El Villarreal se va de mala manera
El Polideportivo Ejido, de Segunda Divisi¨®n B, retrata de nuevo las miserias de su rival, fr¨ªo, sin estilo y funcionarial
La Copa es un torneo hermoso donde a?o a a?o aparecen sorpresas, la rebeli¨®n de alg¨²n modesto o la debacle de alg¨²n Primera a manos de un rival de inferior categor¨ªa. Algunas crisis en los equipos denominados grandes tienen su foco de infecci¨®n en la Copa. Quince d¨ªas atr¨¢s al Villarreal le entraron las dudas. El Polideportivo Ejido, un equipo de la Segunda B, le sac¨® los colores, le dio un repaso, le endos¨® cinco goles. Anoche, el Poli volvi¨® a sacar a relucir las miserias del Villarreal. Imbatido en la Liga e inmaculado en la Champions, fue humillado en la Copa por un rival modesto y orgulloso. Molina, autor de tres goles en la ida, adelant¨® de nuevo a su equipo al iniciarse el segundo acto con un gol de espuela, con mucha clase. Guille Franco empat¨® al poco. No hubo m¨¢s historia. Lo que aconteci¨® hasta el final qued¨® en anecd¨®tico. Y esclareci¨® que el armario del Villarreal no tiene tantas prendas de lujo.
VILLARREAL 1- POLI EJIDO 1
Villarreal: Viera; Venta, Cygan, Fuentes, Bruno; Cani, Edmilson , Eguren (Ibagaza, m. 46), Mati Fern¨¢ndez; Guille Franco y Altidore. No utilizados: Diego L¨®pez; Gonzalo, Pir¨¨s y Llorente.
Polideportivo Ejido: Razak; Gait¨¢n, Charpenet, Ra¨²l Torres, Roberto; Robles, Juan D¨ªaz (Nakor, 64); Juli, Mikel Rico, Gomis (Anto?ito, 57); y Molina (Azc¨¢rate, m. 76). No utilizados; Valerio; y Casc¨®n.
Goles: 0-1. M. 48. Molina marca de espuela. 1-1. M. 53. Guille Franco de cerca
?rbitro: Velasco Carballo. Expuls¨® a Ra¨²l Torres con roja directa (m. 75) y a Javi Venta (m.78). Amonest¨® con amarilla a Roberto, Juan D¨ªaz y Eguren.
Unos 5.000 espectadores en El Madrigal. El Poli se clasifica por un global de 6-1.
El Madrigal requer¨ªa anoche una gesta a la inversa, una remontada de grandes dimensiones de las que espor¨¢dicamente acontecen. La noticia, qui¨¦n lo iba a decir, estaba en la posibilidad de que el equipo de dos categor¨ªas superiores lograra seis goles. As¨ª es la Copa, tan enigm¨¢tica y maltratada en los ¨²ltimos tiempos. El Villarreal no fue capaz de reescribir la historia. Se ape¨® de la competici¨®n en la primera parada, antes de llegar al final de la primera estaci¨®n. El partido de ayer sobraba. Y el Poli lo agradeci¨® y se sum¨® a la hemeroteca de las bellas gestas del torneo.
Pellegrini lo anunci¨® en el estadio del conjunto almeriense. Los mismos que abochornaron al club amarillo tendr¨ªan la oportunidad de redimirse en el encuentro de vuelta. Pero la versi¨®n b del Villarreal, con los supuestos secundarios de nivel, dista mucho de los jugadores que habitualmente dispone el t¨¦cnico chileno en la Liga y en la Champions. Ni siquiera para solventar una eliminatoria a doble partido ante un contrincante, sobre el papel de inferior categor¨ªa. No por lo visto en la escena en las dos funciones.
Las rotaciones est¨¢n bien vistas, armonizan un vestuario, evitan esfuerzos, previenen lesiones. Pero no siempre resultan efectivas. Sin God¨ªn y Gonzalo, la zaga del Villarreal pierde consistencia. Sin Senna, Cazorla y Pir¨¨s, el centro del campo se vulgariza. Sin Rossi y Llorente la delantera carece de ingenio y gol. El Villarreal necesitaba goles y Pellegrini se olvid¨® de que hab¨ªa que fabricarlos. Ante el Polideportivo Ejido la generaci¨®n del juego amarillo correspond¨ªa a Eguren y Edmilson. Dos peones obreros dirigiendo la construcci¨®n. La il¨®gica pareja de creadores por un d¨ªa qued¨® retratada. El talento de Ibagaza se qued¨® la primera parte del encuentro en el banquillo de los suplentes.
Atac¨® el Villarreal desde el primer instante. Se esperaba. El conjunto almeriense se defendi¨® en su terreno con cierta solvencia y orden. Nada del otro mundo. Sin embargo, las sensaciones que trasmit¨ªa el partido eran fr¨ªas, como el ambiente, como si no hubiese convicci¨®n de que era posible dar la vuelta a la eliminatoria. El conjunto amarillo actu¨® de manera funcionarial. La ilusi¨®n la puso el Polideportivo Ejido, que quiso hacerse notar. Y Molina, su delantero franquicia, volvi¨® a marcarle un gol a Viera, uno m¨¢s que sumar a los tres que le hizo en la ida. Y lo hizo con la espuela. Con estilo. El que le falt¨® al Villarreal en toda la eliminatoria.
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