Con¨®cete a ti mismo (por 8.000 euros)
Nuevas t¨¦cnicas de 'lectura' del ADN abaratan el genoma - ?Acabar¨¢ comercializ¨¢ndose?
El proyecto del genoma p¨²blico cost¨® 230 millones de euros. Su competidor privado, Craig Venter, ley¨® su propio genoma por la d¨¦cima parte. El de Jim Watson, codescubridor del ADN, sali¨® el a?o pasado por ocho millones. Venter y Watson eran los ¨²nicos dos genomas personales disponibles hasta ayer, pero hoy se suman otros dos, hechos en dos meses por 190.000 euros. Los costes caen en picado, y hasta una empresa ofrece ya el servicio a los particulares.
"Su vida en sus manos: instrucciones para la era de la gen¨®mica personal". As¨ª abre hoy su portada la revista Nature. Dentro lleva tres trabajos sobre una t¨¦cnica muy eficaz de secuenciaci¨®n que permite abrir ese debate. (El genoma humano tiene 3.000 millones de unidades qu¨ªmicas -las letras a, g, c, t del ADN- y secuenciarlo es leer el orden exacto de todas ellas).
Despu¨¦s de analizarse, Craig Venter dijo: "?Yo no deber¨ªa estar vivo!"
Un experto asegura que esta tecnolog¨ªa ser¨¢ un arma eficaz contra el c¨¢ncer
Los cient¨ªficos creen que s¨®lo la pr¨¢ctica permitir¨¢ leer bien el mapa gen¨¦tico
El estudio de un chino desvel¨® su tendencia a abusar del tabaco
La nueva tecnolog¨ªa ha sido desarrollada por la firma brit¨¢nica Illumina Cambridge. Sus cient¨ªficos y los del proyecto del genoma p¨²blico la han usado para secuenciar en dos meses el genoma completo de un voluntario yoruba de Ibad¨¢n, en el suroeste de Nigeria, por un coste de 250.000 d¨®lares (190.000 euros).
En un segundo trabajo, otro consorcio de cient¨ªficos coordinado por Jun Wang, del Instituto de Gen¨®mica de Pek¨ªn, utiliza la misma tecnolog¨ªa para secuenciar el genoma de un donante han, una etnia de China que representa al 30% de la poblaci¨®n humana. El tiempo invertido y el coste son similares al caso anterior.
Estos estudios tienen valor sobre todo como pruebas de principio: su utilidad se revelar¨¢ cuando se haya secuenciado a muchos individuos m¨¢s, porque entonces se podr¨¢n identificar todas las variantes gen¨¦ticas que contribuyen a una u otra enfermedad.
Pero ello no impide que algunas variantes gen¨¦ticas relevantes se puedan ver ya en las cuatro secuencias personales existentes. Por ejemplo, el voluntario chino secuenciado ahora es portador de una mutaci¨®n de la sordera (que no se manifiesta porque est¨¢ cubierta por un gen normal en su otro cromosoma); tambi¨¦n sufre variantes de propensi¨®n a engancharse al tabaco (y en efecto es un fumador empedernido); y lleva 9 de los 16 genes de riesgo de alzh¨¦imer (enfermedad que no ha desarrollado de momento). ?Es entonces planteable la venta de genomas directamente al consumidor? ?Cu¨¢l ser¨ªa su coste?
"Hemos mejorado la tecnolog¨ªa desde que hicimos el trabajo que aparece ahora en Nature, dice a EL PA?S el investigador principal del primer estudio, David Bentley, vicepresidente cient¨ªfico de Illumina Cambridge. "Estamos ya por debajo de 50.000 d¨®lares por genoma, y esperamos alcanzar los 10.000 d¨®lares (menos de 8.000 euros) por genoma el a?o que viene".
