Una noche de la guerra de L¨ªbano

La joven dibujante libanesa Zeina Abirached estaba buceando en la web de la cinemateca francesa en busca de antiguos videos de la guerra de L¨ªbano cuando se top¨® con una historia que transcurr¨ªa en una peque?a calle de Beirut en 1984, a apenas unos metros de la l¨ªnea del frente, en zona cristiana. Sus habitantes segu¨ªan viviendo all¨ª, resist¨ªan a la guerra parapetados en su vida cotidiana. Una mujer explicaba c¨®mo los vecinos de un inmueble se refugiaban en la entrada de su casa, en el primer piso, porque era m¨¢s dif¨ªcil que fuese alcanzado por los obuses. "Pienso que aqu¨ª estamos m¨¢s o menos seguros". Aquella mujer era su abuela y la calle era la calle donde transcurri¨®, bajo las bombas, su infancia. Fue su magdalena: de aquel encuentro con su pasado naci¨® su primera novela gr¨¢fica, El juego de las golondrinas, que acaba de publicar en castellano SinSentido.

"Quise describir Beirut a trav¨¦s de los personajes de mi infancia, de los vecinos que se reagrupan en una habitaci¨®n esperando el final de los bombardeos", explica Zeina Abirached, que reside en Par¨ªs, aunque viaja a menudo a la capital de L¨ªbano, donde se aloja en la misma casa de su infancia. "Mi intenci¨®n era contar el conflicto como lo viven los civiles, quer¨ªa describir la forma en que los libaneses se organizaron durante 15 a?os de guerra civil, c¨®mo el conflicto entraba en su vida cotidiana pero a la vez se las arreglaban para vivir de una forma m¨¢s o menos normal", prosigue Abirached (Beirut, 1981).

Al ver el v¨ªdeo se entiende hasta qu¨¦ punto es surrealista la frase de su abuela: mientras hablan los habitantes de la calle no paran de escucharse los ruidos secos de las explosiones y los disparos. "Beirut es el personaje principal de El juego de las golondrinas. No doy ninguna informaci¨®n hist¨®rica salvo que transcurre en 1984 en la parte Este de la ciudad, cerca de la L¨ªnea Verde. Me importan las peque?as vidas cotidianas de los habitantes de esa ciudad amputada". Y afirma: "Mis padres hicieron lo posible para que tuvi¨¦semos una infancia normal, como si la guerra no existiese. Hubo momentos de miedo, pero tambi¨¦n muy divertidos, como cuando no hab¨ªa cole o si acab¨¢bamos todos en pijama en un refugio", afirma.

El barrio de la dibujante, Achrafie, es uno de los m¨¢s bellos de Beirut. En ¨¦l todav¨ªa quedan milagrosamente m¨¢s o menos en pie muchos edificios de los a?os veinte y treinta, aunque casi todos conservan impactos, recuerdos de los 15 a?os de combates.

"Colecciono a la gente que me dice que mi estilo se parece al de Marjane Satrapi", la autora de Pers¨¦polis, explica entre risas Abirached, que insiste en que "el estilo del grafismo y el tono de la narraci¨®n" son muy diferentes de los de la dibujante iran¨ª. Su blanco y negro nace de Beirut, que Zeina fotograf¨ªa y dibuja cada vez que regresa a las calles de su infancia.