Juande y el desamor
- "?Deber¨ªa dimitir ya!".
Harry Redknapp, entrenador del Tottenham, tras la victoria de su equipo (4-2) sobre el Liverpool
La de Juande Ramos es una triste historia de amor. So?aba desde la ni?ez con los encantos del f¨²tbol ingl¨¦s. Bobby Charlton, ganador del Mundial de 1966 con Inglaterra, fue su primer ¨ªdolo. Pasaron los a?os y no le dej¨® de fascinar la pasi¨®n con la que se viv¨ªa el f¨²tbol en el pa¨ªs donde se invent¨®. En los ¨²ltimos a?os vio c¨®mo la Premier League se volv¨ªa, adem¨¢s de fogosa, rica y hermosa y se decidi¨® a conquistarla.
Lo logr¨®. Se mud¨® a Londres y se uni¨® al Tottenham. Fue un noviazgo de pel¨ªcula. Apenas llegar, sac¨® al equipo c¨®modamente de las zonas de descenso y gan¨® la Carling Cup en el m¨ªtico -en su m¨ªtico- estadio de Wembley. Era como para un cat¨®lico ferviente casarse en el Vaticano. Y el rival no fue cualquiera. Fue el poderoso Chelsea, equipo al que los fans del Tottenham hab¨ªan mirado con celos durante a?os. La afici¨®n le invent¨® canciones, los jugadores le admiraban. Un amor m¨¢s completo y armonioso era dif¨ªcil de imaginar. Lo dijo Ramos: "Me quiero quedar muchos a?os m¨¢s". Daba la impresi¨®n de que quer¨ªa quedarse en Inglaterra hasta que la muerte lo separara.
Entonces, algo pas¨® que se puede explicar solo, como todo lo que tiene que ver con el amor o el f¨²tbol, hasta cierto punto. Que un par de buenos jugadores le abandonaron en el verano; que a los dem¨¢s no les gust¨® su espartano r¨¦gimen diet¨¦tico... Habr¨ªa m¨¢s, claro, pero la explicaci¨®n definitiva no la tiene nadie. El v¨ªnculo m¨¢gico entre equipo y entrenador se quebr¨® y el Tottenham acab¨® los primeros dos meses de la temporada anclado en el fondo de la tabla, desanimado e impotente.
Se separaron y apareci¨® otro novio. Un personaje distinto a Ramos imposible de imaginar. Ramos es moreno y taciturno. Podr¨ªa ser cura o monje de clausura. Harry Redknapp es rubio, rubicundo, campechano. Si no hubiera sido entrenador de f¨²tbol, y en su d¨ªa jugador, podr¨ªa haber tenido una exitosa carrera como c¨®mico o presentador de programas televisivos tipo Mira qui¨¦n baila. Le gusta beber, le gusta apostar a los caballos. Una vez dijo de un jugador suyo muy guapo, por el que las chicas suspiraban: "No s¨¦ si jugarle o f.....le".
Redknapp se incorpor¨® al Tottenham hace tres semanas. Ha sido un flechazo. Antes del partido de ayer contra el Fulham, el Tottenham hab¨ªa marcado 18 goles en los seis encuentros desde que lleg¨® Redknapp, cinco de ellos victorias, dos contra el Liverpool de Rafa Ben¨ªtez -al que quiz¨¢ le habr¨ªa gustado vengar el deshonor de su compatriota- en Liga y Copa.
De repente, el argumento de que la directiva fall¨® a Ramos con las ventas y los fichajes del verano no sirve para nada. Y, aunque sea verdad que los jugadores no se esforzaron lo suficiente para salvar el pellejo a Ramos porque le hab¨ªan dejado de querer, tambi¨¦n es verdad que Ramos no supo c¨®mo quererlos a ellos. Si los jugadores no lo dieron todo por ¨¦l, el fracaso, a fin de cuentas, fue suyo. En eso consiste el trabajo de un entrenador.
La iron¨ªa es que ahora no es inconcebible, seg¨²n los rumores, que Ramos caiga en brazos del Real Madrid. Lo cual le pondr¨ªa al cuento un broche feliz... mientras dure. Pero siempre llevar¨¢ en el coraz¨®n la huella de su desamor ingl¨¦s.
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