Apunte para la memoria: 'El Libro Espa?ol'

En alg¨²n momento alguien tendr¨¢ que emprender la tarea de redactar una Historia de la edici¨®n en Espa?a que recoja los esfuerzos editoriales de nuestro pa¨ªs desde la llegada de los caracteres m¨®viles y la prensa de Gutenberg hasta nuestros d¨ªas en que la edici¨®n digital y el libro electr¨®nico parecen acechar su oportunidad tras las ¨²ltimas esquinas tecnol¨®gicas.

Desde el empe?o en 1511 de Lorenzo Ganot -mercader que financi¨® la operaci¨®n, junto con Hernando del Castillo que aport¨® los textos y el impresor Cofman que imprimi¨® en Valencia los pliegos- por ganar dinero publicando y vendiendo un libro, el Cancionero General, hasta la publicaci¨®n de los m¨¢s recientes best sellers cabe encontrar un hilo conductor que, a medida que se acerca a esta ribera del tiempo, se torna en soga y aun en gruesa cadena.

De los 4.000 t¨ªtulos publicados en 1958 a los m¨¢s de 70.000 de 2007 hay una compleja historia de un colectivo

El siglo XX y muy en especial las tres d¨¦cadas que cubren de los sesenta a los noventa son fundamentales para entender el pasado y aun el futuro de la edici¨®n en Espa?a y en Hispanoam¨¦rica. Fueron aquellos a?os de crecimiento espectacular y consolidaci¨®n de la edici¨®n espa?ola que desde un modesto puesto en el ranking mundial de la edici¨®n pas¨® a los puestos de cabeza que hoy ocupa.

Un testigo de privilegio de aquellos a?os de esfuerzo y desarrollo fue la revista El Libro Espa?ol cuyo primer t¨ªtulo apareci¨® en 1958, esto es, hace cincuenta a?os y era el ¨®rgano del INLE , el Instituto Nacional del Libro Espa?ol, organismo que en aquellos a?os estuvo dedicado a gestionar los asuntos del libro y, con ellos, los de la edici¨®n.

Durante casi treinta a?os -la revista se public¨® ininterrumpidamente hasta 1986, fecha de extinci¨®n del INLE-, sus p¨¢ginas fueron recogiendo los acontecimientos, las disposiciones legales, las opiniones, la informaci¨®n bibliogr¨¢fica y las noticias de inter¨¦s sobre el mundo del libro en espa?ol y, muy especialmente, de las instituciones que estimularon su desarrollo.

Con toda claridad se desprende de su lectura que la historia de la edici¨®n, en aquellos a?os al menos, no es s¨®lo la historia de los editores y de sus casas editoriales sino tambi¨¦n la de las instituciones del libro. Sin la comprensi¨®n del papel que desempe?aron no ser¨¢ posible entender el brillante pasado ni afrontar el siempre inquietante futuro. En su declaraci¨®n de objetivos, en el primer n¨²mero de enero de 1958, se estamp¨® esta declaraci¨®n espl¨¦ndida: "Esta revista, como su nombre indica, pretende ocuparse de cuanto se relaciona con el pasado, el presente y el futuro del libro".

Y es de elogiar c¨®mo ya durante aquel primer a?o, hace cincuenta, El Libro Espa?ol mantiene posiciones, que ser¨¢n permanentes en la edici¨®n, sobre la libre circulaci¨®n del libro: "Vino la acci¨®n eficaz, nunca bien elogiada de Unesco"; sobre la entonces llamada todav¨ªa Unificaci¨®n Econ¨®mica Europea: "Concretamente para el sector que nos ocupa (el libro) la integraci¨®n ofrece perspectivas muy halag¨¹e?as" o sobre la importancia de la lengua espa?ola: "El mercado potencial de nuestros libros es inmenso: algo m¨¢s de 150 millones (?entonces!) de seres humanos que hablan la lengua de Cervantes".

A trav¨¦s de sus p¨¢ginas se nos revela la precariedad de medios -falta de divisas, de papel, de un parque gr¨¢fico moderno-, pero tambi¨¦n el empe?o de algunos por superar los obst¨¢culos: Jos¨¦ Miguel de Azaola, Jos¨¦ Mar¨ªa Desantes de editorial Rialp, Ignacio Caballero de Aguilar o un jovenc¨ªsimo Francisco P¨¦rez Gonz¨¢lez, reciente fundador, por aquel entonces, de la editorial Taurus.

Desde los poco m¨¢s de 4.000 t¨ªtulos publicados en 1958 a los m¨¢s de 70.000 de 2007 hay ciertamente un trecho, un largo camino, una compleja historia de un colectivo que pide ser escrutada y entendida pero est¨¢, tambi¨¦n, la acci¨®n decidida de quienes la impulsaron. Detr¨¢s de los ¨¦xitos de la edici¨®n espa?ola, editorial a editorial, editor a editor, que El Libro Espa?ol recogi¨® en sus p¨¢ginas, se adivina igualmente la lucidez de los planteamientos y la energ¨ªa de quienes, desde su personal liderazgo intelectual y social, condujeron al libro espa?ol al liderazgo econ¨®mico que alcanz¨® en su momento.