Memoria
He visto en 59 segundos (TVE) el debate sobre la memoria; a veces intento percibir en Ana Pastor cierta perplejidad juvenil por lo que all¨ª se discute. Ella ha dicho alguna vez que quisiera dirigir debates en los que los periodistas actuaran como tales y no como representantes de tendencias o de partidos pol¨ªticos. Crecer¨¢ con esa perplejidad, y acaso terminar¨¢ su carrera profesional, que le deseo larga, teniendo las mismas dudas sobre lo que significa este viejo oficio en el que nuestras madres (o muchas madres) no hubieran querido vernos.
En el caso de la memoria hist¨®rica y las recientes iniciativas del juez Garz¨®n, en Espa?a se ha montado (otra vez) un escenario lamentable, del que la tele, la radio y la prensa son espejos en muchas ocasiones deformantes. De pronto, el pa¨ªs que honr¨® a sus m¨¢rtires en cada plaza y en cada iglesia niega el pan, la sal y la representaci¨®n a aquellos que no quieren ese tratamiento, sino el m¨¢s cercano, m¨¢s terrenal, de la dignidad. Y entonces se monta, con la adjetivaci¨®n medi¨¢tica del caso, una cacer¨ªa del juez que quiso cambiar el curso de la historia del olvido, y se suspende el prestigio de quienes est¨¢n buscando, desde asociaciones que estuvieron proscritas, huesos que otrora fueron polvo del camino, pero polvo mancillado.
En este espacio de 59 segundos hab¨ªa, entre otros, dos periodistas de generaciones nuevas, Fernando Berl¨ªn y ?ngel Exp¨®sito; cuando al primero se le iba agotando la paciencia de los argumentos, Exp¨®sito dijo algo que me pareci¨® que subrayaba en el rostro de Ana Pastor la perplejidad en la que deben vivir los conductores de debates: "Es que yo debo vivir en otro pa¨ªs".
Eso es lo que sucede; Espa?a es un pa¨ªs de opiniones, m¨¢s que de hechos, y mientras no se juzgue un hecho que hubo espa?oles de un lado que siguen viviendo (en la memoria) como si no fueran de ning¨²n lado, ser¨¢ dif¨ªcil que alguien acepte que la memoria hist¨®rica no es una agresi¨®n sino un abrazo. "Es que yo debo vivir en otro pa¨ªs". Pues s¨ª. M¨¢s que en otro pa¨ªs, en otra opini¨®n. Pero no es mejor una opini¨®n que la otra, no tendr¨ªa por qu¨¦. Bajen los bol¨ªgrafos y escuchen.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.