Restricci¨®n de gastos innecesarios

No s¨¦ si es cierto que el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, cobra un 11,7% m¨¢s que en 2007 y que el incremento tambi¨¦n afecta a 130 cargos del gobierno y de la oposici¨®n, pero, si as¨ª fuera, podr¨ªa calificarse de indecencia, en la situaci¨®n de crisis que nos encontramos y despu¨¦s de haber dicho que congelar¨ªan sus salarios.

No s¨®lo deber¨ªan congelarse los sueldos los altos cargos -que son quienes m¨¢s ganan y menos problemas econ¨®micos van a tener-, sino que ser¨ªa una decisi¨®n acertada y aplaudida por la ciudadan¨ªa la rebaja de sus emolumentos. Adem¨¢s, si se suprimieran en todas las administraciones gastos innecesarios y en muchos casos improductivos, algo se aliviar¨ªa la crisis econ¨®mica. Cito entre ellos: gastos de representaci¨®n exagerados, que suelen ser la manera de enmascarar gratificaciones a quienes los ostentan; coches y ch¨®feres oficiales de representantes de segundo y tercer orden de las administraciones; comidas y eventos que no aportan m¨¢s que satisfacci¨®n a quienes los organizan y a sus invitados; viajes a no s¨¦ d¨®nde, para no s¨¦ qu¨¦, con no s¨¦ cu¨¢ntos...

Y a¨²n pod¨ªamos seguir enumerando restricciones, repito, en gastos innecesarios e improductivos. Pero claro, quienes tienen la llave para que eso se lleve a efecto son los beneficiarios de dichas prebendas, y por m¨¢s que se les llene la boca hablando del servicio al bien com¨²n, no son ni tan generosos y altruistas como suelen predicar de s¨ª mismos.