Solvencia
La banca es s¨®lo el principio: hay que ponerse ya a pensar en el rescate p¨²blico de las empresas de servicios. Peter Hain, antiguo ministro de Pensiones en el Reino Unido, dec¨ªa ayer que es muy probable el colapso de algunas compa?¨ªas suministradoras de electricidad y agua, y, en su pa¨ªs, tambi¨¦n de los ferrocarriles porque se privatizaron. Las el¨¦ctricas parecen especialmente fr¨¢giles, por su necesidad de refinanciar continuamente una deuda enorme. Y la sociedad no puede permitirse que quiebren: la civilizaci¨®n depende, en ¨²ltima instancia, de que haya un enchufe a mano.
Hablamos, por supuesto, de asuntos brit¨¢nicos. All¨ª la banca es d¨¦bil, varias entidades han ca¨ªdo y el Gobierno laborista de Gordon Brown se ha visto obligado a actuar como si fuera laborista: el Estado tomar¨¢ participaciones en las entidades auxiliadas, con el fin de controlar desde dentro el uso del dinero p¨²blico.
Eso no pasa en Espa?a. La banca espa?ola es la m¨¢s solvente del mundo. Es tan solvente, y tan aplicada, que va a llevarse un premio del contribuyente: 50.000 millones con los que puede hacer m¨¢s o menos lo que le d¨¦ la gana. No hay ninguna necesidad de que al Gobierno socialista de Zapatero le entre un ataque de socialismo y compre acciones, exija garant¨ªas o meta las narices en la gesti¨®n del dinero que cede. Los banqueros, es p¨²blico y notorio a estas alturas, saben muy bien lo que se hacen. Y adem¨¢s, en Espa?a, no s¨¦ si lo he dicho ya, son muy solventes. Tanto, que nadie les exige que expliquen cu¨¢nto les costar¨¢ la implosi¨®n inmobiliaria. ?Para qu¨¦?
Espa?a es diferente. Ah¨ª tienen a Esperanza Aguirre, autora de maravillas en los ramos de la educaci¨®n y la sanidad, presta a privatizar el 49% del Canal de Isabel II y Telemadrid. Mientras en el resto de Europa se expande el sector p¨²blico, porque en el privado nadie suelta un duro, en Madrid se habla de privatizaciones. Normal: sobra la pasta y en alg¨²n lugar hay que invertirla.
Da gusto vivir en un pa¨ªs as¨ª. Desgracias financieras tendremos como todos, o m¨¢s, pero con esta clase pol¨ªtica ya pueden venir tormentas: estamos en las mejores manos.
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