Lutero y los huesos de jam¨®n
La familia de Mart¨ªn Lutero, el monje agustino que dio origen a la reforma protestante, no era tan humilde como tantas veces se hab¨ªa contado. Una exposici¨®n en el Museo Antropol¨®gico de Halle re¨²ne los resultados de diferentes excavaciones realizadas en tres diferentes residencias del hombre que puso al papado contra las cuerdas y que produjo la enorme crisis que dividi¨® el cristianismo. Los investigadores han encontrado miles de huesos de aves de corral, de cochinillos y de jamones, entre otras cosas, y tambi¨¦n restos de p¨¢jaros silvestres. La familia de Lutero no es que s¨®lo se alimentara bien, muy bien, es que sal¨ªa tambi¨¦n de caza, una afici¨®n reservada para los que ten¨ªan m¨¢s recursos.
Es curioso c¨®mo opera la memoria que se tiene de las cosas. Tanto cambia el pasado seg¨²n sean los ojos que lo miran que, a veces, resulta m¨¢s misterioso e imprevisible que el futuro. Se inventan tradiciones, se fuerzan datos, se elaboran leyendas, se interpretan desde perspectivas distintas hechos que no siempre se han investigado a fondo.
Como Lutero dec¨ªa de s¨ª mismo que era hijo de un minero, lo dieron por pobre, una condici¨®n que cuadraba bien con alguien que se hab¨ªa atrevido, en las 95 tesis que colg¨® en la puerta de la iglesia de Wittenberg, a cuestionar las querencias terrenales de la Iglesia de su tiempo. Lo que pasaba era que sus padres eran due?os de unas minas, y no les iba mal: las excavaciones han descubierto que habitaban un conjunto de edificios con un generoso terreno.
Una gorra negra, unos h¨¢bitos austeros, un rostro duro con una ligera papada. Los retratos que de Durero hizo su amigo, Lucas Cranach el Viejo, lo muestran tan sobrio que a nadie se le ocurrir¨ªa pensar que en la casa en la que vivi¨® con su mujer, la ex monja Catalina de Bora, se usaban vajillas de cristal y porcelana. El pasado es un misterio, pero para eso est¨¢n los estudiosos que, paso a paso, van acerc¨¢ndose a la verdad. El reformador que propuso leer directamente la Biblia y que pinch¨® la burbuja de las indulgencias hasta desinflarla, provocando la Contrarreforma, no fue de origen humilde. Fue un burgu¨¦s valiente que se enfrent¨® al poder excesivo de la Iglesia de su tiempo.
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