar el tr¨¢fico como el bypass norte de la M-30. Un subterr¨¢neo que acabar¨ªa con el absurdo de un anillo de circunvalaci¨®n plagado de puentes y t¨²neles que en su tramo norte se topa con cuatro sem¨¢foros. Est¨¢ por ver cu¨¢l ser¨¢ el impacto de la crisis en las grandes obras que planeaba la Comunidad de Madrid, pero es seguro que lo habr¨¢. La Ciudad de la Justicia est¨¢ en el aire, y proyectos que cuestan un past¨®n, como el pol¨¦mico cierre de la M-50 bajo el monte del Pardo o la autopista paralela a la carretera de La Coru?a, ambos de peaje, podr¨ªan ser ralentizados hasta que escampe.

Eso mismo cabr¨ªa temer a medio plazo de los planes del Ministerio de Fomento para Madrid, aunque en 2009 aumentar¨¢ la inversi¨®n en algo m¨¢s de un 3%. Magdalena ?lvarez tiene sobre su mesa dos radiales de pago cuyos tr¨¢mites est¨¢n pidiendo a gritos un empuj¨®n. Pendiente s¨®lo de adjudicaci¨®n est¨¢ la R-1 , la obra que aliviar¨ªa el colapso con que amenaza la autov¨ªa hacia Burgos. Pero el mayor reto ser¨ªa acometer el Plan de Cercan¨ªas, para el que ha dispuesto 210 millones de euros de los casi 5.000 que se ambicionan. Un 40% m¨¢s de v¨ªas y 20 nuevas estaciones para mejorar la red de transporte m¨¢s valorada por los madrile?os junto a la del metro. Habr¨¢ que afinar el gasto, pero la obra p¨²blica debe contribuir a sujetar la actividad de una regi¨®n que tira del resto del Estado.

No es momento de enredarse en broncas ni ponerse medallas. Las tres administraciones han de coordinarse para sacar el mayor brillo posible a los recursos y remar en la misma direcci¨®n. No pueden permitir que Madrid se pare.