Un cambio sindical hacia el continuismo
Una nueva generaci¨®n de l¨ªderes llega a la direcci¨®n de las principales centrales en un momento de divisi¨®n y de p¨¦rdida de influencia en la sociedad
Nadie duda de que la impronta personal de un dirigente puede modificar los h¨¢bitos y las formas de toda una organizaci¨®n. Hay quien apunta incluso que determinadas coyunturas pueden obligar, en t¨¦rminos generales, a buscar puntos de acuerdo en colectivos radicalmente enfrentados. El problema radica en saber si algo de eso es trasladable al dividido mundo del sindicalismo vasco, ahora que tres de los cuatro secretarios generales de las centrales m¨¢s representativas, los de LAB, ELA y CCOO, abandonan el cargo.
El pr¨®ximo mes, Jos¨¦ Elorrieta ceder¨¢ el testigo al frente de ELA a Adolfo Mu?oz. En enero, Josu Onaindi dejar¨¢ la secretar¨ªa general de CCOO en Euskadi en manos de un sustituto a¨²n no definido pero que podr¨ªa ser Unai Sordo, responsable de la organizaci¨®n de Vizcaya. Y el pasado mayo LAB ya realiz¨® su transici¨®n con el relevo de Rafael D¨ªez Usabiaga por Ainhoa Etxaide.
La ¨²nica protesta unitaria en muchos a?os se gest¨® en reuniones bilaterales
CCOO, LAB y UGT achacan a ELA mayor responsabilidad en el deterioro laboral
ELA condiciona la unidad de acci¨®n a que los dem¨¢s acepten su estrategia
Con ellos llega a la c¨²pula de las centrales una nueva generaci¨®n de sindicalistas que, en opini¨®n de expertos en relaciones laborales, de la patronal y del Consejo de Relaciones Laborales (CRL), van a deber reflexionar sobre si el actual modelo de relaciones intersindicales es sostenible. Y, sobre todo, si el precio de la lucha despiadada que mantienen por la hegemon¨ªa no est¨¢ resultando demasiado alto para los trabajadores y las propias centrales.
"El movimiento sindical nunca ha sido tan d¨¦bil desde la Transici¨®n, y nunca ha tenido tan poca influencia en el mundo de la empresa como ahora", sostiene un experto en relaciones laborales. De hecho, el sindicalismo vasco est¨¢ perdiendo posiciones en la batalla por una redistribuci¨®n m¨¢s social de la riqueza. El impacto de las rentas de trabajo en el PIB es cada vez m¨¢s peque?o -ha ca¨ªdo del 54,7% en 1993 al 48,6% en 2006- y la distancia entre rentas bajas y altas es cada vez mayor. Pese al aumento espectacular de los beneficios empresariales en la ¨²ltima d¨¦cada, el panorama laboral en Euskadi sigue arrojando muchas sombras. En v¨ªsperas de que se culmine esa renovaci¨®n, los sindicatos apuestan por el continuismo en sus estrategias.Con la boca peque?a, todas las centrales coinciden de una u otra manera en que "los perdedores" por esa competencia por la hegemon¨ªa sindical son quienes sufren en sus condiciones laborales la alta temporalidad -el 28%, la mayor de Espa?a y el doble de la de la UE- y los bajos salarios -el 30% de los empleados no llega a los mil euros mensuales y el 42,7% del total no alcanza los 1.200-. Tambi¨¦n pierde, fruto de ese enfrentamiento, el 80% de la poblaci¨®n activa que trabaja en peque?as y medianas empresas (las pymes) y que en buena parte ha estado privada de mejoras de sus condiciones al estar bloqueados los convenios sectoriales. En ocasiones, hasta cinco a?os, como el del Metal en Vizcaya y ?lava.
"Las empresas se han adaptado mejor a la batalla entre sindicatos y han salido beneficiadas del reparto de beneficios, precisamente cuando el crecimiento de ¨¦stos hac¨ªa viable una redistribuci¨®n m¨¢s social", asume el secretario general de UGT en Euskadi, D¨¢maso Casado. "Hay que avanzar a acuerdos estrat¨¦gicos intersindicales", agrega.
En un momento en que las empresas mutan hacia unidades m¨¢s peque?as a trav¨¦s de las subcontratas, aparecen nuevas formas de trabajo y se tiende hacia la individualizaci¨®n de las condiciones laborales, "los sindicatos siguen anclados en batallas organizativas internas", critica un abogado que presta sus servicios como mediador en el Procedimiento de Resoluci¨®n de Conflictos (Preco).