?Cu¨¢l ser¨¢ la primera aplicaci¨®n cl¨ªnica de esta tecnolog¨ªa? ?Y cu¨¢l la primera salida comercial? "En biomedicina se extender¨¢ enseguida para la secuenciaci¨®n de los distintos tipos de c¨¢ncer", responde Bentley. "Pero la primera aplicaci¨®n comercial ser¨¢ probablemente la secuenciaci¨®n gen¨®mica privada, que de hecho ya es ofrecida por la compa?¨ªa norteamericana Knome, que est¨¢ usando nuestra plataforma de secuenciaci¨®n".
Bajo el lema Con¨®cete a ti mismo, Knome fue fundada el a?o pasado por el genetista de la Universidad de Harvard George Church. Ofrece al cliente "el ¨²nico an¨¢lisis gen¨®mico altamente personalizado, privado y completo para conseguir una mejor comprensi¨®n de su herencia gen¨¦tica y de sus potenciales predisposiciones". Luego a?ade: "Con respecto a todo lo que se sabe hoy". ?sa es la parte peliaguda.
El genoma de Craig Venter no recibi¨® mucha atenci¨®n p¨²blica cuando se present¨® el a?o pasado en la literatura cient¨ªfica (Plos Biology). Este campe¨®n privado del genoma hab¨ªa explicado poco antes a este diario las razones que le hab¨ªan llevado a secuenciarse a s¨ª mismo: "Ante todo, la curiosidad. No entiendo c¨®mo un cient¨ªfico puede trabajar en un problema y no tener curiosidad por ¨¦l. Adem¨¢s, mucha gente estaba asustada de que se conociera su genoma. Pensaban que la informaci¨®n se usar¨ªa mal y violar¨ªa su intimidad. Yo nunca cre¨ª eso, y me puse como ejemplo. Hay dos clases de l¨ªderes: los que se ponen al frente y los que empujan a los dem¨¢s al frente", comenta.
Sobre los datos que le hab¨ªa aportado su genoma, sin embargo, Venter era el primer esc¨¦ptico declarado y confeso: "Por ejemplo, yo tengo un gen que predispone a padecer el mal de alzh¨¦imer. Pero tiene que venir o de mi padre o de mi madre, y ambos han conservado sus facultades mentales m¨¢s all¨¢ de los 80 a?os. Tengo otro ejemplo: hay genes que predisponen a comportamientos de riesgo, o a la b¨²squeda de novedades, y todo el mundo supon¨ªa que yo los tendr¨ªa, pero no es as¨ª", a?adi¨®.
"Somos una especie compleja", conclu¨ªa Venter. "Incluso un rasgo tan simple como la presi¨®n sangu¨ªnea viene afectado por 300 genes. Cada uno de nosotros tiene unos 100.000 millones de c¨¦lulas, y las variantes gen¨¦ticas no muestran una correlaci¨®n absoluta con nuestras caracter¨ªsticas, s¨®lo afectan a su frecuencia. Con todo lo que han encontrado en mi genoma... ?yo no deber¨ªa estar vivo!".
Tampoco el segundo homo sapiens secuenciado, el codescubridror del ADN Jim Watson, manifestaba mucho entusiasmo antes de someterse a la prueba: "Una compa?¨ªa de New Heaven me ha ofrecido secuenciar mi genoma", dijo a este diario hace tres a?os. "Les respond¨ª en broma que me hicieran todo el genoma excepto el gen de la apolipoprote¨ªna E. Claro, porque ese gen predice la propensi¨®n al alzh¨¦imer. Y no quiero saberla. As¨ª puedo pensar lo que me d¨¦ la gana".
"Por otro lado", prosigui¨® Watson, "que me digan cu¨¢les son mis talentos potenciales ahora que tengo 77 a?os, pues la verdad... En general, t¨² quieres saber todos los datos que pueden mejorar su vida, pero no aqu¨¦llos sobre los que no puedes hacer nada, aparte de cogerte una depresi¨®n".
Pero Watson accedi¨® finalmente a la prueba, y su genoma se ha publicado este a?o (Nature, 452:872). "La principal lecci¨®n del genoma de Watson", comenta el genetista Maynard Olson, de la Universidad de Washington, "es lo dif¨ªcil que resulta extraer inferencias m¨¦dicamente relevantes de una secuencia individual".
