"Es est¨²pido identificar una raza con una m¨²sica"
Son d¨ªas agridulces para Tracy Chapman (Cleveland, Ohio, 1964). Est¨¢ la victoria de Barack Obama, candidato que cont¨® con su respaldo musical. Al otro extremo de la balanza, el triunfo en las urnas de la Proposici¨®n 8, que ilegaliza los matrimonios homosexuales en California. Ya hay figuras gay, como la cantante Melissa Etheridge, que proponen boicotear los impuestos estatales.
Reside en San Francisco, donde no escandalizan los estilos de vida alternativos. Aunque ella siempre fue discreta en esos asuntos. Se podr¨ªa decir que sufri¨® un outing cuando, en 2006, la novelista Alice Walker revel¨® que hab¨ªan sido pareja. La autora de El color p¨²rpura, reconocida experta en cr¨®nicas del sufrimiento de las mujeres negras, decidi¨® que la sexualidad de Chapman no deb¨ªa seguir en la sombra. Un tema, se nos informa, que no conviene tratar en la entrevista.
Tracy Chapman odia llevar banderas o ponerse en primera fila de cualquier manifestaci¨®n: "soy una persona, no un s¨ªmbolo de ninguna minor¨ªa".
Hoy olvida su proverbial timidez para hablar con entusiasmo de Our bright future (Elektra/Warner, a la venta el martes 11), su octavo disco largo. Hace 20 a?os que edit¨® Tracy Chapman, debut con el que enamor¨® al mundo. Un trabajo confesional y desnudo, que iba contra la melaza digital de los a?os ochenta. Canciones como Fast car y Talkin about a revolution evidenciaron que hab¨ªa hueco para las reflexiones personales o generacionales, interpretadas con una voz rotunda y dolorida, que evoca a la gloriosa Odetta.
Pregunta. Su discogr¨¢fica dice que Tracy Chapman ha despachado 18 millones de copias. Semejante impacto comercial ?c¨®mo afecta a su creatividad? Se espera que repita el ¨¦xito con los lanzamientos siguientes.
Respuesta. Yo recordaba lo que pas¨® con Michael Jackson. Vendi¨®, no s¨¦, 30 ¨® 40 millones de Thriller. Anunci¨® que pretend¨ªa duplicar el ¨¦xito con el siguiente, Bad, y no lo logr¨®; qued¨® como un fracasado cuando las cifras demostraban que Bad fue un gran ¨¦xito. Yo dije que me conformaba con que mi siguiente disco vendiera la d¨¦cima parte de Off the wall
[el ¨¢lbum anterior a Thriller en la carrera de Jackson]. Entiendo que esto es un negocio y que necesita grandes ventas, pero no puedes pensar en ello cuando est¨¢s componiendo.
P. Parece que no hay sequ¨ªa en su productividad: Un disco nuevo cada dos o tres a?os.
R. No, tambi¨¦n hubo un periodo bald¨ªo, en los a?os noventa, antes de Telling stories: me cost¨® cinco a?os sacar un disco.
P. ?Cu¨¢l fue la causa?
R. Fueron cuestiones personales. Cuando firm¨¦ contrato con Elektra, nos pusimos un nivel de exigencia alto. El contrato me exige colecciones de canciones nuevas, no cubre ni los discos en directo ni los de versiones.
P. ?Qu¨¦ pena! Ha hecho algunas versiones bonitas. Por ejemplo, de piezas de Bob Marley...
R. ?Ah, bueno! Son caprichos. Por alguna raz¨®n, tengo una conexi¨®n muy fuerte con Jamaica. All¨ª han realizado adaptaciones dancehall de mis temas que son formidables para bailar. ?Qu¨¦? ?Claro que me encanta bailar!
P. ?Qu¨¦ queda de su conflicto con la tropa del rap? Chuck D
[cabecilla del grupo Public Enemy] dijo que su m¨²sica no gustaba en la comunidad afroamericana...
R. Fue una declaraci¨®n demag¨®gica que me doli¨®. Tambi¨¦n Public Enemy contaba con una porci¨®n importante de p¨²blico blanco, como es natural. Adem¨¢s, me parece lamentable que se intente diferenciar entre m¨²sica para negros y m¨²sica para blancos: ?no hemos aprendido nada de tantas d¨¦cadas de racismo? De cualquier manera, he tratado a compositores negros que me aseguran que mis discos les empujan a crear m¨²sica m¨¢s sincera, alejada de los estereotipos raciales.
P. ?Intenta el hip-hop monopolizar la voz del gueto?
R. No me atrever¨ªa a decirlo tan rotundamente. Es muy arrogante y, ciertamente, est¨¢ en vanguardia en cuestiones de producci¨®n. Y si te gusta el lenguaje, debes disfrutar con la expresi¨®n verbal de 50 Cent, aunque sus historias no tengan nada que ver con tu vida.
P. En Our bright future, ha colaborado con el productor Larry Klein...
R. Toc¨® bajo en mis primeros discos, cuando yo era dif¨ªcil de tratar, as¨ª que hay complicidad.
P. ?Le pregunt¨® por secretillos profesionales de su ex esposa, Joni Mitchell?
R. ?No me atrev¨ª! Larry me hizo un planteamiento muy atractivo: grabamos con dos bandas diferentes, una de tipos curtidos y otra de gente m¨¢s joven. Y resultaron dos meses relajados.
P. Algunas canciones parecen inspiradas en la actualidad, desde la cat¨¢strofe del Katrina a la guerra de Irak.
R. Supongo que Our bright future o Something to see (no war) son mi respuesta a la 'guerra contra el terror' de Bush. Irak nos parece una tragedia demasiado lejana, no se vive con la culpabilidad de Vietnam, donde luchaban reclutas y hubo m¨¢s bajas. Pero los resultados son igualmente crueles. Y como estadounidenses todos tenemos una responsabilidad compartida.
P. Hay indagaciones sobre el amor, incluso piezas humor¨ªsticas como I did it all sobre las celebridades instant¨¢neas. ?Toca usted all¨ª el clarinete?
R. Oh, no pensaba que se sab¨ªa mi secreto: es verdad, soy una clarinetista. (Risas) Pero no, ah¨ª lo toca un m¨²sico de sesiones.
P. Tambi¨¦n aparece alg¨²n eco de su pasi¨®n por el country.
R. A eso me refer¨ªa cuando dije que es est¨²pido identificar una m¨²sica con una raza o una clase social. Bob Dylan se form¨® escuchando discos de viejos bluesman; yo disfruto con la m¨²sica country, tanto por el sonido twang como por su capacidad narrativa.
P. Inicia una gira en solitario por Europa
[Barcelona el 21 de diciembre]. ?Qu¨¦ Tracy Chapman podremos ver?
R. La del principio, la chiquilla que tocaba con su guitarrita en locales peque?os. Aunque... no, es mentira: ya no sufro bajo los focos."Soy una persona, no soy un s¨ªmbolo de ninguna minor¨ªa"
Babelia
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