S¨¢lvese quien pueda
Personas como Richard Fuld son de las que pueden suscitar cierta envidia. Se trata del hombre que gan¨® cientos de millones de d¨®lares en los ¨²ltimos ocho a?os al frente de Lehman Brothers, hasta la ca¨ªda en bancarrota del cotizado banco de inversiones. Ahora lamenta la p¨¦rdida del trabajo; se dice dolorido por si se hubiera equivocado en algo, aunque nada comparable a la zozobra de otros.
Estados Unidos es el pa¨ªs donde tales datos salen a la luz p¨²blica gracias a un trabajo parlamentario digno de ese nombre. En plena audiencia del comit¨¦ correspondiente, el congresista republicano Henry Waxman le espet¨® al ex presidente del banco quebrado:
-Su compa?¨ªa est¨¢ ahora en bancarrota, nuestra econom¨ªa se encuentra en estado de crisis, pero usted se lleva 480 millones de d¨®lares. Tengo una pregunta muy b¨¢sica para usted: ?es esto justo?
Berl¨ªn ha sostenido que las intervenciones de socorro en bancos europeos son cosa de cada "Estado soberano"
La UE no es un Estado federal; por tanto, no puede responder a la crisis financiera como Estados Unidos
Y el ex presidente de Lehman Brothers respondi¨® que ¨¦l solamente hab¨ªa cobrado 250 millones. Eso s¨ª, tambi¨¦n le hab¨ªan pagado una casa de 14 millones frente al mar en Florida, otra casa de vacaciones en Sun Valley (Idaho), una colecci¨®n de obras pict¨®ricas...
Tales precisiones enfadaron al congresista, que se lanz¨® directo al fondo:
-Parece como si el sistema hubiera trabajado para usted. (...) No podemos continuar con un sistema donde los ejecutivos de Wall Street privatizan todas las ganancias y entonces se socializan todas las p¨¦rdidas.
Son cosas que suceden al otro lado del Atl¨¢ntico. Pero Europa es otra cosa: ?o no? Hace un par de a?os, habr¨ªa provocado grandes carcajadas la simple posibilidad de que los Estados europeos tuvieran que inyectar dinero en algunos de los bancos m¨¢s grandes de sus pa¨ªses -?lo que cost¨® a Francia liberarse de la funesta man¨ªa nacionalizadora del primer Mitterrand!-; mientras que ahora contemplamos, casi con naturalidad, que este o aquel banco se ponga en manos de pol¨ªticos transformados en avalistas, cuando no en seminacionalizadores de bancas arruinadas, como Gordon Brown. ?Alguien da prioridad al descubrimiento de eventuales responsables de los desastres? De momento, los mandatarios de los pa¨ªses europeos se pasan el muerto. Frente al vendaval del p¨¢nico financiero, la unidad de los Veintisiete ha aguantado menos que la l¨ªnea Maginot ante la embestida militar alemana en 1940.
Han sido d¨ªas de desbandada. Casi, del s¨¢lvese quien pueda. Varios pa¨ªses de la UE han sugerido que se constituya un "fondo com¨²n europeo" para enfrentarse a las situaciones de emergencia y hacer realidad aquello de que en Europa no hay Lehman Brothers que valga. Pero esa propuesta tropieza con la oposici¨®n de Alemania, llamada a contribuir fuertemente a la creaci¨®n de tal fondo como mayor econom¨ªa de la UE, justo cuando hab¨ªa logrado restablecer el equilibrio de sus cuentas p¨²blicas. Berl¨ªn ha impuesto el criterio de que las intervenciones necesarias sean decididas soberanamente por cada Estado. "Cada pa¨ªs debe tomar sus responsabilidades a escala nacional", ha argumentado la canciller cristianodem¨®crata, Angela Merkel, en sinton¨ªa con su ministro de Econom¨ªa, el socialdem¨®crata Peer Steinbr¨¹ck.
A falta de coordinaci¨®n econ¨®mica, la iniciativa del presidente de turno de la UE, Nicolas Sarkozy, fiando la "respuesta europea" a la crisis a una reuni¨®n de los mandatarios de s¨®lo cuatro pa¨ªses (los miembros europeos del G-7), ha revelado la importancia atribuida por los pol¨ªticos a colocarse en el directorio de la UE, antes que meterse en el jard¨ªn de buscar las causas del mal funcionamiento del sistema.
La Uni¨®n Europea no puede responder a la crisis financiera como lo ha hecho Estados Unidos. Resulta evidente que la UE no es un Estado federal, y, por tanto, no existe el contribuyente europeo, cuyo dinero pueda captarse para utilizarlo en el recosido del sistema financiero. Lo que por fortuna existe es una autoridad monetaria com¨²n -s¨®lo de una parte de la UE, aunque una parte muy significativa-, pero el Banco Central Europeo mal puede servir de Gobierno econ¨®mico.
Asistimos as¨ª a la paradoja de que un espacio como el europeo, pretendidamente m¨¢s atravesado de controles y regulaciones que el denostado capitalismo estadounidense, sufre dificultades no menores para restablecer la confianza. La pr¨®xima semana hay otra oportunidad en forma de Cumbre de la UE: ojal¨¢ que la imagen de comunidad vaya m¨¢s all¨¢ de la habitual "foto de familia". -
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.