El enigma humano
Narrativa. Con Los frutos de la niebla da por terminado Luis Mateo D¨ªez el ciclo de Las f¨¢bulas del sentimiento, cuatro libros (El diablo meridiano, El eco de las bodas, El fulgor de la pobreza y el que ahora comentamos) compuestos cada uno de tres nouvelles. Se imponen por tanto tres consideraciones preliminares: el concepto de f¨¢bula, el de novela corta o nouvelle y el de sentimiento. Empecemos por el segundo: al escritor leon¨¦s le interesa sobremanera que no perdamos de vista el mecanismo de concentraci¨®n formal que supone siempre una nouvelle. Que hagamos hincapi¨¦ en su exigencia de perfecci¨®n, "el reto de la perfecci¨®n", como ¨¦l mismo lo define. En ninguno de los cuatro libros citados hay el m¨¢s m¨ªnimo lastre conceptual, la cl¨¢usula innecesaria. Es lo que exige la nouvelle, el camino expedito para un placer est¨¦tico casi instant¨¢neo.
Los frutos de la niebla
Luis Mateo D¨ªez
Alfaguara. Madrid, 2008
244 p¨¢ginas. 18 euros
Respecto a la f¨¢bula, decir solamente que Luis Mateo D¨ªez le quita la tentaci¨®n persuasiva a la que a veces se puede tender con s¨®lo mencionar el concepto de f¨¢bula. El molesto ap¨¦ndice de las moralejas. Mantiene viva su relaci¨®n con lo m¨ªtico, ironiza su manida familiaridad con los relatos infantiles (como sucede en una de las f¨¢bulas del libro que rese?amos: 'La escoba de la bruja'). Otra cosa es la operaci¨®n de palimpsesto que el g¨¦nero arrastra consigo: sus reminiscencias legendarias, m¨ªticas, fant¨¢sticas.
Y por fin nos queda el sentimiento. Los frutos de la niebla, como los tres vol¨²menes anteriores, atesoran la experiencia de lo sensible cotidiano, la textura on¨ªrica instalada entre pulsiones indescifrables, el af¨¢n de invisibilidad o la angustia de una culpa. Los sentimientos humanos bajo sus m¨¢s variadas e inesperadas m¨¢scaras.
Los frutos de la niebla es el t¨ªtulo de una de las novelas cortas. Los dos restantes se titulan Pr¨ªncipes del olvido y La escoba de la bruja. El autor del ciclo El reino de Celama metaforiza tres problemas contempor¨¢neos. Son asuntos, una enfermedad contagiosa, una adolescencia autodestructiva y la injusticia social, de los cuales el lector tendr¨¢ noticias concretas y cotidianas. Ese material, el autor lo transforma en una operaci¨®n fronteriza con lo fant¨¢stico, aflicciones humanas provinciales como fuera de cualquier tiempo real que nos recuerdan las miserias con las que vivimos todos los d¨ªas. Como si no hubiera manera de resolver las enfermedades del alma y s¨®lo nos quedara la imaginaci¨®n para conjurarlas. Y por fin la escritura. Una prosa austera, sin margen para las tendencias narrativas m¨¢s narcotizantes. Y que no teme la frase compleja, que no confusa ni opaca. La sintaxis indagadora pendiente siempre del enigma humano que nunca resolveremos.
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