La campeona de las granjas
Una treinta?era de Sarria, galardonada como mejor ganadera de Europa
A los 26, Marta se plant¨®. O montaba su propio negocio o dejaba la explotaci¨®n ganadera de su familia y cambiaba de oficio. Quer¨ªa ganarse la vida en el campo, como sus padres, pero sin renunciar a "tener vida aparte del trabajo". La ¨²nica soluci¨®n se llamaba SAT, Sociedad Agr¨ªcola de Transformaci¨®n. Dos amigos de Marta estaban en las mismas y, claro, la uni¨®n hace la fuerza. Ahora es una joven ganadera propietaria de 32 a?os. Desde hace una semana, la mejor de Europa.
A la una de la tarde, Marta L¨®pez se toma un respiro. Lleva desde las siete de la ma?ana en pie y ya ha orde?ado las 130 vacas frisonas que tiene en su explotaci¨®n de Santiago da Veiga, en Sarria (Lugo). Ser la mejor ganadera de Europa no le ha cambiado la vida. Lo que queda de ese fin de semana que pas¨® en Cremona, el peque?o pueblo del norte de Italia donde recibi¨® la distinci¨®n de la Feria Internacional del Bovino de Leche, es... un toro. Una escultura de bronce que pesa tres kilos y que el segundo certamen de vacuno m¨¢s importante de Europa ha otorgado, por primera vez, a una mujer.
Mont¨® una Sociedad Agr¨ªcola con dos amigos a los 26 a?os
"Vivo las desventajas de un trabajador y las de un empresario"
"Hay muchas chicas en el campo, pero siempre trabajan con sus padres o con sus maridos. Yo nunca me sent¨ª discriminada", explica Marta. "Con la tecnolog¨ªa que hay ahora en las explotaciones, este trabajo puede hacerlo tanto un hombre como una mujer", afirma convencida. Lo que peor lleva ella es el manejo de la maquinaria, "pero porque no me gusta, no porque sea mujer", se apresura a aclarar.
Marta comparte la gesti¨®n directa de las 66 hect¨¢reas de la explotaci¨®n con dos hombres: V¨ªctor Melle, de 27 a?os, y Jos¨¦ L¨®pez, de 30. Entre los cuatro socios restantes est¨¢n los padres de todos ellos, que aportaron las instalaciones en las que ahora trabajan: "Sin el apoyo de nuestras familias, el SAT no hubiera sido posible", reconoce Marta en la revista Afriga, la publicaci¨®n de referencia para el sector l¨¢cteo en Galicia y Asturias que present¨® su candidatura a la feria.
Y no es lo ¨²nico que debe a sus padres. Ellos la animaron a estudiar en las escuelas de capacitaci¨®n agraria de Becerre¨¢ y Monforte. Y a cursar luego un ciclo de formaci¨®n profesional de Explotaciones Agropecuarias en Ponteareas. No es lo habitual entre los j¨®venes que empiezan a dedicarse a la ganader¨ªa, la mayor¨ªa "no tiene formaci¨®n en estudios agrarios", cuenta Marta, que nunca trabaj¨® fuera del campo. Ahora, adem¨¢s de orde?ar, alimentar y cuidar del ganado, le toca ser jefa. "Vivo los inconvenientes de un trabajador y adem¨¢s los de un empresario: hacer n¨²meros, pedir cr¨¦ditos, preocuparme de comprar vacas...". Los beneficios de los 3.000 litros de leche que, de media diaria, el SAT entrega a Pascual s¨®lo cubren, de momento, los cr¨¦ditos -entre ellos, el que recibi¨® del Gobierno de Espa?a por tener un "proyecto joven"- y los salarios de los socios.
"No ganaremos m¨¢s dinero, pero s¨ª calidad de vida", se consuela Marta. Su jornada laboral empieza a las siete de la ma?ana con el primer turno de orde?o. Luego, limpia y da de comer a las vacas. El segundo orde?o es a las 18.30; cuando termina, una hora y media despu¨¦s, se va a casa. Su objetivo ahora es tener m¨¢s tiempo para ella. De momento, libra uno de cada tres fines de semana y, este a?o, tuvo 20 d¨ªas de vacaciones. Con el tiempo, sin embargo, espera poder contratar servicios externos -de suministro de alimentaci¨®n para las reses, por ejemplo- que la liberen de un poco de trabajo. "Este oficio es muy duro, muy sacrificado y muy solitario", explica Marta. Si no hubiera montado la sociedad agr¨ªcola, tiene claro que no se dedicar¨ªa al campo. "No me importar¨ªa trabajar en cualquier otra cosa", y ah¨ª discrepa de sus socios. "Como hay que trabajar de todas todas", dicen, prefieren hacerlo al aire libre que "encerrados en un despacho".
En Italia, las ganaderas viven precisamente encerradas en despachos. Durante la feria, Marta observ¨® que all¨ª las mujeres que se dedican a la ganader¨ªa s¨®lo son jefas. "Gestionan, administran, hacen n¨²meros, pero no tienen ning¨²n contacto con los animales", una parte del trabajo que a Marta le parece indispensable. "En Europa tienen m¨¢s tiempo libre y cobran mejor el litro de leche". Y se abri¨® la caja de los truenos. "Estamos muy desanimados, hace unos meses nos pagaban 0,38 euros por litro, pero ahora el precio cae, a veces, hasta los 0,32 euros por litro", protesta Marta. Sus socios comparten el desaliento por la situaci¨®n del sector. "Adem¨¢s, la industria exige unas calidades alt¨ªsimas y nos descuenta dinero por todo lo que le da la gana. Estamos maltratados por todos", se queja la mejor ganadera de Europa.
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