Cuatro agitadores en Oviedo
Margaret Atwood, Jos¨¦ Antonio Abreu, Tzvetan Todorov e Ingrid Betancourt comparten su apostolado en los Premios Pr¨ªncipe de Asturias
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Que te concedan un Premio Pr¨ªncipe de Asturias es un honor, pero da trabajo. Poco a poco van llegando a Oviedo los integrantes de esa lista de galardonados este a?o para rellenar una larga agenda de compromisos entre los que no est¨¢ exento el apostolado. Antes de la ceremonia que tendr¨¢ lugar ma?ana, cada uno de ellos inicia un recorrido por diferentes partes de Asturias donde toca hablar, reunirse, debatir y fundirse con la ciudadan¨ªa.
Ayer comenzaron, seg¨²n fueron apareciendo, Jos¨¦ Antonio Abreu, que ha logrado el premio de las Artes por su labor al frente del sistema de orquestas de Venezuela, Margaret Atwood (Letras), Ingrid Betancourt (Concordia) y Tzvetan Todorov (Ciencias Sociales). Fue un aut¨¦ntico plantel de agitadores en acci¨®n que llen¨® la ciudad de compromiso, cordura y fuerza reivindicativa all¨¢ donde las alucinantes medidas de seguridad dejaban un hueco.
La obsesi¨®n de Jos¨¦ Antonio Abreu fue resucitar la m¨²sica cl¨¢sica
Betancourt: "Muchas veces el dolor es una excelente escuela"
Estos d¨ªas en Oviedo, a cada paso, uno corre el riesgo de tropezarse con un polic¨ªa y su pinganillo. Los walkie-talkies echan humo. Se nota que ya se han acercado los pr¨ªncipes a la ciudad. Es una prueba m¨¢s de que el mundo anda revuelto en estos tiempos negros. Por eso, mensajes como el del maestro Abreu, que ha iluminado con la m¨²sica a cientos de miles de ni?os y j¨®venes venezolanos desde hace tres d¨¦cadas, vivifica. Este hombre menudo, pero de aliento tit¨¢nico, se reuni¨® con 500 estudiantes en el Auditorio Pr¨ªncipe Felipe para contarles las tripas de su sistema musical. Su obsesi¨®n, de siempre, fue resucitar la m¨²sica cl¨¢sica. Utilizarla como un arma casi revolucionaria. "En los a?os cuarenta, cuando hab¨ªa una cat¨¢strofe y se suspend¨ªan las programaciones en la radio, met¨ªan m¨²sica cl¨¢sica. As¨ª que durante a?os, fue considerada una cosa de muertos", aseguraba ayer Abreu, acompa?ado e interrogado por el periodista Fernando Argenta.
Aquello le remontaba. As¨ª que decidi¨® sacarla del cementerio y se ha encargado de poner en las manos de ni?os desahuciados de la calle una ca?a para que pesquen su futuro. ?l se ha encargado de proporcionarles violines, trompetas, fagots, tambores y flautas con los que sacan lo mejor de s¨ª mismos y regatean un destino vac¨ªo. Las vidas de muchos se llenan de sentido: "Cuando un ni?o hace m¨²sica y forma parte de una de nuestras orquestas adquiere un nombre, es alguien", comenta.
Luego, muchos forjan una carrera profesional. Pero eso no es lo m¨¢s importante: "Lo fundamental es que acaben siendo algo, que el paso de la m¨²sica por su vida les convierte en personas de bien". No todos pueden ser Gustavo Dudamel, el prodigio que con 27 a?os se ha convertido en una especie de s¨ªmbolo del sistema de orquestas venezolano y que dirigir¨¢ hoy un concierto en Oviedo. Mientras este personaje fascinante, que es economista, m¨²sico, educador y fue ministro de Cultura en su pa¨ªs, anunciaba la pr¨®xima creaci¨®n de una orquesta de j¨®venes iberoamericana basada en su m¨¦todo, Ingrid Betancourt pon¨ªa m¨²sica en otro foro. La que fuera v¨ªctima de un cruel e interminable secuestro de seis a?os en la selva colombiana por las FARC, se reun¨ªa en el teatro Campoamor con 16 ni?os que le preguntaron y compartieron una extensa y aut¨¦ntica clase de educaci¨®n para la ciudadan¨ªa.
Sus dotes para esa tarea evangelizadora de los premiados quedaban fuera de toda duda. Con una cruz que le colgaba de la mu?eca y sentada con las piernas cruzadas en corro, preguntaba: "?Cre¨¦is que hay veces en las que est¨¢ justificado pelear?", dec¨ªa. "Si alguien hace da?o a tu familia...", respond¨ªa alguna t¨ªmidamente. Luego les cont¨® la historia del Holocausto y confes¨® que ella se preguntaba a menudo qu¨¦ hubiera hecho entonces. "Estar al lado de esos pocos que se resist¨ªan. Uno tiene que ser terco en la verdad".
Despu¨¦s lanzaba preguntas al aire: "Un mundo mejor, ?qu¨¦ es?". Y les aconsejaba despu¨¦s artes de seducci¨®n pol¨ªtica. "El tono y las palabras que se usan son importantes". Luego, ante el testimonio de un ni?o que cont¨® haber padecido leucemia, respondi¨®: "Muchas veces el dolor es una excelente escuela. Hay que entenderlo como una posibilidad de ser mejor persona".
Dolor o m¨¢s bien resquemor es lo que no quiere Todorov que produzcan sus palabras sobre el proceso impulsado por el juez Garz¨®n. Si anteayer fue cr¨ªtico, ayer, en Oviedo, el autor del ensayo El miedo a los b¨¢rbaros (C¨ªrculo de Lectores / Galaxia Gutenberg), se moder¨®: "No eran cr¨ªticas, sino simples comentarios. No me parece mal reparar el dolor de las familias, respeto su voluntad, pero dudo que un tribunal est¨¦ capacitado para clarificar y buscar la verdad hist¨®rica de algo que se produjo hace 70 a?os, m¨¢s bien es cosa de los historiadores o los escritores ya".
Para Margaret Atwood tambi¨¦n la pol¨¦mica llega a destiempo. La escritora canadiense apareci¨® ayer en Oviedo y tambi¨¦n fue preguntada por el caso de Garz¨®n. "Es un poco tarde para condenar todo eso, ?no creen?". Tambi¨¦n lo es para que le feliciten por haber resultado prof¨¦tica cuando escribi¨® el El cuento de la criada, en el que preve¨ªa la aparici¨®n de gobiernos ajenos a la democracia en su m¨¢s noble expresi¨®n. Despu¨¦s de la era Bush, Atwood espera que muchos hayan aprendido la lecci¨®n: "La democracia puede ser algo muy fr¨¢gil y cualquiera puede convertir el Estado en un reducto autoritario", asegur¨®.
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