Rajoy rebusca entre los cr¨ªticos de UPN para refundar el PP navarro
El l¨ªder popular da un golpe de efecto pero ni siquiera informa a sus diputados
Hace casi 30 a?os, Mariano Rajoy, un joven registrador de la propiedad de Pontevedra, dedicaba su tiempo libre a buscar en su provincia entre los escindidos de la maltrecha UCD para fichar adeptos a su causa, la de Alianza Popular, germen del PP. A¨²n hoy, en muchos m¨ªtines recuerda que, cuando ¨¦l empez¨® en pol¨ªtica, en Pontevedra los miembros de AP eran cinco.
Cinco son los votos que las tesis del PP lograron en la ¨²ltima reuni¨®n del Consejo Pol¨ªtico de UPN, en la que otros 163 miembros decidieron dar la espalda a sus socios y abstenerse en los Presupuestos. Y a partir de esos cinco, como hace 30 a?os, Rajoy tendr¨¢ que fabricar un nuevo partido, esta vez en Navarra.
Despu¨¦s de intentarlo todo, presionado por los medios de comunicaci¨®n conservadores y por el ala dura de su propio partido, Rajoy tuvo que aceptar ayer, despu¨¦s de que UPN anunciara la suspensi¨®n de militancia de Santiago Cervera, el diputado fiel al PP, que ten¨ªa que ofrecer un gesto de autoridad y anunciar la ruptura definitiva del pacto y la reaparici¨®n del PP navarro.
Sin embargo, en lugar de dar el pu?etazo en la mesa y consolidar as¨ª su liderazgo, Rajoy decidi¨® que fuera su secretaria general, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, quien anunciara la noticia. Y evit¨® el asunto hasta el punto de que no aprovech¨® la reuni¨®n que organiz¨® con todos los diputados y senadores para comunicarlo. ?stos abandonaron la sala tras el discurso del l¨ªder con la idea de que Rajoy no renunciaba, como hab¨ªa dicho varias veces, a recuperar el PP navarro. Y poco despu¨¦s recibieron mensajes de texto en su m¨®vil con la noticia: Cospedal estaba anunciando que el PP ya estaba buscando sede en Pamplona. El estupor corr¨ªa entre los diputados, aunque la mayor¨ªa estaban contentos de que al fin Rajoy se hubiera mojado para evitar la humillaci¨®n casi diaria de Sanz.
Una vez tomada la decisi¨®n, queda la parte m¨¢s dif¨ªcil: llevarla a cabo. El PP ya est¨¢ buscando cr¨ªticos en UPN para crear el partido. Cospedal asegur¨® que tanto Cervera como Jaime Ignacio Del Burgo, que era el l¨ªder del PP navarro en 1991, cuando desapareci¨® por la fusi¨®n con UPN, tienen "las puertas abiertas". Los populares tantean tambi¨¦n al otro diputado, Carlos Salvador, que de momento se mantiene fiel a UPN. Entre los tres senadores, el PP conf¨ªa en captar a dos. Y ahora busca diputados auton¨®micos y concejales de Pamplona, la capital.
Pero el problema es el referente. Del Burgo, gran protagonista de la teor¨ªa de la conspiraci¨®n del 11-M, no casa con la l¨ªnea de Rajoy, aunque ayer se dio de baja de UPN, se present¨® en la calle G¨¦nova para comenzar a organizar el nuevo partido y se vio con el l¨ªder. Cervera es el nombre que m¨¢s suena, aunque nadie del PP le llam¨® ayer. Lo que parece muy dif¨ªcil es que UPN rectifique.
La crisis navarra ha acentuado el mal ambiente interno en el PP. En los pasillos se escuchan cr¨ªticas contra Dolores de Cospedal, que crey¨® las palabras amables de Yolanda Barcina, alcaldesa de Pamplona, y lanz¨® la idea de que la crisis ten¨ªa soluci¨®n. Mientras, la direcci¨®n est¨¢ muy dolida con Barcina, que a la hora de la verdad ha sido incapaz de frenar a Sanz. Si a eso se le suma la crisis en Canarias, por la deriva soberanista de sus socios de Coalici¨®n Canaria, la sensaci¨®n de desgobierno interno del PP se extiende.
Y, en ese ambiente de des¨¢nimo, Rajoy pronunci¨® ante sus diputados, a quienes no reun¨ªa desde julio, un discurso que no entusiasm¨® a casi nadie. Hasta el punto de que Manuel Fraga, el fundador del PP, le interrumpi¨®: "Me tengo que ir a votar al Senado", grit¨®. "Un momento, presidente, estoy acabando", le respondi¨® Rajoy, estupefacto.
El l¨ªder, que conoce mejor que nadie el malestar interno, trat¨® de justificarse. "Las cosas para el PP van bien. Las encuestas nos dicen que tenemos que hacer una oposici¨®n sensata y con alternativas. Es lo que quiere la mayor¨ªa de la gente. No todos, pero s¨ª la inmensa mayor¨ªa", insisti¨® para acallar las cr¨ªticas. Nadie habl¨®, ni siquiera para apoyarle. Y las dudas volvieron a los pasillos.
Una "aberraci¨®n" que dur¨® 18 a?os
- Un pacto para ganar las elecciones. El pacto PP-UPN se firm¨® en marzo de 1991, dos meses antes de las elecciones auton¨®micas de aquel a?o en las que, por primera vez, UPN, ya aliado con el PP en Navarra, ganaba a los socialistas.
- Firma por imperativo legal. El pacto fue firmado por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, presidente del PP, y Jes¨²s Aizp¨²n, fundador de UPN. ?ste aclaraba que lo hac¨ªa "por imperativo legal" tras ser aprobado por las bases del partido. ?l personalmente lo consideraba "una aberraci¨®n pol¨ªtica y jur¨ªdica".
- 17 a?os en el Gobierno. Aizp¨²n tambi¨¦n dudaba de que el pacto sirviera para arrebatar el Gobierno navarro al PSOE. Se equivoc¨®. No s¨®lo se lo arrebat¨®. Menos un a?o, ha estado en el Gobierno desde entonces.
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