Un inquietante y temible servidor de la belleza

El artista Jan Fabre (Amberes, 1958), practic¨® hace unos meses su "terrorismo po¨¦tico" en el Louvre. En tan venerable espacio instal¨® sus esculturas y realiz¨® una performance titulada Homenaje a Jacques Mesrine (El arte me mantuvo fuera de la c¨¢rcel). Louvre 2008. En esa acci¨®n, Fabre se meti¨® en el papel del famoso ladr¨®n, contrabandista, asesino y escapista, que lleg¨® a ser considerado enemigo p¨²blico n¨²mero uno de Francia. Cambi¨® de disfraz varias veces, como hac¨ªa el Mesrine original para protagonizar sus incre¨ªbles fugas y, al final, cay¨® abatido a tiros por la polic¨ªa "con el mismo n¨²mero de balas" que mataron al popular delincuente en 1979. "Los tres temas de esa performance eran la huida, la metamorfosis y el amor", dice el artista. Se trata de una de las principales referencias del arte conceptual actual y as¨ª se explica en conversaci¨®n telef¨®nica, d¨ªas antes de inaugurar en la galer¨ªa Espacio M¨ªnimo de Madrid la exposici¨®n titulada La huida del artista. En ella se estrenar¨¢ la pel¨ªcula de 45 minutos que resume la performance del Louvre. Tambi¨¦n se mostrar¨¢n ocho fotograf¨ªas de la misma acci¨®n, 21 nuevos dibujos del artista y una inquietante escultura autorretrato de Fabre.

"La verdad s¨®lo se encuentra en situaciones extremas"

"La performance del Louvre me dej¨® exhausto mental y f¨ªsicamente", recuerda. ?Y qu¨¦ busca un artista en los l¨ªmites de su propia resistencia? "Hacer que mi cuerpo sea vulnerable y verdadero. La verdad s¨®lo se encuentra en situaciones extremas, tanto psicol¨®gicas como biol¨®gicas". El cuerpo y la mente contra las cuerdas. Como hace cuatro a?os, cuando realiz¨® en el Palais de Tokio de Par¨ªs una performance con Marina Abramovic, otra artista que usa su cuerpo como materia prima de sus acciones. Los dos se enfrentaron durante cuatro horas en una c¨¢psula de vidrio en la que, primero protegidos por una armadura de metal dise?ada por Fabre y luego desnudos, practicaron el culto al sacrificio y al perd¨®n, hiri¨¦ndose mutuamente con armas de metal y comunic¨¢ndose con el p¨²blico mediante mensajes escritos con su propia sangre. "Para m¨ª, una performance es una perforaci¨®n en m¨ª mismo en la que me hago preguntas y aterrorizo mi mente y mi alma de forma po¨¦tica", indica.

Pero... ?de qu¨¦ escapa Fabre? "Siempre estoy en movimiento, en constante cambio, nunca llego a un punto final como artista. Elijo sistem¨¢ticamente la experimentaci¨®n y la investigaci¨®n. Quiz¨¢s huyo del mundo del arte, que le hace a uno muy civilizado, muy limpio", precisa. La obra de Fabre se empapa con su obsesi¨®n por la metamorfosis. De ah¨ª su pasi¨®n por los insectos. Una de las obras m¨¢s llamativas de cuantas se expusieron en el Louvre era un autorretrato de Fabre como un gusano. "Los insectos son el s¨ªmbolo de la metamorfosis, el puente entre la vida y la muerte", se?ala. Y los medios, performance, pintura, escultura, fotograf¨ªa, v¨ªdeo, no son m¨¢s que sus instrumentos. "Yo soy un servidor de la belleza y elijo el mejor medio para la idea que tenga. Es el contenido el que define el medio", dice un artista que se autodenomina "consiliente" y lo explica a su propia manera: "Es cuando observas el movimiento de un insecto y del ser humano y llegas a la conclusi¨®n de que es lo mismo".

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