El tard¨ªo rescate de un maldito del teatro espa?ol
Miguel Romero Esteo, Premio Nacional de Literatura Dram¨¢tica con una obra de 1965
"Hay algo de justicia po¨¦tica con este premio a un escritor inexistente a nivel nacional y por una obra de hace tanto tiempo y que fue prohibida en 1970 por la censura", reconoc¨ªa ayer desde su casa de M¨¢laga Miguel Romero Esteo (C¨®rdoba, 1930). As¨ª resum¨ªa uno de los grandes dramaturgos malditos del teatro espa?ol la concesi¨®n del Premio Nacional de Literatura Dram¨¢tica (dotado con 20.000 euros) a su obra Pontifical (Fundamentos), escrita en 1965 y publicada por primera vez el a?o pasado.
La noticia hab¨ªa sido recibida por la ma?ana en el mundo del teatro como una deliciosa anomal¨ªa. Primero, porque supone reconocer como la mejor obra dram¨¢tica del a?o pasado a un texto escrito hace m¨¢s de cuatro d¨¦cadas. Y segundo, porque el premio se conced¨ªa a un autor maldito entre los malditos. Tan respetado como desconocido. Tan censurado como ninguneado por las autoridades. "Una vez fui a hablar al ministerio. Me atendi¨® una especie de draculilla y le pregunt¨¦ por qu¨¦ me hab¨ªan prohibido una obra infantil [El barco de papel]. ?l me ense?¨® un dossier y me dijo que el que est¨¢ prohibido era yo", recuerda. "Mis obras resultan atrangantadas y son casi virulentas".
"No me f¨ªo de la inspiraci¨®n; mi gran virtud es amar la dificultad"
Pontifical es un buen ejemplo de esas cualidades del arte de Romero Esteo. Se trata de una divertida y disparatada comedia que cuenta la revoluci¨®n emprendida por los barrenderos de un jard¨ªn zool¨®gico. "Es la salvajada mayor que he escrito, quiz¨¢ por eso no se hab¨ªa publicado ni montado. Quisieron hacerlo en 1971, gracias a una traducci¨®n alemana. En el teatro Nacional de Basilea en Suiza y en el teatro Nacional de Praga. Ambos directores dijeron estar apasionados, pero tem¨ªan ser expulsados del pa¨ªs si la montaban". En realidad, casi toda la obra de Romero Esteo est¨¢ a¨²n por representar. Y en las pocas ocasiones en las que el milagro se ha producido, ha sido con pocos recursos y presupuestos ag¨®nicos.
"Me gustar¨ªa que montaran esta salvajada [por Pontifical], porque tiene una gracia envenenada, es una cr¨ªtica feroz contra el capitalismo y toda una par¨¢bola sobre lo que ha pasado ahora, podemos ver c¨®mo las fieras son los bancos, que despu¨¦s de tanto trapicheo tenemos que pagarles todo", dice.
Licenciado en Ciencias Pol¨ªticas y doctor en Filolog¨ªa Hisp¨¢nica, ha ejercido como profesor de Historia Social de la Literatura en la Universidad de M¨¢laga. Su carrera literaria empez¨® en 1963 con obras de teatro de ruptura. Entre 1983 y 1984 fue director del Festival Internacional de Teatro de M¨¢laga y ha obtenido varios premios a lo largo de su carrera. El m¨¢s importante, el Premio Europa de Teatro en 1985 por su obra Tartessos. "Fue un caso sonado, porque cuando los representantes de Espa?a en el jurado, vieron que se lo daban a un desconocido, ofrecieron compartir el premio con otros autores europeos y en el solemne acto en Venecia me llamaron el cuarto, en vez del primero, lo que cabre¨® a una parte del jurado que dimiti¨® exigiendo que constara en acta su disconformidad". Tartessos pas¨® a engrosar la lista de textos que la Academia sueca sit¨²a en la antec¨¢mara de las candidaturas al Nobel. "All¨ª, en 1991, ense?aron el apartado de Espa?a a una comisi¨®n espa?ola de Cultura, donde s¨®lo estaban mi texto y las obras completas de Juan Goytisolo. Los enviados insinuaron que ten¨ªa que ser un error porque nadie me conoc¨ªa. Que ese tal Romero Esteo deb¨ªa de ser latinoamericano. Los suecos repusieron que no se me hac¨ªa caso y que si el Ministerio traduc¨ªa mis obras al franc¨¦s o al ingl¨¦s, ellos mismos las traducir¨ªan al sueco para poder optar al Nobel. Nadie hizo nada, y yo lo cuento como un chiste porque estas cosas canallas me hacen gracia", dice.
Y lo hace quit¨¢ndose la misma importancia de siempre. Como cuando al recordarle la lista de sus logros (Pasodoble o Paraphernalia de la olla podrida, la misericordia y la mucha consolaci¨®n, entre otras obras) responde. "Como escribo textos muy densos se les puede cortar lo que sea, y siempre resulta un montaje muy potable. No me f¨ªo nada de la inspiraci¨®n, mi gran virtud es amar la dificultad, adem¨¢s creo que el facilismo es fascista".
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