Obama pide a Bush ayuda urgente al sector del autom¨®vil
El presidente electo promueve un plan de socorro a las grandes empresas
EE UU celebr¨® ayer la fiesta nacional por los veteranos de guerra y Barack Obama interrumpi¨® brevemente sus actividades para sumarse a ella. Pero las urgencias contin¨²an hoy, y la primera que se ha marcado el presidente electo es intentar un acuerdo con el presidente en ejercicio, George W. Bush, para un plan de socorro de la industria del autom¨®vil.
Estados Unidos celebr¨® ayer la fiesta nacional por los veteranos de guerra y Barack Obama interrumpi¨® brevemente sus actividades para sumarse a ella con un acto modesto y privado en Chicago. Pero las urgencias contin¨²an hoy, y la primera que se ha marcado el presidente electo es intentar un acuerdo con el presidente en ejercicio, George W. Bush, para un plan de socorro de la industria del autom¨®vil.
Ford, Chrysler y GM avisan de que peligran millones de empleos
La Casa Blanca ve prioritario el tratado de libre comercio con Colombia
El nuevo equipo no quiere parecer intervencionista antes de tiempo
Obama y Bush trataron el lunes sobre ese asunto en la Casa Blanca en el primer encuentro entre ambos desde las elecciones del pasado d¨ªa 4. Seg¨²n fuentes informadas sobre el contenido de la reuni¨®n citadas ayer por algunos peri¨®dicos estadounidenses, el presidente electo pidi¨® a Bush su respaldo a la iniciativa de los dem¨®cratas en el Congreso para que parte de los 700.000 millones de d¨®lares (550.000 millones de euros) aprobados en el plan de rescate del mes pasado sean destinados a sostener a las tres grandes empresas automovil¨ªsticas del pa¨ªs, que lo han solicitado ansiosamente.
El presidente en ejercicio, que ha sido hasta ahora reacio a la inclusi¨®n de las tres grandes de Detroit -General Motors, Ford y Chrysler- en ese plan, parece estar dispuesto a darle luz verde, seg¨²n las fuentes mencionadas, si los dem¨®cratas aceptan a cambio la aprobaci¨®n del tratado de libre comercio con Colombia, que, junto con los de Panam¨¢ y Corea del Sur, est¨¢ actualmente bloqueado en el Capitolio. [La Casa Blanca neg¨® que exista una relaci¨®n entre ambos asuntos, informa Reuters].
El tratado con Colombia es una piedra angular de la pol¨ªtica exterior de Bush. Representa no s¨®lo la fe del actual presidente en el libre comercio, sino un premio a un Gobierno que es el mejor aliado de Estados Unidos en Am¨¦rica Latina y a un presidente, ?lvaro Uribe, a quien Bush puede llamar, sin equivocarse, un amigo.
La aprobaci¨®n del acuerdo con Colombia le permitir¨ªa a Bush retirarse con un peque?o ¨¦xito en la mano. Pero no va a ser f¨¢cil que lo consiga. La resistencia en el Congreso es muy fuerte. Por un lado, de los que representan los intereses de las organizaciones sindicales, que se quejan de las condiciones laborales y de la persecuci¨®n de los activistas sindicales en aquel pa¨ªs suramericano. Por otro, de las organizaciones de derechos humanos, preocupadas por la relativa impunidad con que operan los paramilitares colombianos. Y, por ¨²ltimo, de los grupos ecologistas, que marcan est¨¢ndares dif¨ªciles de alcanzar para cualquier pa¨ªs no plenamente desarrollado.
Obama se ha opuesto durante la campa?a a la firma de ese tratado y, aunque ser¨¢ uno de los asuntos que tendr¨¢ que revisar pronto, no parece que cambie de posici¨®n en los pr¨®ximos d¨ªas.
Los dem¨®cratas creen, adem¨¢s, que no necesitan hacer esa concesi¨®n para que Bush respalde la ayuda al autom¨®vil. Las tres grandes compa?¨ªas del sector han advertido que su ca¨ªda significar¨ªa, entre otras muchas calamidades, la p¨¦rdida de tres millones de puestos de trabajo y una reducci¨®n de los ingresos fiscales del Estado de m¨¢s de 150.000 millones de d¨®lares. El Congreso conf¨ªa en que Bush no querr¨¢ dejar la Casa Blanca con un panorama as¨ª y acabar¨¢ aceptando la inyecci¨®n de dinero p¨²blico en las empresas que un d¨ªa fueron emblema del desarrollo norteamericano.
Todo esto -incluido el prop¨®sito dem¨®crata de aprobar cuanto antes unas medidas para estimular la actividad econ¨®mica- est¨¢, no obstante, en una fase de c¨¢lculo y negociaci¨®n que puede prolongarse todav¨ªa d¨ªas o semanas. Incluso puede que no se encuentre ninguna soluci¨®n antes de que Obama llegue a la presidencia, el 20 de enero.
Obama no quiere aparecer inactivo ante los sectores, como el del autom¨®vil, que le piden acciones urgentes, pero tampoco quiere ser demasiado intervencionista en un periodo en el que la Constituci¨®n marca que no es ¨¦l quien gobierna.
Esa voluntad se extiende a todos los campos. El que ser¨¢ portavoz de Obama en la Casa Blanca, Robert Gibbs, anunci¨® ayer que el presidente electo no tiene intenci¨®n de participar en la cumbre econ¨®mica convocada en Washington para el pr¨®ximo s¨¢bado 15, ni tiene previsto recibir a ninguno de los participantes.
"Est¨¢ muy interesado en esa reuni¨®n y cree que fue una buena idea convocarla, pero EE UU s¨®lo tiene un presidente y nosotros estaremos informados sobre el desarrollo de los debates pero no participaremos", dijo Gibbs a los periodistas. S¨®lo admiti¨® la "posibilidad" de que acudan algunos asesores de Obama.
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