Tricicle hace justicia al humor de Monty Python
Eric Idle bendice la adaptaci¨®n del tr¨ªo de su obra 'Spamalot'
Se levanta al alba. Es vegetariano. Apenas prueba el alcohol. Y vestido de calle, negro riguroso de la cabeza a los pies, podr¨ªa pasar por un discreto hombre de negocios. Pero en cuanto abre la boca, Eric Idle (South Shields, Reino Unido, 1943) destapa la comicidad descacharrante que le ha hecho inmortal como uno de los seis integrantes de los celeb¨¦rrimos Monty Python. Idle ha viajado a Barcelona para ver (y bendecir con entusiasmo) la adaptaci¨®n de Tricicle de Spamalot, musical basado en el filme Los caballeros de la mesa cuadrada, del que es autor junto con John Du Prez. Un filme de cuyo rodaje no guarda buena memoria: "Fue fr¨ªo, sucio, empantanado, repugnante". En general, dice, sus peores momentos en el grupo est¨¢n asociados a los rodajes.
Pero ni eso pudo empa?ar la amistad de Idle con el resto de los Monty Python. Los supervivientes (Graham Chapman falleci¨® en 1989) le autorizaron el musical, que le ha reportado grandes satisfacciones art¨ªsticas y econ¨®micas. "Me dieron permiso pensando que no funcionar¨ªa; pero ya me han perdonado que a¨²n siga en cartel en Broadway", bromea. En 2005, a?o de su estreno, el espect¨¢culo gan¨® tres premios Tony. El p¨²blico neoyorquino y el del West End londinense se rindieron al montaje, que se puede ver tambi¨¦n en Las Vegas, Nevada y Melburne. Pronto se har¨¢n adaptaciones en Alemania, Francia, Jap¨®n, Sud¨¢frica y Corea del Sur. Pero la de Tricicle ha sido la primera versi¨®n no anglosajona.
"No entiendo castellano y, claro, me perd¨ª muchas cosas. Pero comprob¨¦ lo bien que la obra conecta con el p¨²blico", asegur¨® Idle, tras ver la obra. "Los directores han captado el entusiasmo de la obra original y los int¨¦rpretes hacen un gran trabajo". ?Ser¨ªa sincero si no le hubiera gustado? "Cr¨ªticos y actores siempre mentimos, pero aqu¨ª no hace falta".
La aclaraci¨®n no es gratuita: cuesta saber cu¨¢ndo habla en serio este hombre que, fiel al esp¨ªritu de su canci¨®n m¨¢s famosa, Always look on the bright side of life, parece instalado en el lado bueno de la vida. El tema, que cant¨® desde la cruz en la secuencia final de La vida de Brian, es otra de sus imperecederas fuentes de satisfacci¨®n, y no s¨®lo porque figure "desde hace 20 a?os" en el top ten de los funerales brit¨¢nicos. "La canci¨®n me sigue gustando. De una manera ir¨®nica, invita a la alegr¨ªa. Y me consta que se ha utilizado en situaciones como la guerra", afirma. La pr¨®xima semana tiene una nueva cita con ella: la cantar¨¢, en una gala ben¨¦fica, para Carlos de Inglaterra con motivo del 60 aniversario del pr¨ªncipe.
Su buen humor s¨®lo parece dejarlo de lado cuando se le plantea si no ser¨ªa posible un revival de los Monty Python. "Todav¨ªa seguimos esperando a Graham", declara como argumento irrefutable.
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