Vuelve la pol¨ªtica
La virulencia y profundidad de la actual crisis financiera ha dado una oportunidad a cuantos creen en la necesidad de gobernar el espacio p¨²blico y no dejarlo todo a merced de la "mano invisible" del mercado
Todas las convenciones dominantes se han roto y, en efecto, vuelve la pol¨ªtica reclamada por la misma "mano invisible del mercado" que la margin¨® como un estorbo. Aunque la visi¨®n del mercado que lo ocupaba todo y exclu¨ªa cualquier intervenci¨®n tiene un fundamento ideol¨®gico, no creo que ¨¦ste sea el espacio del debate actual. Ahora, para superar la grave crisis en la que estamos, lo importante es que se act¨²e pol¨ªticamente bien.
Estamos ante una oportunidad para los que creen en la funci¨®n de la pol¨ªtica como gobierno del espacio p¨²blico compartido, que, entre otras, debe asumir la responsabilidad de regular la contradicci¨®n de intereses propia de una sociedad libre y ocuparse de que el ciudadano no est¨¦ solo, a merced del se?or mercado. Si se resuelve la crisis y se encauzan las soluciones que eviten su repetici¨®n en el futuro, triunfar¨¢n durante mucho tiempo las ideas capaces de sacarnos de este marasmo.
Las medidas adoptadas en Espa?a deben ser operativas de inmediato y hay que promover otras
Ante la gravedad de lo que ocurre, los m¨¢s fundamentalistas de la ideolog¨ªa neoconservadora est¨¢n actuando con la misma o m¨¢s decisi¨®n que los que la combaten. Llegan m¨¢s lejos en la intervenci¨®n, seguramente a la espera de otros tiempos. Pero hay tiempo para este debate, porque en la respuesta que necesitamos est¨¢ la pol¨ªtica con may¨²sculas, la que mira a los ciudadanos y pone al mercado a su servicio y no al rev¨¦s. Ahora, lo que importa es hacerlo bien y r¨¢pido.
Las intervenciones masivas que se est¨¢n produciendo deben servir para evitar la recesi¨®n o la depresi¨®n, limitando el efecto en la econom¨ªa productiva, y tambi¨¦n para reformar el marco local y global en que se mueven los flujos financieros, haci¨¦ndolos previsibles y transparentes. Pero si se intenta volver a la senda que se consider¨® exitosa en los a?os noventa del pasado siglo y en los primeros a?os del presente, sin cambios en el modelo, m¨¢s all¨¢ de que se mejore la regulaci¨®n, se repetir¨¢ la situaci¨®n. El estallido de la inmensa burbuja financiera no s¨®lo se debe a los fallos de regulados y reguladores, que son evidentes, sino a la dimensi¨®n desproporcionada que adquiri¨® la econom¨ªa financiera, al margen de su funci¨®n primordial de alimentaci¨®n de la actividad productiva.
Regular el funcionamiento de los mercados globales, sin la tentaci¨®n de confiar en la autorregulaci¨®n de la "mano invisible", tampoco debe llevarnos a lo contrario, con un exceso de intervencionismo del Estado o de los Estados concertados. Necesitamos Estados modernos, fuertes y ¨¢giles, que sean ellos mismos transparentes, eficaces y previsibles. Regular el mercado no es sustituirlo, sino enmarcarlo en su funci¨®n correcta. Por eso es la hora de la pol¨ªtica como gobierno de los intereses de los ciudadanos en el espacio que compartimos, desde lo local nacional hasta lo global, pasando por integraciones regionales como la Uni¨®n Europea, capaces de ordenar el sistema financiero y los flujos comerciales.
Ha habido fallos de los agentes, inventando instrumentos y veh¨ªculos financieros que escapaban a toda contabilidad y ten¨ªan poca o nula relaci¨®n con la evoluci¨®n de la econom¨ªa real de las empresas o de las familias. Las distintas instituciones financieras se han servido de los clientes para colocar estos productos en lugar de servirse de ellos para gestionar prudentemente sus dep¨®sitos, ahorros, inversiones o cr¨¦ditos. Y ha habido fallos de los organismos de control. Los locales, inadaptados o sin competencia en lo global, y los internacionales, a¨²n m¨¢s obsoletos y desajustados.
La aceptaci¨®n de la econom¨ªa de mercado nos ha homologado globalmente. Mercado con sistemas autoritarios -incluso definidos como comunistas-, mercado con democracias liberales, pero mercado sin discusi¨®n. Es m¨¢s verdad que nunca que no hay democracia sin mercado, pero que s¨ª hay mercado sin democracia.
La coordinaci¨®n para fijar reglas comunes entre sistemas pol¨ªticos tan diversos ser¨¢ complicada. Sin embargo, si aceptamos que el funcionamiento del sistema financiero es global e interdependiente, podr¨ªamos actuar con eficacia. La crisis nace de la carencia de gobernanza global adecuada, y es inter¨¦s de todos reformar el funcionamiento del sistema.
