Juan Miquel, renovador del estudio del Derecho Romano
Catedr¨¢tico de la Pompeu Fabra, fue un jurista sabio y sencillo
Personas con m¨¢s autoridad y conocimiento que yo pueden glosar la figura de Juan Miquel Gonz¨¢lez, catedr¨¢tico de Derecho Romano de la Universitat Pompeu Fabra recientemente fallecido en M¨²nich a los 75 a?os. Desde mi modesta posici¨®n acad¨¦mica no puedo dejar de reflejar la pena por su muerte y la impresi¨®n que me causaron su vida, personalidad y magisterio. Catedr¨¢tico de Derecho Romano, sucesivamente en La Laguna (1964), en Barcelona (1980) y en la Pompeu Fabra desde 1996, hab¨ªa obtenido doctorados en Valencia, Bolonia y M¨²nich, todos cum laude y premio o distinci¨®n de la Facultad.
Conoc¨ª a Juan Miquel en M¨²nich en 1987. Descubr¨ª a una persona de envidiable vitalidad, curiosidad y generosidad; no sabr¨ªa decir si hablaba mejor el lat¨ªn, el alem¨¢n o el espa?ol. Ten¨ªa una cultura y erudici¨®n apabullantes que nunca incomodaban; enriquec¨ªa la conversaci¨®n, la charla, la investigaci¨®n, y mostraba cristalinamente por d¨®nde ir para ser mejor persona, mejor investigador y mejor profesor.
Desde los a?os sesenta era invitado por universidades espa?olas, italianas, suizas, japonesas y alemanas (M¨²nich, M¨¹nster, Bielefeld, Francfort, Colonia) para dar conferencias y cursos de su especialidad, el Derecho Romano, que contribuy¨® magistralmente a modernizar y ampliar. Junto al estudio de las instituciones romanas, con una rigurosa revisi¨®n y depuraci¨®n de las fuentes (su tesis de M¨²nich versaba sobre errores en la transmisi¨®n oral del Digesto), Miquel explicaba la ideolog¨ªa pol¨ªtica y la realidad social de la ¨¦poca de Augusto o la l¨®gica estoica subyacente en cierta jurisprudencia romana.
Pero pod¨ªa ense?ar derecho civil a quien fuera y mantener una discusi¨®n, siempre afable, sobre inteligencia artificial, nuevas tecnolog¨ªas y muchas otras disciplinas. Sus estudios sobre la transmisi¨®n de la propiedad, la posesi¨®n o el rango hipotecario en Roma se proyectaron al derecho actual, muy especialmente al espa?ol y al alem¨¢n. Para decirlo claro, explic¨® y revel¨® aspectos desconocidos del propio c¨®digo civil alem¨¢n a los profesores alemanes. Sus Lecciones de 1984 y sus Quaestiones de 1985 son una referencia para romanistas y no romanistas. La historia del derecho y el derecho comparado encontraron en ¨¦l una figura muy activa en sus foros y revistas internacionales. Y a los civilistas de hoy les ilumin¨® con su comparaci¨®n sobre derecho de familia en el Common Law y en los pa¨ªses de derecho civil.
Si supi¨¦ramos la mitad de lo que ¨¦l sab¨ªa, la Universidad espa?ola tendr¨ªa futuro. Ahora est¨¢ sin dinero y sin oremus, prescindiendo de sus mejores doctores, tan ahogada en burocracia y otras zarandajas que uno no sabe muy bien si se permitir¨¢ a los profesores Miquel del futuro hacer carrera, lograr un empleo estable, dignamente remunerado y que puedan dedicarse a estudiar y a ense?ar. Mis sentimientos est¨¢n con su hermano Jos¨¦ Mar¨ªa, otro sabio de la Universidad, y con su familia. Pero mi pensamiento no puede dejar de recordar lo sencillo, brillante, afable, erudito y sabio que fue el profesor Miquel. Era la alegr¨ªa de saber cada d¨ªa m¨¢s y de ense?arlo a los dem¨¢s.
J. M. Rodr¨ªguez Tapia es catedr¨¢tico de Derecho Civil de la Universidad de M¨¢laga.
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