Sor Maravillas en el Congreso
El presidente del Congreso, Jos¨¦ Bono, que sue?a con pasar a la historia como el socialista que cristianiz¨® Espa?a, sigue haciendo m¨¦ritos para, en su d¨ªa, que deseamos lejano, entrar en el cielo por la puerta de las Cincuenta V¨ªrgenes, que s¨®lo van a cruzar dos ciudadanos del siglo XXI: Jos¨¦ Bono y su pariente Bono, el cantante de U2, que tambi¨¦n le pega lo suyo al frasco religioso.
Jos¨¦ Bono, en un rapto de inspiraci¨®n, asumi¨® el 4 de noviembre, con apoyo de la Mesa del Congreso, la petici¨®n salv¨ªfica de Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, vicepresidente segundo, y miembro del Opus Dei, de colocar -en el sentido de poner, no de darle al frasco- en la C¨¢mara una placa de homenaje a Mar¨ªa Maravillas de Jes¨²s Pidal y Chico de Guzm¨¢n -ni los fil¨®logos cl¨¢sicos firman con tantos nombres y apellidos-, una carmelita descalza perseguida en la Guerra Civil.
La decisi¨®n afectar¨¢ a la defensa del laicismo y a la tan llamada memoria hist¨®rica
?Y en qu¨¦ se basan para reclamar la efigie de sor Maravillas en la C¨¢mara? Quienes apoyan esta propuesta -el PP, CiU, PNV y el socialista Jos¨¦ Bono, cuya canci¨®n pop preferida es el Puer natus est nobis (Un ni?o nos ha nacido) que cantan los monjes del monasterio benedictino de Santo Domingo de Silos- juran por los huesos sagrados de don Ram¨®n de Mesonero Romanos, el madrile?o que salv¨® en Madrid, all¨¢ por el siglo XIX, tantos edificios, que sor Maravillas naci¨® en un inmueble que ahora est¨¢ integrado en las dependencias del Congreso de los Diputados.
El nombre de sor Maravillas, una monja que me inspira simpat¨ªa por ser de la misma orden que la genial escritora Teresa de ?vila, se unir¨¢ al de los Reyes -seres creyentes donde los haya, puesto que su poder terrenal tiene su origen en el poder divino- y al de Clara Campoamor -promotora del sufragio femenino- como los ¨²nicos ciudadanos homenajeados con una placa en el Congreso.
En el PSOE hay dos grupos: Jos¨¦ Bono y los restantes militantes del partido. ?C¨®mo ha tomado la colocaci¨®n de la placa -que las malas lenguas del PSOE llaman ya placa dental- Jos¨¦ Bono, el socialista que entra en ¨¦xtasis escuchando el himno gregoriano R¨¦spice, D¨®mine (Mira, Se?or) como quien se dispone a ser devorado por los leones neronianos de la puerta del Congreso y, sobre todo, por sus colegas de partido, que est¨¢n enfurecidos?
Jos¨¦ Bono est¨¢ sereno y, m¨¢s a¨²n, est¨¢ feliz porque ha cumplido con su conciencia. ?l cree que el deber de un presidente del Congreso es colocar placas de santos en el mayor n¨²mero posible de lugares, comenzando por las ferreter¨ªas -tan ligadas al cristianismo por los divinos clavos de Cristo-, en los bares -donde se sirve vino, que el sacerdote convierte en la sangre de Dios Hijo-, en las charcuter¨ªas -por donde, como dice un labrador de San Mart¨ªn de Valdeiglesias, no pasa Dios ni en avi¨®n- y, sobre todo, en el Congreso de los Diputados, donde, all¨¢ por 1891, naci¨® la madre Maravillas de Jes¨²s, que, a los 20 a?os, profes¨® en la orden carmelita como hija de Teresa de Jes¨²s y lleg¨® a fundar varios conventos de carmelitas descalzas.
La santa -fue canonizada por el papa Juan Pablo II, en su quinto viaje a Espa?a, en mayo de 2003- naci¨® en el n¨²mero 46 de la Carrera de San Jer¨®nimo. Durante la Guerra Civil, como tantos miles de personas de los dos bandos, sufri¨® la atrocidad de la persecuci¨®n, pero, en su caso, al menos, logr¨® salvar la vida. Muri¨® en 1974 y, como se dice en la empresa -un convento es, sobre todo, una empresa- clerical, muri¨® en olor de santidad. A su canonizaci¨®n, oficiada en la plaza de Col¨®n, junto con la canonizaci¨®n de otros cuatro santos m¨¢s, asistieron la familia real, el entonces presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y el l¨ªder de la oposici¨®n, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, a quien, en aquel trance, se le apareci¨® un ¨¢ngel que le ofreci¨® el apoyo del cielo para las pr¨®ximas elecciones si aumentaba la contribuci¨®n del Estado al sostenimiento de la Iglesia cat¨®lica. Las dos partes cumplieron. El cielo apoy¨® a Zapatero, que gan¨® las elecciones, y Zapatero apoy¨® a la Iglesia d¨¢ndole una pasta afroitaliana que el cristiano Gobierno de Aznar se negaba a darle.
La direcci¨®n del grupo socialista ha tomado la santa decisi¨®n -en el PSOE la santidad prolifera por todas partes- de que ning¨²n parlamentario del PSOE asista. Sabido ya el nulo inter¨¦s del grupo parlamentario socialista de asistir a la colocaci¨®n de la placa, es seguro que el grupo musical del PSOE no recibir¨¢ invitaci¨®n.
En el PSOE lloran ahora porque esta decisi¨®n del presidente del Congreso, dictada desde el cielo por san Jos¨¦ Mar¨ªa Escriv¨¢ de Balaguer, afectar¨¢ a dos l¨ªneas capitales de su pol¨ªtica: la defensa del laicismo y la tan p¨¦simamente llamada memoria hist¨®rica. Jos¨¦ Bono es, como vemos, tambi¨¦n un genio de la meteorolog¨ªa: nos trae un milagroso bochorno cuando el term¨®metro marca tres grados.
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