Petrod¨®lares a orillas del Caspio
El boom del petr¨®leo marca a Bak¨², la capital de Azerbaiy¨¢n, que, pese a haber sido torturada por la pol¨ªtica y la econom¨ªa, sigue siendo la ciudad m¨¢s cosmopolita y abierta del C¨¢ucaso. De entrada, Bak¨² recompensa al viajero con unas fant¨¢sticas vistas sobre el mar Caspio y un tama?o m¨¢s asequible que Estambul, su consagrada hermana mayor. En su tejido urbano, los petrod¨®lares generan una segunda metamorfosis que se superpone y se diluye con la arquitectura de fines del siglo diecinueve y principios del veinte, cuando el capital industrial que explotaba los primeros pozos de crudo potenci¨® una burgues¨ªa que se inspiraba en la est¨¦tica europea.
La inspiraci¨®n hoy en Bak¨² no s¨®lo viene de Occidente, sino del golfo P¨¦rsico. Junto a la autopista que une la capital con el aeropuerto Gueidar Al¨ªev (en memoria del l¨ªder fallecido en 2003) se est¨¢ levantando un complejo urban¨ªstico que transformar¨¢ el desierto en una r¨¦plica de Dubai. En el centro de la ciudad, entre edificios modernistas, las mansiones con patio vecinal y olores de fritura son reemplazadas por desproporcionados locales de oficinas, que se comercializan de acuerdo con comisiones y h¨¢bitos que sit¨²an a Azerbaiy¨¢n en lugar destacado en las listas internacionales de corrupci¨®n. Las m¨¢s refinadas marcas occidentales ofrecen porcelanas, prendas, perfumes y joyas.
La inspiraci¨®n hoy no s¨®lo viene de Occidente, sino del golfo P¨¦rsico
La m¨²sica es para la cultura azer¨ª lo que el crudo para su econom¨ªa
Los contrastes son abismales. Frente a la boutique de Cartier, al otro lado de la riada de Mercedes y BMW, hay una librer¨ªa de viejo donde por dos o tres manats (aproximadamente la misma cantidad en euros) pueden adquirirse cl¨¢sicos editados en ¨¦poca sovi¨¦tica. Una antolog¨ªa de poes¨ªa azerbaiyana vale cinco manats, lo mismo que un caf¨¦ con leche y un bizcocho en un bar sin pretensiones. La inflaci¨®n (entre el 20% y el 28% seg¨²n c¨¢lculos oficiales o alternativos) se come los sueldos de un pa¨ªs que paga a los jubilados 100 manats al mes y que prev¨¦ un sueldo medio de 340 manats para 2009. Una de las grandes inc¨®gnitas de Bak¨², donde a¨²n existe el colmado de la esquina, es comprender por qu¨¦ un kilo de tomates cuesta hoy 4,5 manats, pese a la tradici¨®n agr¨ªcola del pa¨ªs.
Los azer¨ªs se lo toman con filosof¨ªa. Les ayuda su cultura y tambi¨¦n las mugam, esa misteriosa m¨²sica tradicional que alterna improvisaciones con secuencias instrumentales y vocales. El visitante avisado sabe d¨®nde est¨¢ y con qui¨¦n est¨¢ cuando, como lamentos, le llegan las voces de Alim Qasimov o R¨¹babe Mur¨¢dova desde detr¨¢s de vallas que indican las intervenciones quir¨²rgicas en el cuerpo de la ciudad.
La m¨²sica cuenta tanto en la cultura de Azerbaiy¨¢n como el crudo para su econom¨ªa. La primera dama, Mejrib¨¢n Al¨ªeva, esposa del presidente Iljam Al¨ªev, ha organizado un concurso de mugam y patrocina la construcci¨®n de un centro internacional dedicado a este g¨¦nero. En Bak¨² hay una buena ?pera y tambi¨¦n varios auditorios de jazz. El acontecimiento del oto?o es el concierto de Chick Corea previsto para el 29 de octubre. Las entradas para un auditorio de 600 asientos cuestan entre 15 y 120 manats, y las p¨¦rdidas las amortiza el Banco Internacional de Azerbaiy¨¢n (estatal en un 51%). Con Chick Corea en el escenario, a los intelectuales cr¨ªticos locales les importa algo menos la estructura de propiedad opaca de ese banco que se vincula con los intereses de la familia Al¨ªev.
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