El p¨¦ndulo viaja al centro

La met¨¢fora del p¨¦ndulo se ha impuesto como s¨ªntesis de la historia del PNV porque describe con precisi¨®n su movimiento continuo entre la moderaci¨®n y la radicalidad, las dos naturalezas que conviven, no siempre pac¨ªficamente, en su seno. De un tiempo a esta parte, por seguir con la imagen, el p¨¦ndulo peneuvista tiende a situarse en la zona m¨¢s pragm¨¢tica de su trayectoria, despu¨¦s de no haber encontrado los resultados que esperaba en la marcha a lo extremo. Numerosos indicios revelan ese viaje de vuelta al centro, aunque el eco de las voces anteriores siga escuch¨¢ndose y pueda dar lugar a inc¨®modas distorsiones para quienes en el partido de Urkullu empujan en tal direcci¨®n.

El acto del pasado 25 de octubre, m¨¢s happening que acci¨®n reivindicativa, supuso posiblemente el vistoso entierro por el PNV de una iniciativa que quedar¨¢ archivada en su densa memoria para ser invocada cuando corresponda. Pero la consulta de Ibarretxe como articulaci¨®n del llamado "derecho a decidir" ha quedado amortizada, del mismo modo que el Nuevo Estatuto Pol¨ªtico perdi¨® su virtualidad como manual de la cosoberan¨ªa pretendida en el momento en que fue rechazado en el Congreso de los Diputados. Cuando I?igo Urkullu afirm¨® esta semana que "si la consulta no ha sido posible ahora, lo ser¨¢ en el futuro", lo significativo no estaba en la reafirmaci¨®n de la validez de la "herramienta", sino en la remisi¨®n de su uso a un ma?ana nebuloso. Ahora conviene poner sordina al experimento y toca ocuparse de lo concreto y perentorio.

Hay voluntad de convencer antes a los ciudadanos que a los patriotas

El PNV se ve urgido a reformularse como partido atento a las necesidades del pa¨ªs

El tiempo apremia. Quedan menos de cinco meses para las elecciones y el PNV, con el protagonismo del Gobierno menguado por el agotamiento de la legislatura, se ve urgido a reformularse como partido de gesti¨®n, fiable y atento a las necesidades del conjunto del pa¨ªs. La mayor¨ªa de su c¨²pula dirigente se ha dado cuenta de que la sinuosa excursi¨®n realizada tras Ibarretxe para desandar el viaje a Lizarra ha dejado descolgados a importantes sectores de la sociedad. Un alejamiento cuantificable en votos durante las tres ¨²ltimas convocatorias electorales y que amenaza con poner fin, por consunci¨®n, a tres d¨¦cadas al frente del Gobierno. Aunque su biolog¨ªa y los equilibrios internos impidan verbalizar la autocr¨ªtica, las muestras de la correcci¨®n del rumbo emprendida resultan evidentes. El objetivo es recuperar la centralidad perdida y que le est¨¢ disputando el PSE de Patxi L¨®pez y, en menor medida, el PP de Basagoiti. Porque el partido decisivo de marzo va a disputarse en la parte central del campo social, lejos de las ¨¢reas.

La ausencia de complejos con que la direcci¨®n del PNV ha abordado la negociaci¨®n del apoyo a los presupuestos del Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero se ofrece, de momento, como el indicio m¨¢s claro de esa rectificaci¨®n. La b¨²squeda de la imagen de partido responsable y con capacidad de interlocuci¨®n en Madrid ha pesado tanto en la transacci¨®n como los resultados pr¨¢cticos obtenidos. Su principal fruto, la transferencia formal de la competencia de investigaci¨®n y desarrollo, encierra varias capas de significados, si bien la mayor¨ªa confluye a remarcar la actual voluntad de convencer antes a los ciudadanos que a los patriotas. Adem¨¢s, el acuerdo, pese a poner de manifiesto el mercantilismo con que siempre se ha abordado el desarrollo auton¨®mico, vuelve a hacer visible el Estatuto de Gernika, condenado durante una larga etapa al limbo, y a remarcar como m¨¢s valioso el entendimiento, aunque lo mueva el puro inter¨¦s, que la confrontaci¨®n.

Hay otros factores que juegan a favor del equipo de Urkullu en la b¨²squeda del centro. Uno esencial es la pr¨¢ctica desaparici¨®n del mundo de ETA como agente pol¨ªtico. Con el debilitamiento de la organizaci¨®n terrorista y la decepci¨®n de las dos treguas, la izquierda abertzale ha perdido la capacidad de presi¨®n e influencia que tuvo en el PNV. Ahora, a lo m¨¢s, se presenta como una arriesgada reserva de votos. Una segunda circunstancia propicia es, salvando la paradoja, la crisis econ¨®mica, que puede actuar en un doble sentido. Le ofrece a la direcci¨®n peneuvista la coartada de necesidad y responsabilidad precisa para modular -ya lo est¨¢ haciendo con los presupuestos del Gobierno y las diputaciones y las aportaciones del proyecto de debate Think Gaur- las notas m¨¢s disonantes de su doctrina todav¨ªa oficial, y le permite presentar su larga experiencia al frente de las instituciones como una garant¨ªa de solvencia y seguridad ante el cambio posible.

A la postre? la formulaci¨®n por Urkullu del concepto de "Concierto pol¨ªtico" como nuevo referente estrat¨¦gico del partido, inspirado en el modelo que el Concierto Econ¨®mico dibuja para las relaciones financieras con el Estado, parece caminar en la misma direcci¨®n. No deroga la trayectoria anterior -el corpus ideol¨®gico del PNV se hace por acumulaci¨®n de apuestas, sin limpiezas ni revisiones-, pero su propio enunciado ya incorpora un esp¨ªritu m¨¢s conciliador que las propuestas de la hoja de ruta vigente en los ¨²ltimos tiempos.