Parto prematuro
Los tiempos de la pol¨ªtica no son tan vertiginosos como los de los museos, pero en Espa?a, por lo general, eso a los pol¨ªticos les trae al fresco. Javier Gonz¨¢lez de Durana gan¨® hace seis meses la direcci¨®n de Tenerife Espacio de las Artes (TEA) en un concurso limpio, hay que decirlo, fallado por profesionales solventes. Pero, presos de la fiebre de la foto, sus superiores pol¨ªticos casi no le han dejado aterrizar. En apenas medio a?o, Durana ha tenido que inaugurar el museo en un acto en el que no se le dej¨® tomar la palabra para que pudieran largar sus floridos discursos alcaldes, consejeros, presidentes varios y, c¨®mo no, Jacques Herzog, coautor del edificio y rutilante estrella de la arquitectura mundial, pues tocaba ahora presumir de contenedor. As¨ª todo, hay que decir tambi¨¦n que el trabajo hecho en este breve lapso por Durana y su exiguo equipo es ingente. El nuevo director part¨ªa de una colecci¨®n mediocre heredada de un antecesor de vuelo bajo -con excepciones notables como las piezas de Luis Palmero y Jos¨¦ Herrera- y desde ah¨ª ha logrado apuntar algunas ideas de partida de un discurso coleccionista m¨¢s s¨®lido -la mitad de las obras que se muestran en la colecci¨®n son adquisiciones suyas- a trav¨¦s de trabajos como los de Tono Carbajo, Carlos Schwartz o Karmelo Bermejo. Alguna exposici¨®n programada antes de su llegada, como Cosmos. En busca de los or¨ªgenes, es un aut¨¦ntico desprop¨®sito por su banalidad; en tanto que otra, Un arma visual, sobre el fotomontaje sovi¨¦tico, es un aporte interesante del Centro de Fotograf¨ªa Isla de Tenerife, integrado ahora en TEA, cuya silenciosa y perspicaz labor de estos a?os no puede acabar en el cesto de los papeles.
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