?Qui¨¦n gana!
Los libaneses que conozco tifaban por Obama y hoy est¨¢n felices; experimentan, a un tiempo, el miedo a que alguien acabe con la vida de un presidente, de entrada, tan bien dotado. Tambi¨¦n hay en m¨ª, en nosotros, una parte que conserva el recuerdo de las esperanzas segadas a balazos.
Para que los libaneses olviden su ansiedad y para mi propio entretenimiento -que deseo compartir con ustedes-, les narro el siguiente cuento oriental:
"?rase una vez que Bin Laden padre tuvo una granja en ?frica, como Meryl Streep, en Sud¨¢n, y que, durante unos a?os, con sus millones, dirigi¨® pac¨ªficamente los ¨²nicos negocios que florecieron en el pa¨ªs, al que dot¨® de algunas obras p¨²blicas, a cambio del asilo que obtuvo tras huir de Arabia Saud¨ª (verdadero). Sus hijos mayores sal¨ªan a cabalgar con ¨¦l y gozaban de una vida tranquila y austera (verdadero). Con el tiempo, a Bin Laden la granja no le bast¨® y quiso sembrar de sangre el mundo, y se fue a Afganist¨¢n y... el resto lo saben ustedes".
"El caso es que", prosigo, "uno de los hijos de Bin Laden, que carece de sentido del timing y se llama Omar, se present¨® en mi pa¨ªs en busca de refugio pol¨ªtico, y nuestro wazir del Interior, el buen Rubalcaba, se lo estuvo pensando". "?Por qu¨¦ dices que carece de sentido de la oportunidad?", preguntan mis interlocutores. "Debido a que mi pa¨ªs se encontraba inmerso en las elecciones estadounidenses, a Bin Laden hijo apenas le hicieron caso, y el sensato visir le rechaz¨®, impidiendo as¨ª que Omar triunfe con sus trenzotas rasta en Mira qui¨¦n baila (factible: si bail¨® la nieta de Franco...), y que su esposa testimonie en otras televisiones".
"Este cuento termina mal", protestan los libaneses, que son muy dados a las apariciones televisivas. "Pero el otro, el de Obama, el que nos interesa, acabar¨¢ bien", les consuelo, animosa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.