Territorio de leyenda
La pianista argentina Martha Argerich ha entrado hace tiempo en los territorios de la leyenda. Se prodiga poco y cuando pisa un escenario prefiere estar en compa?¨ªa, haciendo m¨²sica de c¨¢mara con sus amigos. Uno de ellos es el violonchelista Mischa Maisky, del que justamente estos d¨ªas acaba de aparecer un disco, dedicado a Rostrop¨®vich, de t¨ªtulo Morgen, en alusi¨®n al lied de Richard Strauss. La voz y el violonchelo tienen evidentes afinidades. Maisky procura ponerlas de manifiesto, por si acaso a alguien le provoca recelos. Pocas veces se escucha un sonido del violonchelo tan cantabile como el de Maisky aproxim¨¢ndose a Messiaen. Y rara vez se es testigo de un acompa?amiento pian¨ªstico de la profundidad y sutileza del de Argerich a su lado. El Auditorio Nacional vivi¨® momentos de estremecimiento. El Cuarteto para el fin de los tiempos hizo honor a su denominaci¨®n. Messiaen se vio catapultado con Argerich y Maisky a las m¨¢s altas cumbres de la emoci¨®n musical pura.
CICLO JUVENTUDES MUSICALES
Martha Argerich (piano) y Mischa Maisky (violonchelo).
Obras de Beethoven, Grieg, Messiaen y Shostak¨®vich.
Auditorio Nacional. Madrid, 13 de noviembre.
Tengo la sensaci¨®n de que la pianista estuvo por encima del violonchelista en toda la primera parte y, especialmente, en la sonata de Grieg. En Shostak¨®vich equilibraron y ambos dieron lo mejor de s¨ª mismos. As¨ª la Sonata en Re menor, opus 40, result¨® compacta, poderosa, sugerente. Martha Argerich impone, en cualquier caso, su personalidad desde el sonido. Su particular energ¨ªa es dif¨ªcil de seguir. Con la delicadeza del sonido de Maisky se produce una extra?a y f¨¦rtil asociaci¨®n. Las variaciones beethovenianas sobre un tema de La flauta m¨¢gica desprendieron lucidez sin afectaci¨®n. Caminan juntos los dos instrumentistas y, sin embargo, no se estorban. La gran estrella, en cualquier caso, es ella. Ha tenido una trayectoria art¨ªstica tan fulgurante, que le es permitido hacer lo que quiere y de la forma que quiere. Es, a su manera, una diva. Bohemia, de aire an¨¢rquico, un poco destartalada en escena. Pero el piano lo toca como una diosa. Poniendo la m¨²sica incluso por encima de ella misma. Qu¨¦ gran artista, qu¨¦ gran personaje, qu¨¦ descarga de humanidad al servicio de la verdad musical.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.