El enfrentamiento de las c¨²pulas sindicales llega hasta extremos casi rid¨ªculos. La manifestaci¨®n unitaria del 11 de abril en Vitoria, in¨¦dita en a?os, en la que las cuatro centrales mayoritarias rechazaron la investigaci¨®n del Tribunal Vasco de Defensa de la Competencia sobre la no apertura de grandes superficies en festivos, se gest¨® en conversaciones bilaterales. Los m¨¢ximos responsables de los cuatro sindicatos -Elorrieta deleg¨® en su sucesor, Adolfo Mu?oz, al hallarse enfermo- no llegaron a reunirse ni una sola vez hasta el d¨ªa de la protesta.
Su batalla, "tremendamente politizada", est¨¢ generando en opini¨®n de algunos analistas una atrofia en el movimiento social. Apenas si crecen las afiliaciones -suponen cerca del 20% de la poblaci¨®n activa- y a las elecciones sindicales s¨®lo acude el 40% de los trabajadores, de empresas medianas y grandes sobre todo. La fotograf¨ªa electoral no se ha movido m¨¢s que unas d¨¦cimas en los ¨²ltimos diez a?os, con ELA como sindicato mayoritario con el 40% de los delegados en Euskadi.
La patronal Confebask defiende que ser¨ªa deseable un cambio. Su director de Relaciones Laborales, Jon Bilbao, no se muestra, sin embargo, especialmente optimista respecto de la posibilidad de que se produzca a corto plazo. "Las sucesiones al frente de los sindicatos se han realizado o est¨¢n planteadas de manera ordenada, y sin convulsi¨®n interna. Eso hace pensar en la continuidad. Ya veremos qu¨¦ pasa a largo plazo", apunta.
Oyendo a los dirigentes de los sindicatos, la esperanza de volver a acciones unitarias en las relaciones laborales se esfuma con rapidez, aunque ninguno de ellos cierra la puerta definitivamente.
El secretario general de ELA, Jos¨¦ Elorrieta, dej¨® clara su apuesta por la diferenciaci¨®n sindical al evitar la unidad con UGT y CC OO en la campa?a por el "trabajo decente" impulsada en todo el mundo la pasada semana por la Confederaci¨®n Sindical Internacional (CSI), a la que pertenecen las tres centrales. En un acto en solitario en Bilbao dej¨® abierta una puerta a la colaboraci¨®n, pero siempre que "se respeten las mayor¨ªas"; es decir, que las dem¨¢s organizaciones se pliegen a su estrategia y no firmen convenios en minor¨ªa.
La constataci¨®n de que la divisi¨®n afecta negativamente a los asalariados la dej¨® patente el responsable de negociaci¨®n colectiva del sindicato nacionalista, Joseba Villareal: "En estos momentos estamos solos y no prevemos a corto plazo que sea posible contar con alianzas. Somos conscientes de que juntos podr¨ªamos hacer m¨¢s, pero solos en muchas ocasiones tambi¨¦n podemos", ha declarado a la revista de ELA Landeia.
El miembro de la direcci¨®n de LAB Jos¨¦ Luis Rezabal pone en valor la unidad sindical "como un factor muy importante para mejorar la correlaci¨®n de fuerzas y hacer frente a la situaci¨®n de una patronal que gana terreno". Sin embargo, matiza que s¨®lo ser¨¢ posible y eficaz en la medida en que se comparta tanto el diagn¨®stico de la situaci¨®n como la estrategia a seguir.
Desde CCOO, su secretario general en Euskadi, Josu Onaindi, describe ese concepto como la b¨²squeda de puntos en com¨²n, desde proyectos distintos, "frente a quienes han hecho del hegemonismo en clave exclusivista su leitmotiv sindical".
CCOO, LAB y UGT tambi¨¦n coinciden en algunas cr¨ªticas. Atribuyen a ELA la mayor parte de la responsabilidad en el deterioro de las condiciones de trabajo, en consonancia a su mayor¨ªa sindical. Coinciden, con matices, en que la actual situaci¨®n es el mejor argumento de que la lucha sindical en solitario no resulta rentaba para los trabajadores.
Renovaciones
- (Ainhoa Etxaide, (Hondarribia, 1972) fue nombrada secretaria general de LAB en sustituci¨®n de Rafael D¨ªez Usabiaga en el octavo Congreso, celebrado en mayo pasado en Bilbao.
- Adolfo Mu?oz, ( Txiki, (Ba?os de Ebro, 1959) sustituir¨¢ a Jos¨¦ Elorrieta en el 12? Congreso que ELA, el sindicato mayoritario, celebrar¨¢ los pr¨®ximos 26 y 27 de noviembre.
- Josu Onaindi, dejar¨¢ su cargo en enero de 2009 en el 19? Congreso de CCOO de Euskadi. La central no ha confirmado el candidato para sustituirle, pero el m¨¢s nombrado es el responsable de Vizcaya, Unai Sordo.
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