Los chicos son guerreros
Me desped¨ª de una mujer volc¨¢nica y lacerantemente perdedora llamada Gloria Duque sabiendo que iba a intentar sobrevivir, abandonar el alcohol y sus demonios, arrastrar con dignidad una pierna salvajemente torturada, embutida en un mono de butanera, mandando al infierno a un machote callejero, con dos orgullosos y sufridos ovarios. Lo hice con un nudo en la garganta, emocionado por el coraje, el desamparo y la humanidad de los que saben que nadie hablar¨¢ de ellos cuando hayan muerto.
Vuelvo a encontrarme 13 a?os despu¨¦s con ese amado personaje y me cuesta reconocerlo. Lo sigue encarnando Victoria Abril, pero ya no cojea. Me alegro por ella, aunque me cuesta reconocer en ese rostro deformado, en esa boca desmesurada, en esos ojos g¨¦lidos al viejo y entra?able desastre. Su inventor, Agust¨ªn D¨ªaz Yanes, tampoco me ofrece datos sobre su evoluci¨®n. Tiene un desinhibido hijo con el que mantiene una relaci¨®n dif¨ªcilmente cre¨ªble. Tambi¨¦n goza y padece una amistad supuestamente ¨¦pica con tres mujeres endurecidas, en universos cenagosos, asumiendo sin prejuicios una actividad delincuente con la gestualidad, la dureza y la violencia que ancestralmente se atribuye a los hombres. Y no est¨¢ bien explicada esa relaci¨®n, no entiendo los lazos afectivos o umbilicales que unen a este grupo, su pasado ni su presente, no s¨¦ si son oficinistas o putas, aunque vayan de estilizadas, sugerentes y enigm¨¢ticas dudo de su veracidad, no logro implicarme con la intensidad de sus sentimientos, con la pretendida sensaci¨®n de que viven al l¨ªmite, de que arrastran multitud de experiencias traum¨¢ticas, de que son gente de acci¨®n fascinante, sensible y compleja. Y trato de imaginar todo lo que pretende describir el espl¨¦ndido guionista y director D¨ªaz Yanes (mi amor hacia Nadie hablar¨¢ de nosotras cuando hayamos muerto y Alatistre es tan razonado, sentido e incondicional como mi irritaci¨®n hacia Sin noticias de Dios) en este retrato de la marginaci¨®n con estilo. Y s¨¦ que la elipsis, el lirismo subterr¨¢neo y los matices psicol¨®gicos pueden ser materiales profundamente art¨ªsticos, pero su utilizaci¨®n en la pintura de estas cuatro desarraigadas aqu¨ª me deja fr¨ªo, sin que me afecte su compulsiva transgresi¨®n, su solidaridad, su desesperada afirmaci¨®n en un peligroso e impositivo universo de machos.
SOLO QUIERO CAMINAR
Direcci¨®n: Agust¨ªn D¨ªaz Yanes.
Int¨¦rpretes: Ariadna Gil, Victoria Abril, Diego Luna, Pilar L¨®pez de Ayala, Elena Anaya, Jos¨¦ Mar¨ªa Yazpik.
G¨¦nero: thriller. Espa?a, 2008.
Duraci¨®n: 130 minutos
Todo es inquietante, turbio y verdadero en la descripci¨®n del amoral M¨¦xico DF
?Y qu¨¦ me deslumbra y considero aut¨¦ntico en esta reivindicativa exaltaci¨®n del feminismo nihilista? Pues los t¨ªos, los tenebrosos y psicoanalizables g¨¢nsteres mexicanos que jam¨¢s pudieron imaginar que sus desde?ados objetos de placer les jodieran su asentado negocio. Todo es inquietante, turbio y parece de verdad en la atm¨®sfera y la descripci¨®n est¨¦tica y ¨¦tica de los reyes de la ciudad sin ley, de ese monstruoso y amoral M¨¦xico DF filmado con el aroma, el realismo, el enigma y la ambig¨¹edad del mejor documental.
Dan mucho miedo y te remueven los admirables Diego Luna y Jos¨¦ Mar¨ªa Yazpik. El personaje que encarna el primero, ese asesino g¨¦lido que s¨®lo quiere matar al padre y que no consiente que se maltrate a las mujeres, es heredero del Russell Crowe de L. A. Confidential. A esta pareja de criminales nihilistas tambi¨¦n los asocio con la relaci¨®n entre los memorables personajes Stringer Bell y Avoon Baksdale de The wire. Y Ariadna Gil, como en Ant¨¢rtida, aparece muy hermosa, con gesto y presencia, rocosa y sensible, veraz y turbadora. Y las exhibicionistas im¨¢genes, los muy estudiados di¨¢logos, la exuberancia de la banda sonora, lo que muestra y lo que sugiere, tiene leg¨ªtima vocaci¨®n de arte. Es una pel¨ªcula que me recuerda estil¨ªsticamente a Scorsese. Yo preferir¨ªa que tuviera las mejores virtudes del cine de D¨ªaz Yanes. Y estoy deseando enamorarme de ella, pero admirando el talento de su creador, no puedo entrar en ella, s¨®lo me la creo a ratos.
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