Seve sufre un tumor cerebral
"Quiero ser el mejor en el partido m¨¢s dif¨ªcil", dice el golfista c¨¢ntabro
A Severiano Ballesteros siempre le ha apasionado el ciclismo. Ha admirado a Indurain, ha seguido a Delgado en el Tour y, por lo tanto, seguro que conoce bien la historia de Lance Armstrong, de c¨®mo el estadounidense super¨® un c¨¢ncer, regres¨® a la vida transformado en un campe¨®n m¨¢s grande a¨²n. Seguro que la conoce y seguro que la tiene presente en estos momentos en los que, hospitalizado en La Paz, lucha contra un tumor cerebral que amenaza su vida.
"Durante toda mi carrera he sido uno de los mejores salvando obst¨¢culos en los campos de golf", dijo ayer Ballesteros, de 51 a?os, en un comunicado en el que informaba por primera vez del alcance de la enfermedad que le mantiene internado en el hospital madrile?o desde el domingo pasado; "y ahora quiero ser el mejor afrontando el partido m¨¢s dif¨ªcil de mi vida".
Como Armstrong, como todos los grandes campeones, y m¨¢s a¨²n en su caso, como los sabios, Ballesteros ve¨ªa un camino, una v¨ªa abierta, donde una persona normal s¨®lo apreciaba un obst¨¢culo, un muro infranqueable. Y, por esa capacidad innata para ver una oportunidad de victoria donde los dem¨¢s s¨®lo empezaban a lamentar su derrota, Ballesteros, que se encuentra l¨²cido, locuaz y, evidentemente, preocupado, es necesariamente optimista.
Su cabeza genial, excepcional, que le permit¨ªa afirmar, y demostrar, que el camino m¨¢s corto entre el tee y el green no pasaba obligatoriamente por la calle -y gan¨® un Open Brit¨¢nico, uno de los cinco grandes de su carrera, con un golpe ¨²nico desde un parking-; su cabezoner¨ªa y tozudez a la hora de convertirse en profesional de golf jugando de noche, a la luz de la luna, como los maletillas, en el campo prohibido de Pedre?a, y salir a los 18 a?os, sin un duro en el bolsillo, a conquistar el mundo armado de una docena de palos de golf; su forma tan directa y tan poco pol¨ªtica de afrontar los problemas y relacionarse con el mundo, entrando en falta muchas veces, sin dar tiempo a respirar al que ten¨ªa enfrente -"est¨¢s muy gordo", era lo primero que dec¨ªa a uno al que a lo mejor hac¨ªa un a?o que no saludaba; "tienes que intentar la dieta de la pi?a"- ser¨¢n tambi¨¦n sus mejores armas en lo que se antoja una lucha desigual contra la enfermedad que le aflige desde hace tiempo y cuyo diagn¨®stico no ha tenido hasta esta semana.
?No fue acaso capaz, y aquello s¨ª que parec¨ªa una misi¨®n imposible, no s¨®lo de lograr que la Copa Ryder dejara de ser un party exclusivo de brit¨¢nicos y norteamericanos, que consideraban el golf propiedad privada, sino tambi¨¦n de llevar una edici¨®n a Espa?a y de hacer que Europa la ganara unas cuantas veces?
Ya en los primeros ex¨¢menes m¨¦dicos a que se someti¨® el lunes pasado se le detect¨® un tumor cerebral de un tipo poco usual, compatible con un oligodendroglioma, muy desarrollado, de unos cinco cent¨ªmetros. El tipo de tratamiento que seguir¨¢ para intentar acabar con ¨¦l -una intervenci¨®n quir¨²rgica, quimioterapia, radioterapia- depender¨¢ de los resultados de la biopsia a que se someter¨¢ ma?ana.
El diagn¨®stico lo conoc¨ªa el golfista y algunos familiares cercanos desde el primer momento, pero Ballesteros quiso que no trascendiera p¨²blicamente -corriendo el riesgo de habladur¨ªas y especulaciones est¨²pidas- hasta haber informado personalmente a dos de sus tres hijos, que no se encontraban en Espa?a, y a la madre de ellos, Carmen Bot¨ªn, de la que se divorci¨® hace a?os.
Una de las pocas personas que le ha podido visitar en el hospital es su amigo, heredero y colega Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal, quien tambi¨¦n ha pasado por una grave enfermedad y que se encontraba en Madrid disputando un torneo. El s¨¢bado por la tarde, despu¨¦s de jugar, Olaz¨¢bal se pas¨® media hora charlando con Seve. "Le vi muy bien", dijo el de Hondarribia, el ¨²nico espa?ol, junto a Ballesteros, que ha ganado, y dos veces tambi¨¦n, el Masters de Augusta; "l¨®gicamente, preocupado por lo que tiene en la cabeza, pero con mucho ¨¢nimo".
A la luz de lo desvelado ayer por el golfista, cobran una explicaci¨®n l¨®gica su entonces inexplicable accidente de circulaci¨®n en Somo o su acelerado declive como jugador en el ¨²ltimo a?o; y tambi¨¦n a la luz de su desgracia, el sentimiento de compasi¨®n ha invadido al mundillo del golf espa?ol, del que tan excluido se sent¨ªa en los ¨²ltimos a?os Ballesteros, quiz¨¢s castigado por lo que era su mayor activo, su car¨¢cter genial.
"Afronto la situaci¨®n con fuerza"
Durante toda mi carrera he sido uno de los mejores salvando obst¨¢culos en los campos de golf. Y ahora quiero ser el mejor afrontando el partido m¨¢s dif¨ªcil de mi vida, con todas mis fuerzas, contando adem¨¢s con quienes me est¨¢is haciendo llegar mensajes de aliento.
Una vez que he podido informar a mis tres hijos personalmente (dos de ellos no se encontraban en Espa?a) y a su madre, ahora os puedo comunicar la enfermedad que padezco.
Despu¨¦s de un chequeo exhaustivo que me ha sido realizado en el Hospital de La Paz (Madrid), se me ha detectado un tumor cerebral. Siempre me he solidarizado con aquellas personas que afrontan enfermedades, incluso mucho mayores que la m¨ªa.
Por ello, quiero recordarles que con valor, fe, serenidad, confianza y mucha fuerza mental hemos de afrontar cualquier situaci¨®n por muy dif¨ªcil que ¨¦sta sea. Ahora mi deseo es pedir respeto para mi familia y especialmente para mis hijos. Os mantendremos informados.
Severiano Ballesteros
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