El dolor tambi¨¦n tiene sexo
Los circuitos cerebrales reaccionan de forma diferente en hombres y mujeres
Existe el prejuicio de que las mujeres se quejan m¨¢s de dolor que los hombres y se atribuye a factores psicol¨®gicos. Es cierto que, seg¨²n las encuestas de percepci¨®n de salud, se quejan m¨¢s e incluso acuden con mucha mayor frecuencia en busca de ayuda m¨¦dica. Pero la causa no es la que parece: existe ya un buen n¨²mero de investigaciones cient¨ªficas cuyos resultados indican no s¨®lo que hombres y mujeres sufren y viven el dolor de forma diferente o tienen distintos umbrales de dolor, sino tambi¨¦n que los mecanismos cerebrales y su respuesta a los analg¨¦sicos son completamente distintos.
Un estudio de la Universidad de Georgia en Atlanta (EE UU) realizado en pacientes con dolor cr¨®nico, liderado por la profesora Anne Murphy, ha descubierto que los hombres reaccionan activando un circuito que une la regi¨®n media del cerebro conocida como sustancia gris periacueductal con la m¨¦dula rostroventromedial, y de ah¨ª con la m¨¦dula espinal. Este circuito es responsable de la percepci¨®n del dolor y tambi¨¦n de la liberaci¨®n de endorfinas que lo combaten.
Experimentos en animales descartan que las diferencias sean psicol¨®gicas
La morfina tiene menos efecto en ellas que en ellos
Cuando esto sucede, la morfina, una de las drogas opi¨¢ceas m¨¢s utilizadas como analg¨¦sico, es el f¨¢rmaco que mejor funciona en hombres. Sin embargo, el estudio demostr¨® que ante un dolor persistente de tipo inflamatorio, el mismo circuito se activaba menos en mujeres y, por tanto, la morfina era mucho menos efectiva para calmarlo. "Utilizando diferentes t¨¦cnicas hemos demostrado", explica la profesora Murphy, "que la morfina es claramente ineficiente en mujeres".
Pero el estudio ha deparado algunas sorpresas: "Resulta muy extra?o que, a pesar de que este canal se activa mucho menos en mujeres que en hombres y, por tanto, responden menos a la morfina, las mujeres tienen una red de conexi¨®n m¨¢s densa entre la sustancia gris periacueductal y la m¨¦dula rostroventromedial. La raz¨®n por la que esto ocurre es un misterio", explica Murphy, quien subraya que esa zona del cerebro interviene en procesos relacionados con la emoci¨®n, el miedo y la agresi¨®n.
En general, en todas las patolog¨ªas que cursan con dolor se observa una mayor proporci¨®n de mujeres que de hombres, pero hay, adem¨¢s, una serie de enfermedades que comportan dolor cr¨®nico en las que la incidencia en mujeres es tan mayoritaria que se consideran t¨ªpicamente femeninas. Es el caso de la migra?a o de la fibromialgia, en las que hasta la luz puede llegar a producir dolor y en las que por cada hombre afectado puede haber nueve mujeres.
Pero hasta los genes vinculados con el dolor podr¨ªan tener un componente de g¨¦nero. As¨ª lo demostr¨® la investigaci¨®n de Jeffrey Mogil, de la Universidad McGill en Montreal, Canad¨¢. En experimentos con ratones de ambos sexos se bloque¨® el receptor NMDA para suprimir el dolor. Esta supresi¨®n no tuvo ning¨²n efecto en las hembras. M¨¢s tarde, se demostr¨® en otros experimentos que la versi¨®n femenina de NMDA podr¨ªa ser el receptor MC1R, codificado por el gen Mc1r.
"Si llevas al laboratorio a hombres y a mujeres y los sometes a pruebas objetivas, con distintos tipos de est¨ªmulos dolorosos, no siempre hay una diferencia pero, cuando la hay, siempre va en el mismo sentido. Las mujeres o bien tienen una menor tolerancia al dolor o una mayor sensibilidad. Unas veces las diferencias son mayores que otras, pero hay evidencia de que mujeres y hombres procesan el dolor de forma diferente, utilizan distintos circuitos del cerebro, distintos elementos qu¨ªmicos y hasta cierto punto, distintos genes", afirma Mogil.
No todos los investigadores est¨¢n de acuerdo en que hay una base fisiol¨®gica, y atribuyen las diferencias a cuestiones psicol¨®gicas. Magdi Hannah, responsable de la Unidad del dolor del King's College de Londres, observa: "En el dolor hay un fuerte componente de percepci¨®n y los estudios demuestran que las mujeres buscan ayuda antes. Incluso en condiciones en las que hombres y mujeres sufren la enfermedad por igual, tres de cada cuatro personas que piden ayuda son mujeres". Mogil no lo ve as¨ª: "Hay estudios en los que se ha excluido el factor psicol¨®gico y todav¨ªa se observan diferencias entre hombres y mujeres. La parte psicol¨®gica es importante, pero no lo explica todo. Y los resultados se han confirmado en experimentos con animales, donde los factores culturales o psicol¨®gicos est¨¢n excluidos".
Estudios demasiado masculinos
Hasta el 87% de los experimentos sobre el dolor se realizan de forma sistem¨¢tica utilizando s¨®lo animales del sexo masculino, para tratar de evitar los cambios hormonales a los que se ven sometidas las hembras. Pero recientes investigaciones, que muestran diferencias en los circuitos cerebrales o en las partes del cerebro que est¨¢n involucrados en el procesamiento del dolor en ambos sexos, empiezan a cuestionar seriamente que las conclusiones de estos estudios puedan ser extrapolables a las mujeres.
"Hace 15 o 20 a?os en Estados Unidos se introdujo una ley que obliga a realizar los experimentos cl¨ªnicos tanto en hombres como en mujeres, salvo que hubiera razones de causa mayor. Sin embargo, esto no sirve de mucho si la investigaci¨®n b¨¢sica sigue utilizando ¨²nicamente animales del sexo masculino. Al fin y al cabo, los experimentos cl¨ªnicos dependen enormemente de la investigaci¨®n b¨¢sica y nadie sabr¨ªa qu¨¦ hacer si los mismos experimentos no se hubiesen realizado antes con animales", explica Jeffrey Mogil.
"La idea de no hacer experimentos con mujeres porque cuando tienen la regla sus hormonas pueden afectar a los resultados es absolutamente rid¨ªcula, ya que es posible controlar en el estudio todos estos factores. Todo lo que se ha hecho en hombres se tiene que repetir en la versi¨®n femenina, porque parece cada vez m¨¢s claro que no se puede asumir que los dos sexos compartan los mismos sistemas fisiol¨®gicos. No hay certeza de que lo que se presume de los hombres pueda ser tambi¨¦n verdadero en el caso de las mujeres", afirma Murphy.
"En cualquier caso, si hubiese que elegir un solo sexo, ser¨ªa mejor desde mi punto de vista elegir a la mujer, ya que es el sexo que m¨¢s sufre el dolor y a la que m¨¢s pueden ir destinados los resultados de las investigaciones", concluye.
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