Existe otro sistema solar

Los astr¨®nomos ya hab¨ªan descubierto 322 planetas en otras estrellas, pero nunca m¨¢s de uno por estrella, y siempre por m¨¦todos indirectos. Lo de hoy s¨ª que parece un sistema solar. Incluso a simple vista. Se trata de tres planetas orbitando en torno a la estrella HR 8799, a 128 a?os luz de la Tierra, en la constelaci¨®n Pegaso. Y los cient¨ªficos los han fotografiado directamente con los telescopios del observatorio de Mauna Kea, en Hawai.

Estos exoplanetas, como casi todos sus antecedentes, son gigantes gaseosos tipo J¨²piter, y con masas entre 5 y 13 veces la suya. Pero Christian Marois, el investigador principal del trabajo que se presenta hoy en Science, destaca que los tres planetas guardan la misma relaci¨®n de masa que los de la zona externa de nuestro sistema solar, con el planeta menor dentro y el mayor fuera: como Saturno, Urano y Neptuno, aunque a mayor escala (en proporci¨®n al mayor brillo de su estrella).

"En muchos aspectos, HR 8799 y sus planetas parecen una versi¨®n ampliada a escala de nuestro sistema solar", dice Marois, de la Universidad de California en Berkeley. "La presencia de estos planetas masivos en la zona exterior deja espacio para otros cuerpos del tama?o de J¨²piter en las ¨®rbitas m¨¢s internas, o incluso de planetas m¨¢s ligeros similares a la Tierra".

En un trabajo muy similar, Paul Kalas, de la misma universidad, usa el telescopio espacial Hubble para observar directamente un planeta en torno a la famosa Fomalhaut (boca de la ballena, en ¨¢rabe), en la constelaci¨®n de Piscis Australis. Kalas cree que su planeta puede tener una masa similar a la de J¨²piter.

A s¨®lo 25 a?os luz, Fomalhaut fue una de las cuatro "estrellas reales" de los antiguos persas, y "el cuarto guardi¨¢n de la puerta norte" para la stregher¨ªa italiana. Ya era conocida por los neol¨ªticos, porque es muy brillante.

Los otros 322 planetas no se han observado directamente. Su existencia se ha inferido de la observaci¨®n de la estrella sobre la que orbitan: porque eclipsa parte de su luz (al pasar por delante de ella), o altera su posici¨®n de forma peri¨®dica (al hacerla bailar con su influjo gravitatorio). Estas t¨¦cnicas s¨®lo permiten detectar planetas masivos y cercanos a su sol. Las nuevas observaciones directas pueden, obviamente, detectar planetas menores y m¨¢s lejanos a su estrella.

El ¨¦xito se debe a los sistemas solares elegidos. Ambos son j¨®venes: tienes menos de 200 millones de a?os, por los 4.500 millones del nuestro. Sus planetas, por tanto, se acaban de agregar (por gravedad) a partir de un disco de polvo y rocas (planetesimales, en la jerga). Por ello todav¨ªa est¨¢n calientes, y emiten luz infrarroja que se detecta. Pero la gran ventaja de la astronom¨ªa ¨®ptica es que puede analizar la luz, y as¨ª la atm¨®sfera de los planetas. "Es un paso clave hacia la detecci¨®n de planetas similares a la Tierra", dice Marois.