El ¨²ltimo asalto
Cuando el mago de las campa?as electorales dem¨®cratas James Carville le propuso a su jefe, Bill Clinton, adoptar como lema de campa?a en 1992 las famosas cuatro palabras, "?Es la econom¨ªa, est¨²pido!", no pod¨ªa ni so?ar que 16 a?os despu¨¦s la econom¨ªa se convertir¨ªa no s¨®lo en preocupaci¨®n, como entonces, sino en obsesi¨®n, como ahora, a consecuencia del terremoto que ha sacudido las instituciones financieras y la seria amenaza de recesi¨®n que se cierne sobre las econom¨ªas mundiales. El efecto que la preeminencia de la econom¨ªa sobre cualquier otro asunto est¨¢ teniendo en la campa?a presidencial estadounidense se ha mostrado devastador para las aspiraciones del candidato republicano a la Casa Blanca, John McCain.
Para McCain, lo grave no es ir por detr¨¢s a escala nacional, sino tambi¨¦n en Florida y Virginia
Hasta el desencadenamiento de la crisis hace tres semanas, el senador por Arizona igualaba en los sondeos, y en algunos le superaba, a su contrincante dem¨®crata, Barack Obama. Su experiencia pol¨ªtica como diputado, primero, y luego como senador durante 26 a?os por Arizona, su conocimiento de la pol¨ªtica exterior y de los temas relacionados con la seguridad nacional, su fama de lobo solitario enfrentado muchas veces con su propio partido, su historial militar como piloto de la Marina, incluidos cinco a?os y medio prisionero de los norvietnamitas, compensaban sus carencias en otros temas, incluido el econ¨®mico, y su inferioridad dial¨¦ctica con relaci¨®n a Obama. Pero lleg¨® la crisis y al pueblo americano, preocupado por su puesto de trabajo, por el pago de sus hipotecas y por el cierre total de los cr¨¦ditos para hacer frente a sus obligaciones, desde el pago de las n¨®minas para las peque?as y medianas empresas a la letra del coche, dejaron de interesarle la seguridad nacional, Irak y Afganist¨¢n, las amenazas rusas sobre sus antiguos feudos, como Georgia y Ucrania, es decir, todos los temas en los que McCain aventajaba a Obama en los sondeos.
Dos debates previos entre los candidatos no sirvieron para dar un vuelco a la ventaja de Obama en las encuestas. Incluso la incrementaron. Por eso era vital para el republicano convencer en el tercer y ¨²ltimo asalto celebrado en la madrugada de ayer (hora espa?ola) en la Universidad de Hofstra, a 30 kil¨®metros de Nueva York. Excelentemente moderado por el veterano presentador de la CBS Bob Schiller, la confrontaci¨®n entre los candidatos fue, sin duda, la mejor y m¨¢s interesante de las tres. Los sondeos instant¨¢neos daban la ventaja a Obama. Pero las propias cadenas que los difund¨ªan alertaban sobre su poca fiabilidad, ya que el debate fue seguido por muchos m¨¢s votantes dem¨®cratas que republicanos. Todos coincid¨ªan, sin embargo, en admitir que McCain se hab¨ªa adjudicado la primera parte, dedicada a las propuestas fiscales de cada candidato, qui¨¦n va a subir o bajar los impuestos, y Obama, la segunda, que vers¨® sobre cobertura m¨¦dica y educaci¨®n. Como en ocasiones anteriores, ninguno de los dos asest¨® al otro el golpe definitivo para alterar el curso de la carrera presidencial, lo que afianza la posici¨®n del dem¨®crata, que s¨®lo tiene que preocuparse en mantener el tipo y no cometer errores garrafales.
Por cierto que resultaba ir¨®nico escuchar a los aspirantes exponer ardorosamente los planes de inversiones multimillonarias de sus respectivas ofertas electorales en momentos como los actuales, sin explicar de d¨®nde piensan conseguir fondos para financiarlos.
El tiempo se le acaba a McCain. Porque lo grave, con serlo, no es que, a escala nacional, vaya por detr¨¢s de Obama, sino que en Estados como Florida, Virginia y Colorado, feudos tradicionales republicanos, el dem¨®crata tambi¨¦n le aventaje. A este respecto, conviene recordar una vez m¨¢s que el presidente de Estados Unidos no es elegido por votaci¨®n directa, sino por los 537 miembros de un colegio electoral en representaci¨®n de los Estados seg¨²n su densidad de poblaci¨®n. Los padres fundadores as¨ª lo decidieron en la Constituci¨®n de 1787, en perfecto estado de salud tras m¨¢s de dos siglos de vigencia, ante su absoluta desconfianza de entregar el poder directamente a una sola persona. Una desconfianza reflejada igualmente en el sistema de contrapesos y equilibrios, checks and balances, entre el Ejecutivo y el Legislativo, que constituye la columna vertebral del sistema pol¨ªtico estadounidense. Precisamente, una de las esperanzas de las muchas a las que se agarra la campa?a de McCain como a un clavo ardiendo es que el votante considere que la Casa Blanca y las dos c¨¢maras del Congreso en manos dem¨®cratas romper¨ªa ese equilibrio, base del sistema.
En todas las elecciones hay Estados clave. En la noche electoral del 4 de noviembre, vigilen sobre todo los resultados de Ohio y Pensilvania. Sus habitantes decidir¨¢n qui¨¦n ser¨¢ el ocupante de la Casa Blanca en los pr¨®ximos cuatro a?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.