La familia, de la que se distanci¨® la v¨ªctima, pide una indemnizaci¨®n

En 2002, tres a?os antes de que se produjera el crimen, Mar¨ªa Rosario Endrinal Petite ya hab¨ªa sido atendida en un centro de asistencia primaria por su adicci¨®n a las drogas y al alcohol. Para entonces ya hab¨ªa decidido vivir en la calle y romper las relaciones con su familia, que ahora est¨¢ personada como acusaci¨®n particular. Su abogado, Luis Costa, reclama la misma pena de 28 a?os que el fiscal para cada uno de los dos acusados, as¨ª como una indemnizaci¨®n de 120.000 euros para la madre y la hija de la v¨ªctima.

Las relaciones familiares no tienen trascendencia jur¨ªdica, pero es inevitable que afloren en el juicio. Tambi¨¦n ocurri¨® ayer y precisamente a iniciativa del abogado de la familia, que pregunt¨® a los acusados hasta que el presidente del tribunal le record¨® que no ven¨ªa a cuento.

Con todo, Oriol Plana pudo explicar que hab¨ªa tenido problemas familiares y que su madre entr¨® en una depresi¨®n por su ruptura matrimonial. Se trunc¨® as¨ª una vida placentera que le permit¨ªa acudir a un instituto de la zona alta de la capital catalana. Eran tres hermanos y ¨¦l se acab¨® marchando de Barcelona para instalarse en Barbastro (Huesca), en casa de un t¨ªo. "No quer¨ªa que acabara como mi hermano, en un centro de acogida", record¨® el joven, que antes hab¨ªa estado durmiendo en albergues p¨²blicos.

Finalmente, pudo acabar la ESO y trabajar de camarero. Pero al poco tiempo, su adolescencia se trunc¨® todav¨ªa m¨¢s, porque los t¨ªos tambi¨¦n se separaron. "?l me trataba mal, y me acab¨¦ instalando en Zaragoza", record¨® ayer. Fue a donde se march¨® con su amigo, el acusado Ricard Pinilla, la noche que quemaron viva a una indigente.