La epidemia empez¨® en esta ocasi¨®n por los mercados centrales, a diferencia de la de hace 10 a?os, que arranc¨® en los emergentes, pero contamina a todo el sistema, como entonces, y se convierte en pandemia que pone en crisis al sistema financiero y golpea a la econom¨ªa productiva hasta llevarnos a la amenaza recesiva o depresiva que pesa sobre todo el mundo. Habr¨¢ regiones que noten los efectos de manera menos dura y puedan responder a los mismos con acciones antic¨ªclicas eficaces, pero todas estar¨¢n afectadas y lo notar¨¢n en su empleo y en su crecimiento.
Para actuar en lo global, hay que coordinar esfuerzos entre los cl¨¢sicos, Estados Unidos, Uni¨®n Europea y Jap¨®n, y un n¨²mero de emergentes con peso creciente en el producto mundial, excedentes de ahorro y demograf¨ªas determinantes para el futuro. China, India, Rusia, Brasil, M¨¦xico, los pa¨ªses del Golfo, Sur¨¢frica, etc., tienen que formar parte de la respuesta. Esto dar¨¢ un grupo de 20 o 25 pa¨ªses para articular una propuesta y a continuaci¨®n ampliar el campo para contar con todos.
Necesitamos una regulaci¨®n eficaz y homogeneizada en todos los mercados, que abarque a los distintos productos de este sistema financiero global. Esto no significa sobrerregular, sino transparentar el marco de actuaci¨®n de los agentes financieros y hacer previsibles sus comportamientos, con registros contables claros y controles rigurosos.
Se trata de salvar al sistema financiero, aunque haya diferencia en las recetas aplicadas, para que todo lo dem¨¢s no se hunda. Las intervenciones tienen que orientarse hacia la normalizaci¨®n del funcionamiento de la econom¨ªa real, ahogada por el fracaso del sistema financiero. En lo que se refiere a Espa?a, creo que las medidas de rescate aprobadas son apropiadas, aunque pueden ser insuficientes, pero sobre todo hay que dar operatividad inmediata al paquete aprobado. A eso se puede a?adir lo que se decida institucionalmente en la UE.
Lo primero es restablecer la confianza del ahorrador en el sistema financiero y bancario, solvente en general pero con algunos problemas en casos concretos. Por eso, recuperar la liquidez debe acompa?arse del an¨¢lisis de responsabilidades que permita fortalecer el sistema.
Hay que restablecer la normalidad operativa cuanto antes, para evitar los cortes de cr¨¦dito que est¨¢n llevando a muchas empresas e individuos a una situaci¨®n cr¨ªtica muchas veces injustificada.
Hay que acelerar la bajada de las tasas de inter¨¦s nominales para evitar una mayor destrucci¨®n de empresas, m¨¢s devaluaci¨®n de activos y m¨¢s p¨¦rdidas y quiebras de deudores, que pueden desencadenar como una bola de nieve una creciente recesi¨®n. M¨¢s all¨¢ de las pol¨ªticas monetarias, parece claro ya que la inflaci¨®n va a descender.
El ICO deber¨ªa ocuparse masivamente del apoyo a las pymes, tal vez con un fondo complementario para operar directamente o para avalar. Aunque nos llamen la atenci¨®n las crisis de los grandes, sin duda importantes, el empleo y la red social est¨¢ en las peque?as y medianas empresas.
Los bancos y cajas deben estar dispuestos a revisar las hipotecas, cobrando los intereses durante tres o cuatro a?os, y aplazando el pago del principal mediante la ampliaci¨®n del plazo de amortizaci¨®n. No puede ser una f¨®rmula general, ni normativa, pero s¨ª generalizable por los operadores. As¨ª contribuiremos a evitar el drama de muchas familias y a frenar un incremento de la morosidad innecesario.
Hay que actualizar la informaci¨®n sobre la totalidad de los compromisos de pago de las entidades financieras y vigilar la tasa a la que est¨¢n captando recursos, porque de eso depende la suficiencia del rescate, la reanudaci¨®n del cr¨¦dito y el tipo de inter¨¦s al que podr¨¢n prestar.
Bancos, cajas y empresas deben aclarar sus operaciones financieras en los mercados internacionales y transparentar sus registros contables -si los tienen-, para saber hasta d¨®nde nos llega la infecci¨®n.
Hay que estimular la demanda aumentando la inversi¨®n p¨²blica. M¨¢s all¨¢ de los presupuestos, empresas del Ministerio de Fomento y otros pueden acudir al BEI para la financiaci¨®n de proyectos. Habr¨¢ l¨ªneas de cr¨¦dito en buenas condiciones y nosotros necesitamos aumentar nuestro capital f¨ªsico. Estas operaciones de inversi¨®n pueden compensar la ca¨ªda de la actividad y estimular la recuperaci¨®n.
Como estamos contra el reloj, no hay que resaltar la urgencia de estas y otras decisiones.
Felipe Gonz¨¢lez es ex presidente del Gobierno espa?ol.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.