Aza?a, en el recuerdo
"Queremos trasladaros el reconocimiento p¨²blico y la restituci¨®n moral para don Manuel Aza?a", dijo el ministro de Cultura. ?Qu¨¦ "reparaci¨®n moral" necesita o puede procurarle el Gobierno mediante semejantes declaraciones a quien conserv¨® intacta y represent¨® hasta el ¨²ltimo d¨ªa toda la fuerza moral y la raz¨®n de la legalidad y la democracia frente a sus agresores? No es una imposible e innecesaria restituci¨®n moral lo que la actual Monarqu¨ªa espa?ola le debe a don Manuel Aza?a, sino el tributo de reconocimiento y justicia consistente en repatriar, por fin, sus restos con los debidos honores de jefe de Estado.- Josep Enric Gim¨¦nez Miralles. M¨²nich, Alemania.
Regularmente, personas que supongo de buena fe reivindican para Manuel Aza?a una tumba en Espa?a de quien fue, adem¨¢s de fino escritor, jefe del Estado espa?ol como presidente de la II Rep¨²blica. Convendr¨ªa recordar lo que el propio Manuel Aza?a pensaba respecto a esta costumbre tan espa?ola de querer rehacer la historia -o de enderezar nuestros errores como pa¨ªs- a base de reinhumaciones de los restos mortales de sus protagonistas: "Si el h¨¦roe o genio no tom¨® la precauci¨®n de marcharse de la tierra sin dejar huella, est¨¢, adem¨¢s, expuest¨ªsimo a que se le zarandee el esqueleto. En Espa?a, lo primero que se hace con los hombres ilustres es desenterrarlos. Del cad¨¢ver con pretensiones de celebridad que no ha sido 'reivindicado' alguna vez, bien se puede creer que usurpa su fama. La man¨ªa de la exhumaci¨®n sopla por r¨¢fagas, como la del suicidio o el desaf¨ªo. Hace a?os, el Parnaso espa?ol pudo temer que era llegado el d¨ªa del juicio final: no dej¨¢bamos a nadie yacer tranquilo, hubo un ir y venir de ata¨²des y un trasiego de huesos que apestaba".
Creo sinceramente que lo que nos cumple a los espa?oles con Manuel Aza?a es, en general, respetar sus ideas, tanto para respetar su voluntad, dejando sus huesos en paz all¨ª donde nuestra incivilidad quiso que quedaran -lecci¨®n perpetua de nuestra historia-, como para aplicarlas y transformar a Espa?a, de una vez, en un pa¨ªs moderno. Su clara visi¨®n de un Estado laico frente a la secular injerencia de la Iglesia cat¨®lica en los asuntos p¨²blicos de este pa¨ªs sigue siendo de aplicaci¨®n a casi 70 a?os de su muerte. Por ejemplo.- Luis Jos¨¦ Herrero L¨®pez. Collado Mediano, Madrid
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.