Al igual que le pasaba al voluntario de la etnia han con la sordera hereditaria, Watson es portador de algunas mutaciones recesivas (esto es, que s¨®lo se manifestar¨ªan si se heredaran a la vez del padre y de la madre, lo que no es el caso). Como se?ala Olson, estos rasgos son tan infrecuentes en la poblaci¨®n que la probabilidad de que los dos miembros de una pareja sean portadores es ¨ªnfima.
Watson, por ejemplo, tiene 3,3 millones de cambios de letra (snips, por single nucleotide polymorphisms) respecto al genoma de referencia. La mayor¨ªa de esos snips no importan, pero unos 11.000 alteran la informaci¨®n de alg¨²n gen, y otros tantos afectan a su grado de actividad. Como nuestro genoma s¨®lo tiene 20.000 genes, el mero hecho de diferir del genoma de referencia no es la excepci¨®n, sino la norma.
Lo mismo vale para los genomas de Venter y los voluntarios yoruba y han reci¨¦n secuenciados. S¨®lo cuando se hayan le¨ªdo muchos genomas individuales ser¨¢ posible interpretar cada uno de ellos: saber qu¨¦ quiere decir cada combinaci¨®n de snips. Por el momento, el genoma de Watson ni siquiera nos servir¨ªa para adivinar su estatura.
Los expertos logran la secuencia completa de un tipo de leucemia
La leucemia mieloide aguda es un tumor de la sangre muy maligno que afecta a 1.000 personas en Espa?a cada a?o. Los cambios gen¨¦ticos que la disparan se desconocen en su mayor¨ªa. Un grupo de expertos de la Universidad de Washington ha utilizado la tecnolog¨ªa Illumina para secuenciar el genoma completo de las c¨¦lulas cancerosas y del tejido normal del mismo paciente.
Han descubierto as¨ª 10 genes mutados en el tumor. Ocho de ellos no se hab¨ªan relacionado con la leucemia hasta ahora, lo que demuestra el valor de esta estrategia para la oncolog¨ªa. ?ste es el tercer trabajo sobre gen¨®mica personal presentado en la revista Nature.
Las mutaciones est¨¢n en genes que regulan la adhesi¨®n de unas c¨¦lulas a otras y la transmisi¨®n de se?ales entre ellas, dos procesos t¨ªpicamente afectados en el c¨¢ncer. Tanto el tumor primario del paciente como sus remisiones son un clon, una poblaci¨®n celular descendiente de una sola c¨¦lula que ya conten¨ªa las 10 mutaciones juntas.
"Las mutaciones que hemos hallado no pod¨ªan ser predichas a partir de los genes de c¨¢ncer conocidos previamente", concluyen los cient¨ªficos de Washington. "Para ciertos tipos de c¨¢ncer, la secuenciaci¨®n del genoma completo puede ser la ¨²nica manera de descubrir las mutaciones relevantes".
"Es cierto que las nuevas tecnolog¨ªas van abaratando el coste de la secuenciaci¨®n", dice Javier Ben¨ªtez, director de gen¨¦tica del Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO), y ser¨¢ posible llegar a los 8.000 euros por genoma, o rondando esa cifra. "Esto supone l¨®gicamente un nuevo paso en el conocimiento del genoma, aunque es un avance tecnol¨®gico m¨¢s entre otros que ya nos han dado mucha informaci¨®n. Lo que s¨ª es cierto es que estas tecnolog¨ªas van a permitir individualizar la informaci¨®n gen¨¦tica".
"Dudo que la primera aplicaci¨®n cl¨ªnica sea en el c¨¢ncer", prosigue Ben¨ªtez. "Veo m¨¢s inmediata su utilizaci¨®n en familias con retraso mental, sordera o ceguera ligada al sexo de origen gen¨¦tico desconocido, por ejemplo".
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