Por qu¨¦ es importante el c¨®mo
Tengo un amigo que cada dos por tres me recuerda que si saltas desde el piso 80?, durante 79 pisos puedes llegar a creer que vuelas. Lo que te mata es la parada repentina del final.
Cuando pienso en el auge, la burbuja y el pinchazo de los servicios financieros que Estados Unidos acaba de experimentar, suele venirme a la cabeza esa imagen. Cre¨ªamos que vol¨¢bamos. Bien, acabamos de encontrarnos con la parada repentina del final.
Resulta que las leyes de la gravedad siguen siendo v¨¢lidas. No podemos decirles a decenas de miles de personas que pueden conseguir el sue?o americano -una casa, sin gastos de entrada y nada que pagar en dos a?os- sin que al final eso nos atrape. La ¨¦tica puritana de trabajo duro y ahorro sigue importando. S¨®lo que odio la idea de que hoy en d¨ªa dicha ¨¦tica est¨¦ m¨¢s viva en China que en Estados Unidos.
Nos hemos salido de lo b¨¢sico: los fundamentos del pr¨¦stamo y el endeudamiento prudentes
Hay que volver al estilo antiguo, con decisiones basadas en el buen juicio para los negocios
Nuestra burbuja financiera, como todas las burbujas, tiene muchas ramificaciones complejas que la alimentan -llamadas derivados y cr¨¦ditos rec¨ªprocos-, pero, en el fondo, es realmente muy simple. Nos salimos de los elementos b¨¢sicos: de los fundamentos del pr¨¦stamo y el endeudamiento prudentes, en los que el prestamista y el prestatario mantienen cierta responsabilidad personal, y cierto inter¨¦s personal, en que la persona que recibe el dinero pueda de hecho devolverlo. Por el contrario, hemos ca¨ªdo en lo que algunos llaman el pr¨¦stamo del THD y el YHD: "T¨² Habr¨¢s Desaparecido y Yo Habr¨¦ Desaparecido" antes de que haya que pagar la cuenta.
S¨ª, esta burbuja trata de nosotros; no de todos nosotros, porque muchos estadounidenses eran demasiado pobres para poder jugar. Pero trata de suficientes de nosotros como para decir que trata de Estados Unidos. Y no saldremos de ¨¦sta sin volver a ciertos principios b¨¢sicos, raz¨®n por la que estoy releyendo un valioso libro sobre el que escrib¨ª en otra ocasi¨®n titulado How: Why How We Do Anything Means Everything in Business (and in Life)
[por qu¨¦ el c¨®mo hacemos algo lo es todo en los negocios (y en la vida)]. Su autor, Dov Seidman, es director general de LRN, que ayuda a las empresas a establecer culturas empresariales ¨¦ticas.
Seidman sostiene, b¨¢sicamente, que en un mundo hiperconectado y transparente como es el nuestro en la actualidad el "c¨®mo" se hacen las cosas es importante, porque muchas otras personas pueden ver c¨®mo hacemos las cosas, pueden sentirse afectadas por las cosas que hacemos y pueden decirles a otras por Internet, en cualquier momento, c¨®mo las hacemos, sin gastos y sin limitaciones.
"En un mundo conectado", me dec¨ªa Seidman, "los pa¨ªses, los Gobiernos, las empresas, tienen tambi¨¦n personalidad, y su personalidad -c¨®mo hacen lo que hacen, si cumplen las promesas, c¨®mo toman las decisiones, c¨®mo ocurren las cosas realmente en su interior, c¨®mo conectan y colaboran, si generan confianza, c¨®mo se relacionan con sus clientes, con el medio ambiente y con las comunidades en las que se mueven- es ahora su destino", recalcaba.
Nos hemos alejado de estos "c¨®mos". En a?os recientes estamos m¨¢s conectados que nunca, pero las conexiones son de hecho muy flojas. Es decir, nos alejamos de un mundo en el que si quer¨ªas una hipoteca para comprar una casa ten¨ªas que demostrar unos ingresos reales y un historial crediticio, para entrar en un mundo en el que el banquero te vend¨ªa una hipoteca y despu¨¦s sacaba un mont¨®n de dinero por adelantado y le trasladaba tu hipoteca a un agrupador que lo pon¨ªa todo en un paquete, lo divid¨ªa en bonos y lo vend¨ªa a bancos de sitios tan alejados como Islandia.
El banco que te conced¨ªa la hipoteca elud¨ªa el "c¨®mo" porque sencillamente se la pasaba a un agrupador. Y el banco de inversi¨®n que agrupaba estas hipotecas elud¨ªa el "c¨®mo" porque se pod¨ªa ganar mucho dinero dando buenas calificaciones a estos bonos, as¨ª que ?por qu¨¦ pararse a pensar demasiado? Y el banco de Islandia elud¨ªa el "c¨®mo" porque, oye, todos los dem¨¢s estaban comprando lo mismo y los beneficios eran grandes, luego, ?por qu¨¦ no?
"El lema de UBS [Uni¨®n de Bancos Suizos] es: 'Usted y nosotros'. Pero el mundo que hemos creado era de hecho 'usted y nadie': nadie estaba realmente conectado en lo que se refiere a valor", opina Seidman. "Partes de Wall Street se desconectaron de la inversi¨®n en esfuerzo humano: ayudar a las empresas a ascender y a adoptar nuevas ideas". En lugar de eso, empezaron simplemente a sacar dinero del dinero mediante ingenier¨ªa financiera. "Y por eso, algunos de los directores generales m¨¢s listos no sab¨ªan lo que estaban haciendo algunos de sus trabajadores m¨¢s listos".
Charles Mackay escribi¨® una historia cl¨¢sica sobre las crisis financieras titulada Extraordinary Popular Delusions and the Madness of Crowds
[espejismos populares extraordinarios y la locura de las multitudes], publicada por primera vez en Londres en 1841. "El dinero ha sido a menudo causa de espejismo para las multitudes. Todas las naciones sobrias se han vuelto de repente apostadoras desesperadas y casi han arriesgado su existencia por un papel. Trazar la historia de estos espejismos es el objetivo de estas p¨¢ginas. Los hombres, se ha dicho en muchas ocasiones, tienen mentalidad de reba?o; se ver¨¢ que enloquecen como un reba?o, mientras que s¨®lo recuperan la raz¨®n lentamente, y de uno en uno", dec¨ªa Mackay en sus p¨¢ginas.
Y as¨ª nos pasar¨¢ a nosotros. Necesitamos volver a colaborar al estilo antiguo. Es decir, personas que toman decisiones bas¨¢ndose en el buen juicio para los negocios, la experiencia, la prudencia, la claridad de las comunicaciones, y que piensan en el "c¨®mo", no s¨®lo en el "cu¨¢nto".
? New York Times Service, 2008.
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