Loquillo sigue en pie
De negro. Tup¨¦. No hacen falta glosas: Loquillo, hijo del barrio obrero del Clot, habla de Barcelona, su ciudad, en la que no vive desde hace a?os. Ahora reside en San Sebasti¨¢n. Se siente como si le hubieran borrado de la lista: est¨¢ dolido y no lo oculta. Por suerte, no se muerde la lengua. "Aqu¨ª se tiene una imagen de m¨ª muy unida a los ochenta porque a partir del 92 mis discos desaparecieron de la radio. Hay gente que piensa que ya no me dedico a esto. Es m¨¢s, te vas al interior de Catalu?a y creen que me retir¨¦ hace a?os porque no existo", lamenta el rockero, de paso por la capital catalana para presentar Loquillo, leyenda urbana, un documental de Carles Prats con el que hoy se inaugura el festival In-Edit.
"En Catalu?a, si eres un artista que no perteneces al pesebre, mal asunto", sostiene el rockero
En el vest¨ªbulo de un hotel, algo agobiado porque la normativa no le permite fumar -"qu¨¦ moda de mierda"-, sigue en plan guerrero: "Uno tiene cierto cari?o a su tierra y lo m¨ªo s¨®lo es un ejemplo m¨¢s. Hay grupos actuales que siguen teni¨¦ndose que ir de aqu¨ª para poder grabar y hacer giras. Han pasado casi 30 a?os desde que nos fuimos a Madrid para grabar porque las compa?¨ªas que estaban en Barcelona se hab¨ªan mudado all¨ª. Se largaron. Eso no ha cambiado y eso es lo duro". Loquillo habla sin rabia, como el que ya lo tiene asumido. "Lo duro es, tambi¨¦n, que existan muchos festivales modernos en Barcelona, la mayor¨ªa subvencionados, mientras que se cierran los peque?os locales donde los chavales empiezan a tocar. Eso incide y va a dejar dentro de poco a esta ciudad sin nada. Nos montar¨¢n el superfestival de techno, pero, ?d¨®nde est¨¢ el talento de aqu¨ª?".
Si se cierran los ojos, parece que se est¨¦ escuchando a ratos a uno de los autores de Odio Barcelona (Melusina), que le ha encantado. "Se ha trabajado de cara a la imagen de la ciudad y no a favor de su talento. Eso es lo que ha hecho que me haya ido, que Sabino M¨¦ndez viva en Madrid, que Carlos Segarra, de Los Rebeldes, tambi¨¦n se largara... Hay cosas... Por ejemplo, que se haya tardado tanto tiempo en hacerle un homenaje a Sisa... ?Qu¨¦ verg¨¹enza! ?Vaya morro! Recordar ahora a Oca?a, tan tarde... ?Somos gilipollas o qu¨¦ pasa? Cualquier ciudad espa?ola que tuviera a esos dos artistas nos habr¨ªa vendido su trabajo desde hace 25 a?os. Es lo que ha hecho Madrid con la movida. Nos queremos muy poco: somos muy snobs para unas cosas y demasiado provincianos para otras".
Como consuelo ante la falta apremiante de nicotina, Loquillo apura una cerveza. Mantiene su tonillo punk, que otros catalogan de macarra. P¨²blico no le falta. Lo demostr¨® hace poco en un abarrotado concierto en el Auditori. Su cabreo no es con la gente de la calle, sino con el tinglado oficialista. Parte de sus seguidores, sin embargo, no le ha perdonado el cambio de registro: aunque ahora cante a poetas, quieren seguir escuchando el Cadillac solitario. Es decir, la nostalgia por los Trogloditas, consumidos por las disputas y por las drogas duras, aunque ¨¦l presuma de no haberse metido nunca "un pico". A?oranza tambi¨¦n por una ¨¦poca salvaje, en la que sal¨ªan a navajazos de sus conciertos madrile?os en Rockola. O lo que es lo mismo: la dosis necesaria de leyendas.
En cualquier caso, su futura marcha ya la anunciaban aquellos trenes que ve¨ªa pasar por las v¨ªas del Clot. "Cuando me preguntan de d¨®nde soy siempre contesto que barcelon¨¦s del barrio del Clot. No digo ni catal¨¢n, ni espa?ol. ?sa es mi identidad. Y me gustar¨ªa que en mi ciudad se reconociera el trabajo de gente que se lo merece, como Peret. Si no se respeta el legado que hemos recibido, es que algo falla en el Ayuntamiento de Barcelona y en el Departamento de Cultura de la Generalitat. Fallan, y mucho, al no querer dar importancia a una cultura distinta de la que ellos creen". Por si no queda claro, remacha combativo: "Ll¨¢male cuesti¨®n pol¨ªtica o lo que sea, pero en Catalu?a si eres un artista que no perteneces al pesebre, mal asunto. Y el pesebre es grande y chupan muchos de ¨¦l. Los artistas del r¨¦gimen siguen existiendo, aunque ahora sean socialistas. Pero, en el fondo, no hablo de ning¨²n partido, porque lo hacen todos".
-En definitiva, que no piensa volver...
-No. Mi generaci¨®n est¨¢ dolida. Pero lo importante es la gente que empieza.
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