El Sevilla se hunde en Lieja
El conjunto belga, dirigido por Dafour, deja al aire las carencias ofensivas del grupo de Jim¨¦nez
El Standard de Lieja puso ayer una pica en Sevilla. Un equipo joven, osado y que sali¨® a morder, pero sin perder un ¨¢pice de criterio, y dirigido por Dafour, de 20 a?os, se llev¨® el gato al agua ante un Sevilla que dej¨® al aire sus carencias ofensivas. Y al que las bajas de delanteros como Kanout¨¦ o Chevant¨®n ya no sirven de escudo.
Los jugadores del Standard demostraron una capacidad pulmonar envidiable, propia de la juventud del conjunto belga. Desde que pisaron el c¨¦sped, se lanzaron al ataque sin dejar que el Sevilla respirara. El cuadro de Manolo Jim¨¦nez hac¨ªa frente al descaro local como buenamente pod¨ªa. David Prieto y Escud¨¦ achicaban sin cesar, mientras Fernando Navarro echaba el resto para frenar las internadas de Mbokani. Toda una catarata de ocasiones que ahogaba cada vez m¨¢s a la zaga sevillista, y que dirig¨ªa con soltura Dafour. El mediocentro belga desprende una madurez soprendente para su edad. Con 20 a?os es el capit¨¢n del equipo. Ayer, se gan¨® sobradamente los galones. Pivot¨® por el c¨ªrculo central como si fuera su casa. No quit¨® ojo de Romaric y Maresca, rompiendo la columna vertebral del Sevilla. Y distribuy¨® el bal¨®n siempre con criterio, repartiendo a las bandas y propiciando las llegadas de Mbokani, De Camargo y Jovanovic.
STANDARD LIEJA 1 - SEVILLA 0
Standard Lieja: Espinoza; Dante, Onyewu, Sarr, Camozzato; Witsel, Defour, Dalmat (Benko, m. 91); Mbokani, Jovanovic y De Camargo. No utilizados: De Vriendt; Goreux, Toema, Mulemo, Nicaise y Mangala.
Sevilla: Palop; Konko (Crespo, m. 74), Escud¨¦, David Prieto, Fernando Navarro; Jes¨²s Navas, Maresca, Romaric (De Mul, m. 60), Adriano (Fernando, m. 80); Renato y Luis Fabiano. No utilizados: Javi Varas; Mosquera, Fazio y Hugo.
Gol: 1-0. M. 38. Pase de De Camargo a Mbokani, que env¨ªa el bal¨®n ajustado al palo izquierdo de Palop.
?rbitro: Claudio Circhetta (Sui.). Amonest¨® a Dante, Jes¨²s Navas, De Camargo, Maresca y Fernando Navarro..
25.000 espectadores en el Maurice Dufrasne.
Maresca se olvid¨® de construir al retrasar su posici¨®n y el grupo se qued¨® plano
Jim¨¦nez se llevaba la mano al cuello. El partido se le atragantaba al Sevilla, encerrado en su cueva, incapaz de vislumbrar la salida por la presi¨®n a la que le estaba sometiendo la delanbtera del Standard. La dificultad para sacar el bal¨®n controlado oblig¨® a Maresca a retrasar su posici¨®n. Craso error. El italiano se olvid¨® de construir. Sin cerebro creador, el conjunto andaluz se qued¨® con el encefalograma plano. Renato apenas conectaba con sus compa?eros. Y menos a¨²n Luis Fabiano, que divag¨® por el ¨¢rea de Espinoza a la espera de recoger al¨²n bal¨®n. Media hora de encuentro, y hasta entonces el Sevilla s¨®lo hab¨ªa perturbado el descanso de Espinoza en dos ocasiones. Una temprana de Konko y un disparo inane de Navas. El extremo derecho fue el m¨¢s activo del ataque sevillista, como ya viene siendo habitual. No hubo noticias de Adriano en la otra orilla. Al contrario de lo que suced¨ªa con el Standard Lieja. Un equipo, el de Laszlo Boloni, que jugaba de memoria gracias a la direcci¨®n de Dafour.
En una de estas jugadas r¨¢pidas, que al Standard le salen de forma natural, en las que el cuero es como una bola de billar en un tapete, David Prieto cometi¨® falta sobre Dalmat. El bal¨®n lo recogi¨® De Camargo y el ¨¢rbitro otorg¨® la ley de la ventaja. El delantero brasile?o levant¨® la cabeza y envi¨® a Mbokani. El congole?o, pichichi de la liga belga, enfil¨® a Palop. Su disparo, ajustado al palo izquierdo del meta valenciano, termin¨® en la red. El Standard recog¨ªa al fin lo que hab¨ªa sembrado durante casi todo el primer tiempo.
Insatisfecho con tan poca cosecha, los locales volvieron al ataque tras el descanso. El Sevilla luch¨® por el empate. Pero no esperaba encontrarse con una zaga local tan s¨®lida como un muro, que tuvo en el central Sarr su m¨¢xima expresi¨®n. El Sevilla dispuso un once que podr¨ªa ser titular, y tampoco pudo frenar la racha de derrotas -cuatro seguidas-. La plaga de lesiones ya no vale como excusa.
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